Estados Unidos e Irán viven una escalada de tensión desde que Donald Trump decidiera volver a imponer duras sanciones contra la República Islámica en noviembre del año pasado.
Y esto se agudizó en las últimas semanas, con acusaciones contra Irán por supuestamente haber realizado varios ataques contra barcos petroleros, por un lado, y el anuncio por parte de Irán de que pronto incumplirá sus compromisos internacionales en cuanto a su programa nuclear.
Gran parte de la tensión se centra en la zona del estrecho de Ormuz y el Golfo de Omán.
Es uno de los pasos marítimos más importantes y estratégicos del mundo.
Este estrecho conecta a los productores de petróleo de Medio Oriente con mercados clave en Asia Pacífico, Europa, América del Norte.
Está entre Omán e Irán, conectando el paso marítimo de los países del Golfo —Irán, Kuwait, Arabia Saudita, Bahréin, Qatar y Emiratos Árabes Unidos— con el Mar de Arabia y más allá.
En su punto más angosto, el canal separa a Omán de Irán por tan solo 33 kilómetros.
Tiene dos vías marítimas, y cada una mide apenas 3km.
Aunque es estrecho, es lo suficientemente profundo como para permitir el paso de los barcos petroleros más grandes del mundo.
A pesar de que las cifras varían, alrededor de una quinta parte de las exportaciones mundiales de petróleo pasan por este pequeño canal, es decir, casi 19 millones de barriles de petróleo al día.
Esto lo convierte en el paso más importantepara la producción petrolera mundial.
Esto incluye el petróleo de la Organización de Países Exportadors de Petróleo (OPEP) Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, así como la mayoría del gas natural licuado de Qatar, el mayor productor mundial.
En 2015, Irán llegó a un acuerdo trascendental internacional para limitar su desarrollo nuclear.
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Irán aceptó limitar el enriquecimiento de uranio, que se utiliza para producir combustible para los reactores pero puede ser usado también para elaborar armamento nuclear, a cambio de una reducción de las sanciones internacionales.
Pero Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear el año pasado y reimpuso duras sanciones a Irán. En abril de este año, aseguró que los países que sigan comprando petróleo a Irán también pueden ser sancionados.
Esto ha causado grandes pérdidas a la economía iraní, que depende del petróleo, el cual representa dos tercios de sus exportaciones.
Y otros sectores como el energético, bancario, y de seguros también se están viendo afectados.
Desde entonces, las tensiones han ido en aumento.
Irán ha amenazado con bloquear el paso de los barcos petroleros a través de Ormuz, algo que podría hacer usando minas, submarinos, misiles y lanchas rápidas de ataque.
Si esta ruta se volviera impracticable, el suministro mundial de petróleo caería un 20%, según cifras compiladas antes de las últimas sanciones estadounidenses, citadas por el Washington Post.
Este lunes, el Pentágono hizo públicas imágenes que intentan mostrar los restos de una mina sin explotar sobre la carcasa del Kokuka Courageous, un buque petrolero japonés que transportaba 25.000 toneladas de metanol entre Arabia Saudita y Singapur.
Estados Unidos mantiene que otras fotos muestran también a miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán removiendo la mina del barco para no dejar evidencia del ataque.
Un barco con bandera de las islas Marshall y de propiedad noruega, el Front Altair, reportó también haber sido atacado el pasado jueves cuando transportaba 75.000 toneladas de nafta entre Emiratos Árabes Unidos y Taiwán.
Estados Unidos acusa a Irán de ser responsable de ambos ataques cerca del estrecho de Ormuz y de otros cuatro ocurridos en el estrecho en mayo.
Teherán niega con vehemencia todas las acusaciones.
Mientras, Estados Unidos anunció que enviará un convoy adicional de 1.000 efectivos a Medio Oriente como respuesta a lo que considera un "comportamiento hostil" por parte de Irán.
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El anuncio de un envío adicional de tropas se añade a los 1.500 uniformados que ya habían sido anunciados por el presidente de EE.UU., Donald Trump, el mes pasado.
Irán ha negado tener nada que ver en los ataques.
Hasta ahora, la respuesta iraní ha sido una política de "paciencia estratégica",explica Aniseh Bassiri Tabrizi, del centro de estudios Royal United Services, con base en Londres.
"Pero si estuvo detrás de los ataques del jueves, puede que estemos viendo el final de esa política", afirma Bassiri.
El presidente del país, Hassan Rouhani, declaró este mares que la comunidad internacional puede ver que es Estados Unidos, no Irán, el que se está violando los acuerdos.
"Irán ha sido leal a los acuerdos internacionales, y el que se enfrenta a nosotros hoy (Estados Unidos) es el que ha incumplido todos los pactos y acuerdos internacionales".
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"Nuestro adversario no es un país, nosotros no entramos en guerra con ningún país. Nuestros adversarios son políticos con poca experiencia", dijo Rouhani.
Y el lunes, Irán anunció que dentro de diez días superará el límite de uranio enriquecido que establece el acuerdo nuclear de 2015.
"Hemos cuadruplicado la producción de uranio enriquecido. La cuenta atrás para superar los 300 kilogramos de reserva ha empezado hoy y habremos pasado ese límite en el plazo de diez días", declaró el portavoz de la Organización de la Energía Nuclear de Irán, Behruz Kamalvandi.
Pero "aún hay tiempo [de salvar el acuerdo] si los países europeos actúan", afirmó.
La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos calificó el anuncio de Irán de "extorsión" y un "reto a las normas internacionales".
La realidad es que un conflicto entre Estados Unidos e Irán, incluso por accidente, "es más probable ahora que en ningún otro momento desde que el presidente Donald Trump llegó al poder", opina Jonathan Marcus, corresponsal diplomático de la BBC.
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La llegada de Trump al poder fue un punto de inflexión, retirando a Estados Unidos del acuerdo nuclear y embarcándose en una política de máxima presión contra Teherán.
Teherán, por su parte, intentó empujar a los países europeos a hacer más para ayudar a su dañada economía.
Pero si Irán rompe definitivamente el acuerdo nuclear, esto daría munición adicional al gobierno de Trump.
Ahora, "mucho depende de las dinámicas dentro del gobierno de Trump y también del análisis que haga Teherán de lo que está pasando ahí", dice Marcus.
"La oposición (de Trump) a implicarse militarmente es conocida. Pero es poco probable que se retire si fuerzas o instalaciones de Estados Unidos son atacadas".
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Mientras los aliados clave de Washington en Medio Oriente —Israel y Arabia Saudita— pueden estar aplaudiendo, los socios europeos de Trump están incómodos con la dirección que están tomando las cosas.
España, Alemania y Holanda han tomado medidas para suspender actividades militares en la región por el aumento de las tensiones.
Entre las potencias internacionales, China pidió a Estados Unidos que rebaje la tensión y a Irán que cumpla con el acuerdo nuclear, advirtiendo contra abrir una "caja de Pandora".
Rusia, que también es parte del acuerdo nuclear, también pidió moderación y calificó las acciones de Estados Unidos de "verdaderamente provocadoras".
Arabia Saudita culpó a Irán de los ataques, mientras que Reino Unido dijo que está "casi seguro" de la responsabilidad de Irán.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea, sin embargo, advirtieron en un encuentro el lunes contra saltar a conclusiones y se sumaron a las llamadas de la ONU para que se haga una investigación independiente.
Marcus cree que una "invasión de Irán a gran escala no va a estar sobre la mesa".
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"Esto sería más bien un conflicto aéreo y marítimo con una gran dosis de asimetría en las respuestas por parte de Irán. Podría incendiar toda la región", concluye.
En los últimos días la tensión entre Estados Unidos e Irán ha ido 'in crescendo' tras el ataque a dos cargueros en el Golfo de Omán el pasado 13 de junio. Las autoridades estadounidenses aseguran que la república islámica se esconde detrás de esos ataques, llegando incluso a mostrar incluso fragmentos de una mina que habrían sido retirados de uno de los buques.
Irán, por su parte, ha negado cualquier responsabilidad en los ataques, perpetrados junto al estrecho de Ormuz. También se ha desmarcado de otro boicot naval ocurrido el 12 de mayo cerca de Emiratos Árabes Unidos.
El ataque contra los dos petroleros la semana pasada no sólo acrecentó las tensiones entre Estados Unidos e Irán, sino que también disparó el precio del barril de crudo casi un 5%. Un día después del ataque escalaba hasta los 62,64 dólares, lejos de los 59,74 dólares con los que cerraba el día anterior.
El ataque se produjo en el Golfo de Omán, junto al estrecho de Ormuz, una de las rutas marítimas más importantes del mundo.
La importancia estratégica de este paso se debe a que el estrecho de Ormuz comunica los países del golfo Pérsico (Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Arabia Saudita, Omán, Kuwait y Catar), ricos en petróleo, con el océano Índico.
En su punto más estrecho este paso separa Omán e Irán por sólo 60 kilómetros. Sin embargo, es lo suficientemente profundo como para que grandes petroleros pasen por ahí.
Casi el 20% del petróleo del mundo, y aproximadamente el 35% comercializado por mar, pasa por el estrecho de Omán, lo que le convierte en un punto estratégico muy importante para el comercio internacional.