Grupo anunció su apertura a comprar los medidores antiguos, lo que permitiría paliar el costo del recambio. Pero CGE -la de mayor número de clientes- llamó a revaluar los plazos y dijo que la adquisición de estos equipos no es la solución.
Menos de 24 horas después de que la ministra de Energía, Susana Jiménez, anunciara que está conversando con las empresas distribuidoras para que ellos compren a los clientes sus medidores antiguos, su plan ya sumó un aliado: la italiana Enel.
“Enel Chile comunica que se suma a la propuesta informada por la ministra de Energía, Susana Jiménez, y manifiesta su total disposición a participar de una mesa de trabajo técnica que tendrá por objetivo revisar el procedimiento de instalación de los medidores inteligentes”, dijo ayer la compañía, que agregó que, en su opinión, “el cambio a un sistema de medición inteligente es fundamental para la modernización de la red”.
Pero la reacción de Enel no fue replicada por el resto de los actores. De hecho, fuentes de la industria comentaron que la decisión de Enel las tomó por sorpresa, pues las demás compañías aún están analizando los pasos a seguir y están estudiando los alcances de la propuesta del gobierno.
Un tema clave ayer, fue que la vocería del tema, que durante las últimas semanas ha estado radicada en la Asociación de Empresas Eléctricas -que encabeza Rodrigo Castillo-, recayó ahora en las firmas de manera individual. Esto, ante la falta de una posición común.
Durante la tarde de ayer CGE -controlada por la hispana Naturgy y la de mayor número de clientes en el país- respondió al llamado pidiendo reestudiar la puesta en marcha y el despliegue de esta tecnología “mientras no exista el convencimiento generalizado de sus beneficios”.
Además, endureciendo el tono, aseguró que “que la propuesta de comprar los medidores no es la solución de fondo a las inquietudes que plantea esta tecnología”. En relación a la mesa de trabajo, la energética dijo estar disponible para dialogar.
Ejecutivos de otras empresas explicaron que sumarse a la medida de Energía necesita un análisis más profundo, porque la inversión es alta y no se vislumbra una retribución que lo justifique. Así, altos ejecutivos del sector consultados por PULSO dijeron que no se puede tomar una decisión de manera tan apresurada y que primero debe discutirse en directorio.
Otros en tanto, aseguraron que podrían no sumarse a la propuesta, ya que si los consumidores no quieren el cambio -como se ha visto en las últimas semanas- se opondrán al recambio de los medidores, porque tampoco les es rentable.
La sala de la Cámara de Diputados ratificó la solicitud presentada por 70 parlamentarios y aprobó la conformación de una comisión investigadora para analizar la problemática surgida en torno al recambio de medidores inteligentes.
La instancia deberá recabar los antecedentes relativos a la participación y actuaciones del Ministerio de Energía, Comisión Nacional de Energía, Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) y cualquier otro organismo o autoridad que sea pertinente.
La Federación Nacional de Cooperativas Eléctricas, que suman más de 150 mil clientes en todo el país, advirtieron que la posible compra de los medidores antiguos significaría una carga financiera que las cooperativas “no están en condiciones de afrontar”.
Uno de los actores que también se refirió a las medidas anunciadas por el gobierno en relación al cambio de medidores fue el mundo de las cooperativas, organizaciones de menor tamaño, pero que cuentan con más de 150 mil clientes a lo largo del país.
Desde la Federación Nacional de Cooperativas Eléctricas (Fenacopel), organización que agrupa a las siete empresas de este tipo, el gerente general, Cristián Espinosa, aseguró: “Los costos son inviables. Comprar a los usuarios los medidores antiguos significaría una nueva carga financiera que las cooperativas no están en condiciones de afrontar”.
Espinosa explicó que la rentabilidad de las cooperativas no solo es baja, sino que incluso en algunos casos es negativa. Esto, dado su mayor costo respecto de otras distribuidoras, porque comúnmente llevan energía a lugares rurales muy apartados, lo que es más caro.
Actualmente, en la organización se encuentran enfocados en cumplir con la Nueva Norma Técnica que busca mejorar el servicio de los usuarios, para lo que tendrán que invertir grandes sumas de dinero en equipamiento y mejoramiento de líneas, intentando acortar las duraciones y cantidad de interrupciones que tienen los clientes.
El líder de las cooperativas recordó que este tipo de empresas presentan características propias, como distribuir energía especialmente en las zonas más rurales y de difícil acceso, son de capitales ciento por ciento nacionales y tienen cercanía con sus usuarios al ser regionales.
Además, recordó que en muchos casos los mismos usuarios que reciben el suministro eléctrico son dueños de las cooperativas que prestan el servicio.