Los movimientos que los bancos centrales realizaron con sus reservas de oro estuvieron marcados por la polémica durante la primera década del siglo XXI, en especial las ventas de oro por parte de algunos países, que se tradujeron en negocios desastrosos para las arcas de esos estados.
En la primera década de este siglo, controvertidas decisiones de venta de parte de sus reservas de oro por parte de algunos países como el Reino Unido o España se tradujeron en operaciones de desastrosas consecuencias económicas, que hicieron dudar de la capacidad de quienes estaban al frente de estos organismos, bien por acción (Banco de España) o por omisión (Banco de Inglaterra, que se plegó a las decisiones del entonces responsable del Tesoro, Gordon Brown).
Sin embargo, desde 2012, la actuación de los bancos centrales del mundo ha estado marcada por una clara estrategia de diversificación y protección de sus activos, que los ha llevado a adquirir alrededor de 150 toneladas de oro trimestrales, según los datos del Consejo Mundial del Oro.
Como explica el analista Ryk de Klerk en Business Report, los bancos centrales se han mostrado muy sensibles al precio del oro, reduciendo sus compras cuando éste subía e incrementándolas cuando bajaba.
Un total de 27 de los 41 bancos centrales de los países con mayores reservas de oro no han realizado ninguna operación durante los últimos siete trimestres, manteniendo la cifra inalterada.
Curiosamente, los más activos en el mercado han sido los países emergentes y, concretamente, China, Rusia y la India. Desde 2012, estos tres países han sido responsables del 53% de las compras de oro y durante los últimos siete trimestres, su proporción conjunta ha superado el 50%.
Las reservas oficiales del Banco de la República Popular China se incrementaron en 830 toneladas (cerca de un 80% más) desde las cifras de 2012, acaparando el 21% de las compras totales desde el último trimestre de ese año.
Por su parte, las reservas de oro del Banco Central de la Federación Rusa crecieron un 126% (1.210 toneladas), lo que representa el 31% de todas las compras realizadas por los bancos centrales desde el año 2012.
Solo desde el mes de julio de 2017, Rusia ha adquirido más de 452 toneladas, lo que incluye la práctica totalidad de la producción anual de oro del país.
También desde julio de 2017, el Banco de la Reserva de la India incrementó sus reservas un 9% (51 toneladas), situándose como el undécimo país con las mayores reservas de oro del mundo.
Entre otros actores importantes en el mercado del oro durante estos años dentro del sector oficial se encuentra también el Banco Central de Kazajistán, cuyas reservas casi se han multiplicado por tres desde 2012, incluyendo, al igual que en el caso de Rusia, la práctica totalidad de la producción minera local de este metal.
Según Ryk De Klerk, detrás de este movimiento por parte de los bancos centrales de algunos países emergentes se encuentra el hecho de que el oro representa alrededor del 75% de las reservas totales en divisas de los Estados Unidos, y en torno al 60% de media en los países de la Unión Europea.
En cambio, la proporción de oro de las reservas de Rusia ha ascendido del 17 al 19% desde el segundo trimestre de 2017, mientras que en China permanece en torno al 2%.
En el caso de la India, el porcentaje de oro sobre el total se mantiene en el 6%. Y Kazajistán ha incrementado esa proporción desde el 37% de mediados de 2017 hasta el 56% actual.
Esta tendencia hace pensar que estos países van a continuar aumentado sus reservas de oro a largo plazo. Sin embargo, para que Rusia duplique la proporción de oro en sus reservas, desde el actual 19 al 38%, sería necesario dedicar el 62% de su producción anual a reservas.
En cuanto a China, pasar del 2 al 4% de oro en sus reservas implicaría hacerse con el 54% de la producción minera anual. Y en el caso de Kazajistán, De Klerk considera que su objetivo puede estar en una proporción de oro en sus reservas totales de entre el 70% (como Alemania) y el 75% (como los Estados Unidos).
Sin embargo, teniendo en cuenta que China, Rusia y Kazajistán producen alrededor de la cuarta parte del oro que se extrae anualmente en el mundo (769 de las 3.503 toneladas en 2018), la retirada del mercado de toda o parte de esa producción para dedicarla a las reservas de estos países productores provocaría que se disparase el precio del oro.
En cualquier caso, como se demostró en la encuesta realizada por el Consejo Mundial del Oro entre los bancos centrales en 2018, la mayoría de ellos invierten en oro por el papel de éste como refugio y como elemento diversificador de la cartera de inversión, determinó Jorge Pedraza en Oro Información.
El oro se estabilizaba el miércoles, aunque se negociaba por debajo del nivel clave de US$1.300, ante el retroceso de los mercados de acciones mientras los inversores aguardaban claridad sobre la relación comercial entre Estados Unidos y China.
A las 12:44 GMT, el oro al contado ganaba un 0,2% a US$1.299,49 por onza tras subir el martes a US$1.303,26, máximo desde el 11 de abril.
Los futuros del oro en Estados Unidos avanzaban un 0,2% a US$1.299,00 por onza.
“Se han dado fugas desde las acciones hacia activos de refugio”, afirmó Peter Fertig, analista de Quantitative Commodity Research. Agregó que las acciones pasaron a territorio negativo pese a datos económicos fuertes de Alemania.
El repunte que tuvieron las bolsas por una lenguaje más moderado entre Estados Unidos y China se desvaneció el miércoles por cifras débiles para las ventas minoristas de Pekin y los problemas de deuda de Italia.
La plata ganaba 0,2% a US$14,82 por onza. El platino caía 0,5% a US$851,60 por onza y el paladio bajaba 1,2% a US$1.319,85 la onza, publicó Reuters