LEONARDO QUIROGA
El proyecto provincial de ley de cierre de minas tuvo un 2018 agitado, ya que fue tratado por todos los actores participantes. Fue consultado, explicado a nivel nacional y comparado con la legislación de países de gran tradición minera como Canadá, Estados Unidos, Australia, Perú y Chile.
Sin embargo, no llegó a ser tratado la Cámara de Diputados de San Juan el año pasado debido a las diferencias que existen en relación al artículo 23, referido a la garantía.
“Existe un fondo de garantía que está previsto en uno de los artículos de la ley, que indudablemente es el que ha generado mayor diferencia entre los actores. El mismo les permite a las empresas deducir un 5% del impuesto a las ganancias para atender situaciones ambientales. Y de hecho, las empresas lo hacen figurar a ese 5%, pero no existe un fondo concreto.
Entonces, si vos vas a deducir un 5% del impuesto a las ganancias, la idea es que se genere ese mencionado fondo. La intención es que la ley sea operativa, que no sea aprobada y se convierta en letra muerta”, explicó el ministro de minería, Alberto Hensel.
El funcionario agregó que “es bastante más complejo de lo que he explicado, pero es un tema que lo vengo planteando desde el principio del proyecto. Recuerdo que en la primera reunión del OFEMI dije: discúlpenme, esa normativa la utilizan pero no es operativa para atender luego a un eventual cierre de mina que garantice los procesos de restauración, mitigación, seguridad pública, equilibrio ambiental, etc”.
La máxima autoridad minera de la provincia también indicó que el proyecto seguirá siendo tratando y discutido entre todos los actores y que además está “el tema de la garantía”. “Hay que recordar que actualmente no hay sistemas de garantía de semejante envergadura como requieren este tipo de emprendimientos mineros, es un fondo que debería tener toda empresa y que representa el 30% de la garantía. Es algo que se aplicará tanto a las compañías que todavía no comienzan a explotar, como a aquellas que llevan años haciéndolo”.
“No hemos recibido un no de las mineras, sino que la intención es que la ley sea operativa, que no sea aprobada y se convierta en letra muerta”.
Fuentes legales de la cartera de Minería local aseguraron que el proyecto seguirá en evaluación en los meses de marzo y abril, cuando comiencen las sesiones ordinarias de la cámara. “Me gustaría destacar que no es una negociación con las empresas lo que estamos haciendo. No hemos recibido un no por respuesta de parte de las mineras, sino que hay que ver de qué manera llevarlo a la práctica y ahí es donde empezamos a encontrar algunos inconvenientes”, explicó el Ministro Hensel.
Y finalizó: “Existe un grupo dentro del ministerio abocado específicamente a este tema. Nosotros en febrero hemos realizado una propuesta y ahora debemos hablar con la Cámara Minera de San Juan para mostrarle todo lo que hemos investigado sobre cómo funciona el fondo y la garantía en otras partes del mundo. La intención del Ejecutivo provincial encabezado por el gobernador Sergio Uñac es que la minería de nuestra provincia sea la minería del primer mundo, y eso es lo que va a ocurrir con la ley de cierre de mina”.
En el distrito chino de Songjiang, a 45 km de la ciudad de Shanghai, se ubicaba una antigua cantera de piedra a cielo abierto al pie de la montaña Tianmashan. Era usada para propósitos mineros desde 1950 y, luego de 50 años, la mina quedó abandonada. Para entonces era ya un descomunal cráter de 100 metros de profundidad, 240 metros de largo y 160 de ancho, estaba semi-inundado, y con el territorio adyacente sujeto a severa degradación.
En ese contexto nació el más ambicioso proyecto del InterContinental Shimao Shanghai Wonderland, empresa que compró el terreno para iniciar la construcción del Hotel Songjiang: un impresionante Resort 5 estrellas de 19 pisos (16 de los cuales están bajo tierra), con 380 habitaciones, una sala de congresos con capacidad para 1.000 personas, centro de banquetes, spa, instalaciones deportivas, departamentos, plazas comerciales y su propio lago artificial. Todo un paraíso de agua, plantas, acero y cristal.
Una buena parte del edificio está por debajo del nivel del agua: habitaciones, restaurante submarino, y un acuario de 10 metros de profundidad.
Una cascada artificial rompe la fachada en dos partes, aprovechando el desnivel natural. Por fuera se puede realizar escalada en roca natural, salto en bungee y puenting sobre el lago.