De acuerdo con las opiniones del presidente ruso, Vladimir Putin, las relaciones entre Rusia y Estados Unidos están en su peor momento, esto también aplica en el escenario venezolano donde ambos apoyan a distintas fuerzas políticas pero su objetivo final es el mismo: hacer negocios en Venezuela en cuanto a la extracción de gas y petróleo.
Si bien parece que el gobierno norteamericano de Donald Trump todavía no tomo la iniciativa, su homólogo Vladimir Putin aprobó los proyectos de gas que tiene la compañía rusa, Rosneft en Venezuela. De esta forma el ruso se instala formalmente en la región de Amércia Latina, algo que todavía parece improbable para la Casa Blanca
el presidente de Rusia, Vladimir Putin aprobó lo que se había propuesto a principios de mes en cuanto a la cooperación de los gobiernos de Rusia y Venezuela en términos de los proyectos de extracción de gas que tiene la empresa estatal rusa, Rosneft.Demostrando una vez más las buenas relaciones entre los gobiernos dePutin y Nicolás Maduro, aunque está vez haciendo efectiva la presencia e influencia de Rusia en la región venezolana haciéndole frente a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.
"Aceptar la propuesta del Gobierno de Rusia sobre la firma de protocolo sobre introducción de cambios en el acuerdo entre Rusia y la República Bolivariana de Venezuela sobre la cooperación en el ámbito de realización de proyectos estratégicos conjuntos del 10 de septiembre de 2009", asegura el documento de Putin publicado en la página web del gobierno ruso.
El plan contempla la explotación de los campos que forman el proyecto Mariscal Sucre: Patao y Mejillones, al norte del Estado de Sucre al norte de Venezuela, especialmente utilizados para la exportación de gas. Quien estará a cargo de los trabajos es la empresa rusa Rosneft a quien se le otorgó la licencia de exploración y explotación de gas por 30 años en 2017.
Si bien esto no es una sorpresa ya que las relaciones entre ambos gobierno fueron cercanas, teniendo en cuenta que en marzo del año pasado Maduro decidió trasladar la oficina de la petrolera estatal venezolana, PDVSA, de Lisboa (ciudad capital de Portugal) a Moscú (ciudad capital de Rusia). Estas relaciones piensan ser fortalecidas con la próxima visita de Maduro a la capital rusa.
Sin embargo esta no es el único acuerdo entre Venezuela y Rusia ya que a principios de año el ministro venezolano de Petróleo, Manuel Quevedo dio a conocer un plan para que las compañías rusas, entre ellas Rosneft, participen de la producción de gasolina, volviendo a dejar en desventaja a Washington.
A todo esto, Rosneft se prepara para su accionar en Venezuela y planea ejecutar proyectos para producir un nuevo material a utilizarse en la extracción de hidrocarburos, así aseguraron las autoridades rusas en un documento firmado durante Foro Económico Internacional que se celebra en San Petersburgo. En el evento también participó el líder chino, Xi Jingping, aunque se desconoce su intervención en los nuevos planes de Rusia en Venezuela.
Aunque el otro actor clave en Venezuela, Estados Unidos parece no haber avanzado en cuanto a sus planes en la región aparte de las amenazas y el apoyo a Juan Guaidó que tampoco parece tener el éxito suficiente. La Casa Blanca de Trump parece continuar con la mirada puesta en la estrategia de la Guerra Fría, por lo menos eso refleja un informe escrito por el 'think tank' norteamericano, Chris Dougherty.
"Por primera vez en décadas, es posible imaginar a los Estados Unidos luchando, y posiblemente perdiendo, una guerra a gran escala con un gran poder", advierte Dougherty para después comparar la estrategia estadounidense con la rusa o china y tildar a Estados Unidos de débil por no "utilizar el tiempo y la geografía a su favor".
Es así que mientras Rusia hace negocios con Venezuela y se asienta comercialmente en el territorio latinoamericano, Estados Unidos solamente muestra su poder al imponer cada vez más sanciones, como la congelación de activos rusos o la imposición de sanciones a los recursos venezolanos, sobre el gobierno de Putin, que el parece pasar por alto.
Venezuela es el número uno en el mundo y todos quieren trabajar allí, incluidas las compañías estadounidenses. "La imposición de sanciones contra este país muestra solo una cosa: el gran interés en la base de recursos de la administración estadounidense" , dijo el director general de Rosneft, Igor Sechin.
