MARK VENABLES
Parece que a principios de 2019 el juego final en Venezuela se centró claramente y con un lugar regular en las noticias diarias. Nicola Maduro y Juan Gualdo continúan reclamando la presidencia, mientras que Estados Unidos y Rusia intentan ejercer cada vez más su influencia.
Este escenario se presenta en un contexto que se describe como la peor crisis humanitaria del Hemisferio Occidental en la memoria reciente. Los cortes de energía ocurren con frecuencia, la nación sufre de hiperinflación y existe una grave escasez de incluso los elementos más básicos.
Esto de una nación considerada como una de las estrellas más brillantes de Sudamérica, impulsada por los fuertes ingresos de sus extensas reservas de petróleo. La caída en desgracia de la nación se refleja en la difícil situación de su sector energético.
Luis Giusti, el arquitecto de Apertura Petrolera de Venezuela y el último Presidente y CEO de PDVSA antes de la aparición de Hugo Chávez y el socialismo bolivariano, se posiciona perfectamente para superar el desorden que se está extendiendo por todo el país. Giusti es ahora asesor senior (no residente), de energía y seguridad nacional, Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Explica que la llegada de Chávez como presidente en marzo de 1999, provocó de inmediato el inicio del deterioro de la industria petrolera en Venezuela, debido a las grandes donaciones de petróleo a Cuba (150.000 BPD), Argentina, Bolivia, Nicaragua y 14 islas del Caribe. Los sueños de Chávez de ser un líder continental fueron la fuerza detrás de esos dones. Esta situación se ve agravada por el despido de miles de empleados con experiencia, junto con la falta de mantenimiento de los campos petroleros y el equipo, incluidas las refinerías.
"A lo largo de sus 20 años en el poder, Maduro tras haber seguido a Chávez después de su fallecimiento, se volvió profundamente corrupto y, desde la época de Chávez, se produce una corrupción masiva en la administración de PDVSA", dice. "Se han tirado cantidades de dinero robado en el orden de $ 500,000 millones".
Cuando Chávez se hizo cargo, PDVSA estaba produciendo 3,600,000 BPD. Además, Conoco estaba construyendo dos cokers, por $ 4 mil millones y uno por total en $ 7 mil millones, para un adicional de 600,000 BPD. Además, 37 acuerdos operacionales que también contribuyeron con 600,000 BPD.
Actualmente, la producción total es de apenas 1 millón de BPD y está disminuyendo. Las refinerías son en su mayoría inactivas u operan con cargas bajas sin craqueadores para gatos y plantas de alquilación. Incluso las plantas de destilación se ven afectadas. De las seis grandes refinerías, ni una está funcionando a plena carga.
Dos vastos campos en el este del país, Furrial y Muzipan, han disminuido significativamente, debido a la capacidad dañada de la compresión de gas para la recuperación secundaria.
El crudo extra pesado del Cinturón del Orinoco varía entre 10-14 grados API en las franjas del norte del Este, 10-12 grados API a través de la parte central y 6-10 grados API en la parte más occidental del Cinturón. Un nuevo desarrollo de campos adicionales implicaría grandes inversiones en infraestructura
"Aunque la producción de petróleo en los pozos se puede hacer de manera efectiva, moverlo a la terminal hacia el norte en la costa a 150 millas de distancia, es muy probable que requiera dilución o calefacción, lo que implica importantes inversiones", agrega Giusti. “El petróleo extra pesado también está presente en las orillas occidentales del lago de Maracaibo, que se explota por inyección de vapor y tiene una economía mucho mejor. Sin embargo, una producción pasada de 350,000 BPD ahora se ha reducido a 180,000 BPD ”
Las sanciones, según Giusti, no son categóricamente la raíz de todos los problemas. "Las sanciones están relacionadas con una prohibición de las refinerías en el Golfo de México (Citgo, Chevron, Valero y otros) para comprar petróleo de PDVSA", agrega Giusti. “La sanción afecta los ingresos de PDVSA para 2019 de $ 11,000 millones, más unos $ 7,000 millones de CITGO.
“Sin embargo, estas sanciones entraron en vigencia hace solo un mes. No tienen nada que ver con el núcleo del problema, que es el declive masivo de todos los campos petroleros en el país ".
Del mismo modo, Giusti no cree que la eliminación de la experiencia en materia de petróleo y gas con las expulsiones de Exxon Mobil y Conoco-Phillips hace una década esté en el centro del problema. "No creo que haya tenido un impacto significativo porque las plantas ya estaban operando de manera continua y después de diez años, los operadores nativos tienen la experiencia y la experiencia necesaria", continúa.
PDVSA tiene una deuda con China de $ 60 mil millones, más una obligación con Rosneft de $ 11.7 mil millones. Solo esas dos deudas son indicios sólidos del hecho de que las nuevas inversiones requerirán una enorme cantidad de dinero que será necesaria para recuperar los campos petrolíferos y las refinerías, además de toda la infraestructura, como tuberías, tanques de tanques y puertos.
"La base sustancial de reservas de Venezuela le da al país una ventaja en una eventual recuperación", dice Giusti. "Pero eso ciertamente no es suficiente. Las inversiones masivas tendrán que ir juntas con un equipo de personas altamente calificadas y competentes, que liderarán un equipo que pueda reorganizar los nuevos esfuerzos. Debe entenderse que PDVSA, como lo es hoy, no está en capacidad de liderar esos esfuerzos. Será necesaria una reforma interna.
“Finalmente, será necesario un ajuste macroeconómico para restaurar la economía del país, bajo la cual las empresas pueden operar, incluida la PDVSA (o cualquier estructura que evolucione), que tendrá la responsabilidad de avanzar en los esfuerzos de recuperación del petróleo, el gas y sectores energéticos ".
Si el destino de la industria petrolera venezolana es interesante, Francisco Monaldi y Mark Walker se unirán a Giusti para explorar cómo la nación puede resucitar su sector petrolero principal después de casi dos décadas de mala gestión y disminución en la Cumbre Internacional del Petróleo de AIPN lugar en Houston, TX el 21-23 de mayo de 2019.
