La operación que impulsó la actividad de M&A a nivel local fue la compra del 24% de SQM por parte de Tianqi. A su vez, en el mundo se registró un récord: el monto de las transacciones se elevó 51%, hasta US$77,8 mil millones, el más alto de los últimos cinco años.
La venta del 24% de SQM por parte de la canadiense Nutrien a la china Tianqi sigue dando noticias. Lo anterior, porque esta operación impulsó la actividad de fusiones y adquisiciones (M&A, por su sigla en inglés) en la industria de la minería en Chile durante 2018.
Así lo constata un informe elaborado por la empresa de auditoría externa internacional EY.
Darío Romero, socio en Consultoría en Transacciones de la firma en Chile, explica que dicha operación, que involucró más de US$4.000 millones, y la inversión de Sumitomo en la expansión de la mina Quebrada Blanca Teck (por US$1.200 millone) fueron las más grandes y las que representaron casi todo el volumen realizado el año pasado.
De este modo, la actividad exhibió un incremento de al menos 153% en relación a las transacciones por US$2.091 millones registradas en 2017.
“En general hay bastante cautela de parte de inversionistas y explotadores mineros, que han estado equilibrando su portafolio de proyectos mediante ventas de activos no estratégicos, y obteniendo mejoras en los retornos para sus inversionistas. En las condiciones actuales es difícil justificar el pago de sobreprecios relevantes, por lo que el foco está puesto en la realización de sinergias o valores estratégicos”, explica Romero, por lo que, a su juicio, las dos grandes transacciones mencionadas fueron excepcionales.
Para este año el experto espera que la actividad de M&A en minería en Chile tenga un crecimiento modesto. “La existencia de oportunidades para inversionistas y explotadores mineros estará en gran medida determinada por la influencia que la guerra comercial tenga sobre los precios de largo plazo de los minerales”, afirma.
Si bien en 2018 se vio una aceleración en las transacciones ligadas a los minerales utilizados para fabricar baterías, donde se inserta la transacción de SQM, para este año EY espera que se ralentice debido a la caída de precios ocasionada por el incremento de la demanda, lo que ha pasado especialmente con el litio.
Junto con ello, precisa Romero, el portfolio de proyectos nuevos en condiciones de ser desarrollados se mantiene bajo, por lo que un factor relevante será la posibilidad que tengan los exploradores mineros de completar sus iniciativas.
La tendencia de M&A en Chile se dio en un contexto global en el que se registró un récord: el valor de las transacciones se elevó 51% anual en 2018, hasta US$77,8 mil millones, siendo el monto más alto en los últimos cinco años.
Las materias primas que concentraron la mayor parte del monto total fueron el carbón y el acero, con un 33% entre ambas. En el caso de los acuerdos ligados al carbón, correspondieron a 37 y completaron US$13,9 mil millones, lo que equivale a un incremento de 64% en relación al valor anotado en el ejercicio previo.
Mientras que, a pesar de que siguen siendo significativas, las 37 transacciones por US$11,8 mil millones que se hicieron en el mercado del acero implicaron un retroceso de 12%.
Las operaciones de cobre, en tanto, crecieron 142,5% hasta US$7,4 mil millones. Lo anterior, consigna el informe, se debió “a una perspectiva de demanda positiva para el metal, en parte debido a la aceleración esperada de la infraestructura para respaldar el cambio a los vehículos a batería, y también impulsada por un recorte en el gasto de capital en los últimos años contribuyendo a la restricción de la oferta”.
En paralelo, la disciplina de capital se mantuvo fuerte en la agenda de las empresas. De acuerdo a la auditora externa, las 100 mayores compañías a nivel global devolvieron más de US$60 mil millones a los accionistas a través del pago de dividendos y de la recompra de acciones.
¿Qué pasará en la industria este año? Según EY, “la actividad de fusiones y adquisiciones continuará creciendo en 2019 a raíz de un período de crecimiento estable en el valor de las operaciones en los últimos tres años y por una creencia general de que el sector no puede seguir devolviendo efectivo y por la venta de activos: los acuerdos continuarán pasando de ser liderados por la desinversión a ser empujados por la inversión con un enfoque en la reposición de las opciones de crecimiento de las carteras”.
En ese contexto, estima que el oro seguirá impulsando los negocios y que el continuo desarrollo de la tecnología de baterías atreará inversiones en los metales asociados, en particular en el cobre.