El parque eólico del grupo YPF está entre los más eficientes del mundo. En el lugar, ahora invertirán en una usina térmica.
La producción de energía renovable pasó de ser una actividad de nicho a un negocio de escala y los grandes jugadores del sector decidieron picar en punta. La petrolera YPF, líder en el mercado de hidrocarburos y en el quinto lugar como generadora eléctrica privada de la Argentina, invirtió 210 millones de dólares en el parque eólico Manantiales Behr, ubicado a pocos kilómetros de Comodoro Rivadavia (Chubut), un complejo que cuenta con una potencia instalada de 99 MW, y es el más eficiente del mundo al lograr un factor de capacidad del 62% y a través del cual abastece a grandes clientes industriales de todo el país. Pero, además, está construyendo en ese lugar una central de generación térmica en la que desembolsará otros 60 millones de dólares que conformará un sistema de generación híbrida.
“YPF busca liderar el proceso de transición energética en la Argentina”, detalló Silvana Oberti, gerente de sustentabilidad de la compañía quien además detalló que la meta de la empresa es alcanzar el 20% de la generación total de energía renovable en 2023, liderando el mercado a través de su empresa subsidiaria YPF Luz.
Pero, además, y del otro lado del mostrador, hoy YPF es el principal comprador de energías renovables de la Argentina. Entre enero y marzo de este año, sobre los más de 600 mil MWh de energía total utilizados por la compañía, 99.060 MWh, es decir el 17%, fue renovable.
“Treinta desaforados gigantes de brazos largos”, tal como decía Don Quijote de la Mancha a su escudero Sancho Panza, se erigen en plena estepa patagónica donde los vientos alcanzan una velocidad promedio de 50 kilómetros por hora, y sobre un yacimiento petrolero de 2.000 hectáreas que está operativo desde hace 80 años. Allí operan 30 aerogeneradores adaptados con tecnología de punta que hoy producen alrededor de 60 MWh.
“El 60% de la energía que produce el parque la compra la propia compañía YPF”, detalló Alejandro Eloff, gerente de operaciones para la región Sur de YPF Luz. El resto la comercializa entre grandes clientes industriales mediante contratos de largo plazo como Profertil, Toyota, Coca Cola Femsa, Nestlé, Indura, Eco de los Andes y sanitarios Roca entre otros.
Según detalló la gerente de relaciones institucionales, Mariana Iribarne, la mayoría de los clientes que compran energía eólica a YPF Luz obtuvieron precios más convenientes que los que estaban adquiriendo hasta ese momento, aunque destacó que “eso depende de los plazos de los contratos, cuanto más largo, más barato”, dijo y señaló que se manejan acuerdos promedio de 13 años. Todos ellos a través del Mercado a Término de Energías Renovables (Mater).
Pero, además de la comercialización, la energía de Manantiales Behr le sumó fiabilidad y robustez a la red de Comodoro Rivadavia, un nodo que manejaba una potencia de 100 MW por ciclo combinado y el parque eólico le aportó 100 MW más. Además, lo que produce el parque también afianzó la red del yacimiento petrolero de la zona.
“Con este parque logramos ahorrar el consumo equivalente a una central térmica, unos 47.500 metros cúbicos de gasoil, y unos 80 millones de metros cúbicos de gas natural. También se logra una reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que generan gases de efecto invernadero por 241.600 toneladas al año y puede producir energía eléctrica para unos 130 mil hogares, aunque en rigor lo que estamos generando es casi el doble de lo que consume Comodoro Rivadavia como ciudad”, detalló Eloff.
La central térmica que está en construcción tendrá 58 MW con cinco motores a gas, que tienen una eficiencia del 47%.
Aunque la empresa también está desarrollando otros dos parques eólicos _uno en Santa Cruz en Cañadón León de 120 MW y otro en Azul, provincia de Buenos Aires de 172 MW_ los límites los termina imponiendo la infraestructura de transporte de energía, obras que debe encargar el gobierno nacional a través de Cammesa y que demandan inversiones millonarias.
“La Patagonia tiene un potencial de energía eólica enorme, como para abastecer a todo el país y exportar, lo que no tiene es infraestructura”, dijo Eloff y señaló que en este momento con los parques que están instalados y en construcción se llevaría a tope la capacidad de transporte de energía que tiene la red, con lo cual “para pensar en seguir ampliando hay que hacer infraestructura, redes, estaciones transformadora, de modo de poder llevar esa energía renovable a los consumidores”, detalló.
Actualmente, la energía que se produce en el parque eólico de Manantiales Behr, la energía sale de allí con una línea de 20 kilómetros que construyó la empresa y conecta con otra pública de la zona. Desde allí se conecta vía el nodo de Comodoro Rivadavia _una línea de 132 KW hasta Pico Truncado (al sur en Santa Cruz) y de allí nuevamente sube al sistema interconectado, que es la línea de 500 KW. Esas distancias también atentan contra la eficiencia del sistema por las pérdidas que generan tamaño recorrido.
Por eso, está en proyecto _de hecho el mes que viene Cammesa realizará una audiencia pública_ para realizar una conexión más cercana que permita sacar la energía desde Manantiales Behr hasta Pampa del Castillo en Chubut, por la ruta 26.
Los aerogeneradores de 3,3 MW cada uno son totalmente autónomos y funcionan con vientos a partir de los 10 kilómetros por hora y hasta 90 km/h. Por encima de esa velocidad cortan. La torre mide 85 metros, las aspas tienen 55 metros y cubren un diámetro de 112 metros. La altura total del equipo es de 140 metros, es decir, más del doble de lo que mide el Obelisco y un poco más alto que una cancha de fútbol parada.
La actividad del equipo se activa con el viento, que mueve las aspas y por acción del rotor de un generador esa fuerza se convierte en energía eléctrica. La caja multiplicadora pasa de 15 RPM a 1500 RPM.
Los equipos tienen un sistema de control que mide la dirección del viento y orientan la hélice en forma paralela. Pero, además, son monitoreados desde centros remotos en India (donde se miden vibraciones) o Estados Unidos y España, desde donde se testean otras variables. Aunque los de Manantiales son los más modernos, la tendencia es ir hacia equipos aún más grandes.
El parque obtuvo en febrero de este año la validación para emitir “certificados de reducción de emisiones” conocidos como bonos de carbono. Aún no fueron lanzados al mercado, pero sólo Manantiales Behr tiene capacidad para generar certificados por 250 mil toneladas de CO2 al año.
Generación eólica sobre yacimiento de petróleo
El parque eólico Manantiales Behr está ubicado en Chubut y es administrado por YPF Luz, la subsidiara de generación de energía de YPF que fue fundada en 2013 y que tiene en operación 1819 MW de potencia y en construcción otros 634 MW. Está asentado sobre un yacimiento de petróleo, donde la compañía produce el 40% de sus operaciones de crudo en el país y el 15% de gas, que representan 91 mil barriles por día.
El área de concesión de Manantiales Behr se descubrió como área petrolera a fines de la década del 20 por la empresa estatal y comenzó a operar en los años 30. Operó en forma constante hasta los años 80 época en la que comienza una curva de producción, según detalló Alejandro Eloff. Entre 1980 y 200 la producción estuvo a cargo de un consorcio conformado por Perez Compac, Astra y Amoco. Finalmente en el año 1996 comienza a trabajar allí Respsol con Astra. La empresa española adquirió primero a esta última y luego compró YPF fusionando la operación de esta región. “Se dan diez años de crecimiento muy grande”, agregó Eloff y detalló que se perforaban alrededor de 200 pozos por año.
Actualmente el área tiene unos 1.300 pozos activos en Manantiales Behr, de los cuales 20 producen gas el resto petróleo y 230 eyectores de agua. A partir de 2007 y ante una menor actividad de los pozos YPF decidió invertir en procesos de recuperación secundaria y terciaria “que es lo que hoy no está dando un mantenimiento de la producción total, en orden de 3.200 metros cúbicos día, y que en el futuro se va a seguir apalancando más con esta técnica”, agregó.
La recuperación secundaria consiste en inyectar agua, a los pozos para mantener la producción y lograr mejorar el factor de recobro y reservas adicionales. Esto comenzó a perfeccionarse con la recuperación terciaria, donde se inyectan polímeros, un proceso en el cual YPF empezó a incursionar en 2014.