Hace una semana la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) informó sobre el cese de la termoeléctrica “Nueva Era” para enfocarse en un plan de inversiones medioambiental de US$ 140 millones, iniciativa que -según confirmó la estatal- contempla seis proyectos de mejora en la Refinería Aconcagua lo que beneficiará a mejorar la calidad del aire en Concón, Quintero y Puchuncaví.
La medida la adoptó la empresa para dar cumplimiento al Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica para la zona con el objeto de reducir las emisiones de material particulado (MP), dióxido de azufre (SO2) y óxido de nitrógeno (NOx). En este sentido, Enap, consideró dos proyectos para reducir las emisiones de dióxido de azufre, compuesto que en las últimas semanas ha tenido complicada a la comuna de Quintero por numerosos eventos que se han detectado.
Sobre la inversión Edmundo Piraino, gerente de Enap Refinería Aconcagua, aseveró que “este es un enorme esfuerzo de inversión y de gestión, que ratifica nuestro compromiso de abastecer al país de combustibles con altos estándares de calidad para su desarrollo, disminuyendo el impacto de nuestras operaciones, preservando el entorno y garantizando una mejor calidad de vida para nuestros vecinos”.
Para apuntar a la reducción de dióxido de azufre y material particulado la empresa postula dos iniciativas. La primera, que centra mayor inversión, es la planta Wet Gas Scrubber (WGS), que implementará – según Enap- “un sistema que contribuirá a reducir las emisiones de material particulado fino, derivado del proceso de regeneración del catalizador de la unidad de Cracking Catalítico (…). Se estima que su puesta en servicio aportará a mejorar la calidad del aire, logrando reducir las emisiones atmosféricas”.
Mientras, la segunda iniciativa corresponde a “la implementación de sellos dobles en los tanques de almacenamiento de combustibles que cuentan con techo flotante y la incorporación de membranas para los estanques de techos fijos”, afirmaron desde Enap.
Ambas soluciones, precisó la estatal, “apuntan al objetivo de disminuir las emisiones de los compuestos orgánicos volátiles (COVs)” y contempla estanques en Enap Refinería Aconcagua y el Terminal Marítimo de Quintero.
Los cuatro proyectos restantes que postula la estatal están centrados en la reducción del óxido de nitrógeno (Nox). Para esto, la refinería emplazada en Concón “contempla el reemplazo de los actuales quemadores en hornos de proceso de las unidades y calderas por quemadores de última generación (Low Nox)”, iniciativa a la que suman la instalación del sistema de monitoreo de flujo en las tres antorchas de refinería.
Además, se incluyen en el plan “los proyectos de la Planta Recuperadora de Azufre (URA) 4 con tecnología WSA (Wet Sulphuric Acid)” y para “el control operativo de las emisiones de S02, se contempla la construcción de una nueva planta de Tratamiento de Aguas Ácidas Sour Water Stripper (SWS) número Tres”.
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De acuerdo a lo corroborado por la estatal “ambos proyectos cuentan con una ingeniería básica y actualmente están en la etapa de gestión de su tramitación ambiental”.
Dentro de los compromisos medioambientales que adquiere la empresa también postula la entrega de información constante a las autoridades en torno a las emanaciones. Por esta razón, precisaron que “Refinería Aconcagua contempla la instalación de sistemas de Monitoreo Continuo de Emisiones (CEMS) en las chimeneas de las unidades recuperadoras de azufre (URA) y en Cracking Catalítico”.
Según la estatal, “la inversión permitirá una medición continua de las emisiones del caudal de gases y la concentración de dióxido de azufre (SO2) y en el caso de la unidad de Cracking medirá también material particulado”, proyecto que estaría en avance en la ingeniería de detalle y la gestión de compras de los equipos para su construcción y montaje.
En noviembre del 2015, Enap anunció un plan de inversión en Refinería Aconcagua que planteaba varias mejoras medioambientales y llevaba el nombre de “Nueva Era”. En total, una inversión que bordeaba US$ 100 millones para reducir emisiones atmosféricas, bajar en impacto por transporte de material y mitigar emanaciones de ruidos y olores, entre otras acciones.
A la fecha, después de más de tres años del anuncio, la empresa aseguró que ha materializado inversiones en estas materias por $9.300.000 dólares, que consisten en la “instalación de las cubiertas flotantes en los separadores de aceite 1 y 3”, siendo esta una de las principales fuentes de olores de la estatal.
Las cubiertas, afirmó la empresa, “consisten en paneles muy livianos que flotan, elaborados de un material con características específicas para evitar que se generen vapores provenientes de los separadores, que se encuentran ubicados en el sector de la ‘Zona de Efluentes y que son espacios en los que se recupera el hidrocarburo que viene junto con agua desde los procesos de las plantas”, proyecto concluyó en diciembre.
En materia de ruidos, en tanto, la Refinería implementó un conjunto de soluciones tecnológicas para aislarlos y que fueron implementadas en la caldera B – 240 y los equipos del complejo Coker.
En este sentido, en el caso de la caldera B- 240, el proyecto más relevante, de acuerdo a lo informado por Enap, fue “el montaje de paneles metálicos que forman una gran estructura de 60 metros de largo, 10 metros de alto y 20 centímetros de grosor, que actúan como una muralla acústica que permite minimizar el impacto que tiene el ruido que genera este equipo”.
Mientras, en el complejo Coker, Enap Refinería Aconcagua implementó siete medidas de mitigación de emisiones acústicas como la instalación de mantas de material absorbente y en materia de mejoramiento de transporte, desde enero de este año, informó la empresa, “está operativo el nuevo acceso vehicular oriente de la empresa que tiene como principal objetivo disminuir el tráfico de vehículos que circulan por la rotonda con destino a las instalaciones de la planta, en especial, aquellos de mayor tonelaje.
