Carlos Gonzales, director de Enerconsult, acota que la ley se enfoca en impulsar la industria petrolera, pero muy poco o nada en incentivar la búsqueda de gas, sobre todo, off-shore.
La nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH) está ingresando a la recta final después de casi dos años de idas, vueltas y modificaciones en su texto. Según el Gobierno, su aprobación – por parte del Legislativo – impulsará las inversiones en petróleo. Pero otra sería la historia con el gas, según Carlos Gonzales, director de Enerconsult.
“La nueva LOH no incluye una sola letra en favor de la exploración y explotación del gas natural”, señala el especialista en gas y petróleo.
Gonzales apunta que la LOH se enfoca casi por entero en impulsar la industria petrolera, pero muy poco o nada en incentivar la búsqueda de gas, sobre todo, en el off-shore (mar adentro), objetivo principal de todas las grandes empresas de hidrocarburos en el mundo.
Apunta, como casos emblemáticos, los de Tullow Oil (Irlanda) y Anadarko (EE.UU), que han solicitado y recibido media docena de lotes para explorar petróleo y gas en el zócalo continental.
“Aguas profundas es lo que van a explorar, precisamente, Tullow, Anadarko y Karoon. Se trata de proyectos de alto riesgo, que requieren de tecnología muy avanzada. Pero no tienen incentivos”, explica Gonzales.
Añade que la LOH tampoco ha planteado la posibilidad de flexibilizar regalías en lotes gasíferos, como el 88 y 56, que “pagan más de 30% en promedio, frente a otros en la misma área de Camisea, como el 57 y 58, que pagan sólo 5%”, indica.
Gonzales anota que la necesidad de contar con incentivos para el gas natural es más necesaria que nunca por la caída de las reservas de este hidrocarburo.
Efectivamente, el Libro de Recursos de Hidrocarburos 2017 del MEM señala que las reservas de gas natural cayeron 20%, de 16,1 TCF a 12,9 TC, entre 2016 y 2017.
Ello, como consecuencia de una revaluación técnica efectuada en el lote 58, pero también debido al consumo, en una coyuntura de escasos o nulos descubrimientos.
Como consecuencia, ya no tenemos gas para 33 años de consumo, sino sólo para 25 años.