CLAUDIA GUTIÉRREZ
Las concesiones de masificación de gas natural en el norte del país se concretan tras años de retraso. Gasnorp, en Piura, y Clean Energy del Perú, en Tumbes, invertirán y captará empresas de industria y comercio.
La masificación de gas natural en el norte del Perú está cada vez más cerca de concretarse. La culminación de la asignación de concesiones —Gasnorp en Piura y Clean Energy del Perú en Tumbes— abrirá nuevas oportunidades para el sector industrial y comercial. La consolidación de sus operaciones se verá a partir del 2025, cinco años después del inicio de sus operaciones comerciales. Tras la firma de los últimos contratos, las concesionarias ya tienen plazos definidos para iniciar inversiones.
La masificación de gas natural en Piura se concretará tras dos años de retrasos. En el 2017 Gastalsa, empresas distribuidora de gas en Talara, presentó una medida cautelar por su operación en Pariñas, lo que paralizó el proceso de concesión; la medida fue levantada en marzo. Con ello, Gasnorp está cerca de concretar la firma del contrato de concesión. “En este momento ya no existe ningún impedimento de ámbito judicial o administrativo para que el contrato se suscriba. Ya tenemos un texto prácticamente aprobado por el gobierno, estamos esperando que el Estado surta los pasos de su revisión interna para que esto se suscriba en las próximas semanas”, dijo Miguel Maal, gerente general de Gasnorp.
A pesar de la presencia de comercializadores —empresas que operan por redes virtuales (camiones)— en la zona, la capacidad productiva en Piura aumenta su atractivo para el concesionario. “El perfil comercial de Piura es muchísimo mayor que el perfil comercial de Tumbes“, señaló Javier Matos, consultor especialista en energía. Gasnorp apunta a captar grandes clientes industriales del sector minero, pesquero, manufacturero y construcción. Otros potenciales clientes son empresas textiles, cementeras y agroindustriales.
Uno de los clientes más grandes de la región es la refinería de Talara, a la que Gasnorp también está interesado en atender. “Es muy importante contar con ella porque representa una demanda importante para la concesión“, señaló Maal.
Gasnorp iniciaría su operación comercial en el 2020. Para ello, invertirá US$230 millones. “Invertiremos el 60% en los dos primeros años. En el segundo semestre del 2020 entregaremos gas de manera virtual y a finales del año siguiente a través de un gasoducto”, comentó Maal. La empresa proyecta atender a 64,000 clientes residenciales en los primeros ocho años.
Clean Energy del Perúfirmó el contrato de concesión en Tumbes en mayo de este año, luego de cinco años de negociaciones. A pesar de ser un mercado más pequeño que el piurano, Tumbes tiene una menor penetración de comercializadores y hay industrias que pueden garantizar la demanda del concesionario. “Vamos a contar con una agresiva promoción en el sector industrial. En Tumbes hay industrias ladrilleras, conserveras de pescado y empresas langostineras”, señaló Ricardo Icaza, director de proyectos del Grupo Energy, matriz de Clean Energy del Perú. Del lado comercial, el sector turismo sería significativo en la región. “La industria hotelera va a ganar una competitividad interesante”, afirmó Arturo Vásquez, director de investigación de la escuela de postgrado Gerens y exviceministro de Energía.
Dentro de su estrategia de captar clientes, el concesionario invertirá entre US$50 millones y US$60 millones en la instalación de una planta de licuefacción de gas natural al sexto año de la concesión. “De esta forma también podemos llevar el gas a distancia mayores e incluso ir fuera de Tumbes”, dijo Icaza.
La empresa planea iniciar sus operaciones el próximo año. “A fines del 2020 comenzaremos con un sistema virtual y una red de ductos dentro de la ciudad. Los primeros años vamos a trabajar así, luego de siete u ocho años construiremos un gasoducto desde los campos productores”, dijo Icaza. La empresa planea invertir US$20 millones en los primeros ocho años. Además, tiene como objetivo llegar a más de 17,000 clientes domiciliarios y 500 clientes en el sector comercial e industrial.
Tanto en Piura como en Tumbes la consolidación de las empresas se daría en cinco a ocho años, contando desde la puesta en operación comercial, coinciden Matos y Vásquez. “Todavía mucho por hacer en el norte para tener una industria madura“, agregó Vásquez.
La puesta en marcha de las concesiones permitirá monetizar el gas producido en la zona noroeste. “Esa zona necesitaba unas concesionarias que hagan posible que la producción de los pequeños campos llegue al mercado”, señaló Alvaro Ríos, socio director de la consultora Gas Energy Latin America. Clean Energy del Perú se abastecerá del lote XXIII de Upland Oil & Gas, ubicado en Talara, y no descarta el suministro proveniente de lotes offshore, como el Z-38. Asimismo, Gasnorp buscará suministro de gas en lotes ubicados en Piura.
Esto también daría señales positivas para la exploración de gas en la zona. “Hay reservas de hidrocarburos en el noroeste que todavía no se han aprovechado, el potencial que existe es tan importante que justifica que haya actores que inviertan para seguir explorando”, dijo Pedro Gamio, exviceministro de Energía y consultor experto en energía.
La prepublicación del Ministerio de Energía y Minas(MEM) de la modificación del reglamento de comercialización de gas natural comprimido (GNC) y gas natural licuefactado (GNL) hará más atractiva la masificación del gas natural en las regiones norte y sur del país. La propuesta sería un ‘parche’ que busca agilizar el proceso. Pero para que el proyecto tenga un mayor alcance se tendrá que reactivar el Gasoducto Sur Peruano (GSP), ahora llamado el Sistema Integrado de Transporte de Gas Zona Sur (SIT Gas).
Las reglas de juego para los comercializadores de GNC y GNL que operan en el norte y sur del país podrían cambiar. La propuesta del MEM le dará exclusividad de operación a Quavii y Naturgy, concesionarios de la zona norte y sur, respectivamente. Hoy los concesionarios —que operan mediante redes de ductos— y los comercializadores —que operan por redes virtuales (camiones)— se pelean por atender a los clientes industriales.
Quavii y Naturgy tienen una obligación adicional: masificar el gas natural a nivel residencial. Para ello se apalancarán en el sector industrial. “Los concesionarios necesitan tener clientes [industriales] ancla, que son los que pagan más y garantizan la demanda”, dijo Javier Matos, consultor especialista en energía. Con el retraso en el inicio de las operaciones de Quavii y Naturgy —que se adjudicaron la concesión en el 2013, pero iniciaron operación en el 2017—, los comercializadores captaron un número importante de clientes industriales y desbalancearon el esquema de negocio de los distribuidores. Tanto en el norte como en el sur los comercializadores atienden al 30% de la demanda prevista para los concesionarios.
La exclusividad de la demanda permitirá a los concesionarios recuperar sus inversiones en redes de ductos. “Al no tener suficientes clientes industriales, las empresas tienen dificultades para mantener la infraestructura y conseguir el repago de la inversión”, señaló Bruno Vega, CEO de Okra Energy, proveedor de gas licuado en el norte. También impulsará las inversiones en conexiones residenciales, factor importante en la masificación de gas natural.
Con esta modificación al reglamento los comercializadores necesitarían la aprobación del concesionario para operar dentro de las zonas de concesión, en caso estos últimos no tengan capacidad o disponibilidad de atención. Ante esta situación, las empresas comercializadoras del sur tendrían que enfocarse en zonas alejadas que no estaban previstas en la demanda, como algunos lugares donde se desarrollan proyectos mineros. “No podemos llegar a todos lados, hay lugares adonde no nos es rentable llegar”, añadió Gerardo Gómez, gerente general de Naturgy.
Los comercializadores del norte, en cambio, perderán participación de mercado frente a Quavii. “Con un mayor volumen industrial se puede viabilizar el resto de las inversiones necesarias para continuar masificando el gas natural”, señaló Alberto Maraday, gerente comercial de Quavii. Este año ya invirtió alrededor de US$1 millón en dos plantas de almacenamiento y regasificación.
El efecto de la medida no sería inmediato. Existen contratos vigentes entre clientes industriales y comercializadoras que se deben respetar, pero que no podrán ser renovados. “Aún hay contratos firmados por tres años más”, dijo Gómez. Pero la propuesta encaminaría la ampliación de masificación de gas en las regiones. “Es un primer avance para ir ganando cobertura con redes de ductos”, señaló Arturo Vásquez, director de investigación de la escuela de postgrado Gerens y exviceministro de Energía.
Sin embargo, no se logrará una masificación a gran escala, coinciden las fuentes. Para ello será necesario reactivar el proyecto del Gasoducto Sur Peruano (GSP). “Hoy sólo tenemos 15% de penetración de gas natural”, dijo, Pedro Gamio, exviceministro de Energía y consultor experto en energía. “En cuanto llegue el gasoducto los costos se abaratan y se ampliará el radio de acción de una forma significativa”, añadió Gamio. Esto además generaría un suministro más seguro y equipararía las tarifas.