En un escenario optimista, el primer tramo del nuevo proyecto del Gasoducto Sur Peruano (GSP), desde la zona de producción de Las Malvinas hasta la provincia de Anta, región Cusco, estaría listo en el 2022, sostuvo el ministro de Energía y Minas, Francisco Ísmodes.
Sin embargo, indicó que el retraso en la ejecución del proyecto total se debe a que la consultora Mott McDonald tuvo demoras en la elaboración del estudio que Proinversión le encargó para definir los alcances del nuevo proyecto del Gasoducto Sur Peruano.
El titular del MEM también resaltó que su sector está trabajando arduamente para reducir los plazos para la ejecución del proyecto Sistema Integrado de Transporte de Gas (SIT Gas), anteriormente conocido como gasoducto del sur, y en un escenario óptimo este podría estar llegando, en su primer tramo, a la provincia de Anta (Cusco) en el 2022.
“En principio se había planteado que hacia el 2025 recién estaría llegando SIT Gas, pero nosotros estamos reduciendo los plazos. Un primer paso es que debe llegar a Anta, porque ese es un ducto que es parte de la seguridad de la operación”, comentó en diálogo con periodistas nacionales.
Ísmodes informó que la consultora Mott MacDonald, a cargo de la evaluación del trazo del proyecto, ha tenido demoras en la entrega de sus informes. “Eso es lo que nosotros estamos viendo cómo resolver, pero además como una oportunidad que nos permite revisar ese plazo y cumplir con algo que debió hacerse hace muchos años y que es llevar el gas al Cusco”, agregó.
En el caso del segundo tramo del gasoducto, que llegaría hasta Ilo, en Moquegua, el ministro Ismodes Mezzano aclaró que aún se está trabajando en la definición del trazo final.
Más adelante, el titular del MEM informó que el Gobierno está analizando con las autoridades de Bolivia la posibilidad de que el gas de ese país llegue a las zonas limítrofes como Puno, pero remarcó que tal posibilidad aún está en evaluación.
“Como Gobierno hemos venido desarrollando los Gabinetes Binacionales con Bolivia, y tenemos convenios suscritos de cooperación en hidrocarburos. En este espacio hemos venido conversando para ver cómo podemos aprovechar, en algunas zonas de nuestro país, la posibilidad de que se llegue con gas de Bolivia para atender a las zonas vulnerables que necesitan una fuente de energía más barata”, indicó.
Ísmodes Mezzano señaló que tiene el encargo del Presidente de la República de avanzar con este proyecto y por ello se analiza con las autoridades de ese país cuáles serían los términos en los que se pueda dar esa posibilidad. El tema, agregó, será tratado en la próxima cumbre de la Comunidad Andina de Naciones.
Al respecto, Álvaro Ríos, socio director de Gas Energy Latin America, anotó que el gas boliviano pese a que se encuentra en una situación declinante (caída en su producción) tiene espacio en los mercados de Brasil y Argentina a precios muy buenos. Subrayó que Bolivia tiene mejores oportunidades en esos países en precios y sin necesidad de invertir en infraestructura, algo de lo que Perú carece.
"No digo que hay que cerrar esas oportunidades –la importación de Bolivia hacia el sur peruano–, pero no las veo de inmediato bajo las condiciones actuales. La demanda en Argentina y Brasil existe, en cambio la demanda por Ilo hay que crearla", señaló Ríos, quien también se desempeñó como ministro de Hidrocarburos de Bolivia entre 2003 y 2004.
El experto recomendó comenzar a trabajar en el SIT Gas, pues le da al Perú seguridad energética, ya que en caso de que en algún momento el gasoducto central de Camisea a Pisco sufra algún desperfecto se sufriría una debacle energética.
"A mí me parece que la solución estructural para el gobierno peruano es de una vez concretar el gasoducto andino del sur. Eso le va a dar una verdadera masificación, que no permite el gas licuefactado, eso son parches. Se puede –con el SIT Gas– masificar el gas y pensar en un nuevo proyecto de exportación. Ese es el norte que debería seguir el Perú. Además los ductos están comprados, hay que conciliar con las empresas. Esa es una cosa que hay que ponerle mucha prioridad", aseveró Ríos, segpun publicó La República.
Finalmente, sobre la coyuntura política, el ministro Ísmodes comentó que la reforma planteada e impulsada por el Gobierno fortalecerá la institucionalidad del país y la lucha contra la corrupción. Variables que juntas, también favorecen la inversión. “Esperamos que el Congreso de la República pueda darle la máxima prioridad y sentido de urgencia” a la propuesta impulsada por el presidente Martín Vizcarra, concluyó.
“Eso es lo que estamos resolviendo, pero además es una oportunidad que nos permite revisar ese plazo y cumplir en realidad con un tema que debió hacerse hace muchos años: que el gas llegue a Cusco y sea aprovechado”, enfatizó.
Sobre el segundo tramo del gasoducto que llegaría hasta Ilo (Moquegua), el ministro Ísmodes manifestó que todavía no tienen definida la fecha en la que estará listo, pero que también están viendo cómo esos plazos se pueden adelantar.
La masificación del gas natural beneficiará al sector de transporte de carga. Las empresas distribuidoras del combustible ya están trabajando en el desarrollo de estaciones de gas, mientras que las marcas de vehículos ya están adaptando sus portafolios.
El uso del gas en el transporte logístico se da tras la implementación del mismo en diversos sectores. La pesca, la minería, la construcción y la industria ya utilizan gas en sus operaciones. Por el lado del transporte, su uso se inició en los vehículos livianos. Los vehículos pesados son el siguiente paso.
El gas natural ya estaba disponible para los vehículos pesados de manera comprimida (también conocido como GNV). Sin embargo, la autonomía de este tipo de vehículos —dado el estado gaseoso del combustible— era de tan solo 400 kilómetros, haciendo inviable su uso en el transporte de larga distancia.
La conversión del gas a licuado mediante criogenización —proceso que estará disponible a fin de año en el Perú, hoy en periodo de prueba— es lo que hace viable su uso en el transporte de larga distancia. “Es el mismo gas. La diferencia es que el surtidor del grifo en el caso del GNV lo hace en estado gaseoso. En cambio en estos camiones lo hace en estado líquido y eso da una autonomía de hasta 1,000 kilómetros”, comentó Juan Carlos Pon, gerente de la división de ventas de Scania del Perú.
Pero el desarrollo del gas natural licuado (GNL) no sería factible sin una red de distribución masiva. Por ello, las empresas distribuidoras de gas Quavii, Cálidda y Contugas —cada una en una zona específica del Perú— están empezando a construir estaciones para crear un corredor verde a lo largo de la costa peruana y hacer factible su uso en el transporte de carga interprovincial.
Quavii es la empresa con más iniciativas en el norte del país. El año pasado invirtió US$370,000 en una estación móvil para hacer pruebas y en el cuarto trimestre del 2019 abrirá dos estaciones de abastecimiento, en Trujillo y Huarmey. “Estamos invirtiendo alrededor de US$3 millones en los dos grifos, básicamente para atender alrededor de 400 vehículos en los próximos diez años”, detalló Alberto Maradey, gerente comercial de Quavii.
En Lima, Cálidda también está desarrollando estaciones de abastecimiento en alianza con Quavii para complementar los puntos de abastecimiento del norte. “A fin de año vamos a inaugurar una estación de GNL en el norte de Lima [Puente Piedra]. Va a estar lista a fin de año, en el cuarto trimestre del 2019”, precisó Jorge Olazábal, gerente general de Cálidda. La empresa también desarrollará una segunda estación en la capital.
Para complementar el corredor en el sur, Contugas desarrollará una estación en Chilca y desarrollaría otra en Ica o Chincha, según Pon. Además, Cálidda también estaría dispuesta a desarrollar una estación en el sur para completar el recorrido. “Faltaría una en el sur para poder regresar pero estamos viendo qué ubicación tiene. Lo claro es que estamos dispuestos a invertir”, añadió Olazábal.
La principal ventaja del uso de gas son los ahorros en combustible. Empresas de autos como Scania, FAW y Shacman vienen incluyendo en sus portafolios camiones que funcionen bajo este combustible, afirma Maradey, de Quavii.
Scania está realizando pruebas con su camión a GNL. La empresa se ha aliado con Quavii para probar el nuevo vehículo en el norte. El ahorro proyectado por kilómetro es de entre 30% y 35% en dólares, por lo que, aunque el camión es 30% más caro, la inversión sería recuperada rápidamente. “Estamos apuntando a transportistas que recorren de 100,000 kilómetros por año a más y que la recuperación [de la inversión inicial] sea en año y medio, máximo dos años. El resto de los años ya es pura utilidad para el transportista”, sostuvo Pon, de Scania.
Para el cierre de año, la empresa proyecta colocar 30 camiones a gas que serán utilizados para el transporte del GNL a estaciones donde no existan tuberías. Además, empresas de diversos sectores como la minería y la agroindustria están interesados en estos nuevos camiones —según Pon—, por lo que Scania proyecta colocar 50 camiones más en el 2020.
El gas natural continuará avanzando en el transporte logístico masivo. A las iniciativas para utilizarlo en tractos, podría sumársele una segunda etapa en buques, agrega Maradey. La matriz de los vehículos de carga empezará a cambiar, publicó Semana Económica.