En los últimos tres años el porcentaje de la baja de producción alcanza el 40%.
Para dar precisiones, el secretario de la Cámara Minera de San Juan, Ricardo Martínez, indica que esa disminución se ha registrado desde hace dos a tres años hasta ahora.
"Casposo se vino muy por abajo, Gualcamayo también y Veladero tiene dos o tres años de baja producción. En San Juan se ha llegado a producir 1,5 millones de onzas en el 2011-2012 y hoy estamos en 600 mil onzas”, señala Martínez.
Claramente esta merma repercute en lo que el gobierno provincial recauda por la industria, ya sea en regalías, en el Fondo 4×1000 al que aportan los proveedores y “en la actividad económica misma porque siempre hemos dicho que la actividad económica que genera el costo de la operación de una onza se vuelca en gran mayoría en San Juan con proveedores locales, con insumos, con mano de obra, con cantidad de gente directa e indirecta ocupada”, explica.
En cuanto a si esta caída puede reponerse, Martínez considera que “hasta no abrir el yacimiento nuevo en la mina Gualcamayo, y dependiendo de la época en que lo haga y dentro de cuántos años, puede recapturar una producción de 100-120 mil onzas, pero llegó a tener casi 200 mil en un momento.
En Veladero, habrá que ver cuáles son los esquemas de producción, pero ya tenía fecha de cierre programado alrededor del año 2022 y se puede estirar hasta 2023 o 2025 aunque no con los niveles de máxima producción. Estará más en el nivel de las 400-500 mil onzas que era lo que se esperaba que produjera estos años; no debería cambiar salvo que se encuentre algo totalmente nuevo”, detalla.
Las causas son, según Martínez, atribuibles a la escasa exploración “y porque se desatendió con medidas que no promovían la inversión, retenciones a lo que se estaba produciendo, mayores costos, nuevos impuestos, inflación en dólares. Todo lo que se hace mal se paga y la industria minera no está exenta de ese panorama internacional y del panorama nacional con las normas que estoy citando”, concluye.