RAÚL FIGUEROA
El precio del crudo registró en las últimas horas la mayor caída en lo que va del año y la pregunta surge con claridad: ¿Se reflejará esa merma en una mejora del precio de los combustibles argentinos?
¿Qué tiene que ver la sanción de Estados Unidos contra el gigante chino de celulares, Huawei, con el precio del barril de petróleo? En apariencia no mucho, pero ambos resultan estornudos de un mismo resfrío. El precio del crudo registró en las últimas horas la mayor caída en lo que va del año y la pregunta surge con claridad: ¿Se reflejará esa merma en una mejora del precio de los combustibles argentinos?
El jueves se registraron bruscas caídas en los precios de los petróleos de referencia, consolidando una tendencia que venía en baja en los últimos días. El WTI cayó 5,7%, perdiendo más de 3 dólares en la misma jornada, que cerró en 57,91 dólares. El Brent, que se toma como referencia en la Argentina, registró una caída del 4,6%, restando 3,23 dólares, cerrando en 67,76 dólares.
Hasta hace algunas semanas, la cotización había subido hasta niveles de 66 y 74 dólares, para el WTI y el Brent, en base a la reducción de la producción que había acordado la OPEP; esa medida posibilitó un recupero del 40% del precio, desde el comienzo del año.
Según reflejan medios internacionales, la causa del descenso se debió a la suba en el inventario de reservas de los Estados Unidos. Ese incremento brusco en la oferta refleja a su vez otro fenómeno: la contracción de la economía mundial, basada en la guerra comercial entre Trump y el gobierno chino, provoca que los inversores se retiren de los activos de más alto riesgo.
a expresión más clara de la guerra comercial entre E.U y China es la sanción del primero a la compañía Huawei: acusando al gigante asiático de vulnerar la seguridad de Estados Unidos, el gobierno de Trump aplicó sanciones comerciales a la compañía, lo que ya está motivando que proveedores estadounidenses corten vínculos con aquella.
Lejos de aquel escenario, el mercado de los combustibles argentinos ha mostrado alta sensibilidad a los sobresaltos internacionales, sobre todo cuando los precios suben. Sin embargo, un antecedente reciente también muestra que pueden bajar.
Fue a principios de diciembre del año pasado, cuando se anunció una reducción del orden del 1% sobre los precios de los combustibles, luego de que el precio del petróleo acumulara una fuerte baja, en un ciclo iniciado a mediados de octubre y que se prolongó hasta fines de enero. En esa misma disposición, el gasoil subía hasta 3% por factores vinculados a impuestos internos.
El 6 de enero hubo una segunda merma de precios, esta de vez de hasta un 3% para las naftas y en menor medida para el gasoil. Sin embargo, esas subas quedaron muy lejos de lo que había retrocedido en proporción el precio del crudo (tras alcanzar los 84 dólares en octubre, cayó hasta 54 dólares a principios de enero). Es decir, frente a una caída del 35% a lo largo de 60 días en el petróleo, los combustibles argentinos no bajaron más de un 4%.
La baja, de todos modos, duró poco. Apenas arrancó febrero, los precios de los combustibles comenzaron a subir, al compás del recupero del petróleo, acumulando subas del 15% hasta principios de mayo.
Ahora, los precios del crudo caen otra vez en el mercado internacional. No se puede afirmar que se trate de una tendencia, ya que otros factores podrían disparar el efecto contrario. Por lo pronto, las petroleras argentinas ya habían dejado trascender una nueva suba de precios a partir de junio, es decir la semana próxima. Terminarían de trasladar así el impacto de la devaluación del mes de marzo, además de subir ahora para evitar hacerlo en los meses subsiguientes, cuando la campaña electoral ingrese en zona de definiciones.
Algo es seguro: si las sanciones de Estados Unidos a Irán provocaran una suba en los precios del crudo, las naftas y el gasoil del país no tardarían en subir.