Los esfuerzos de la OPEP para mantener alto el precio del petróleo han permitido que sus grandes rivales conquisten cada vez más mercados. Según la Agencia Internacional de la Energía, seguirá así hasta la mitad de la década con EEUU pisando los talones a Arabia Saudí como mayor exportador de crudo del mundo.
"Se acerca la segunda revolución del shale oil en EEUU que supondrá el 70% del aumento de producción a nivel mundial en los próximos cinco años", asegura Fatih Birol, director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En 2021, EEUU será un exportador neto de petróleo gracias al empuje de la industria petrolera basada en el fracking. En 2022, habrá superado a Rusia como exportador bruto de petróleo y a finales de 2024 le estará pisando los talones y amenazando el reinado de Arabia Saudí como el mayor exportador de crudo del mundo, según las previsiones de la AIE. La propia agencia la ha calificado como la segunda revolución del fracking en EEUU.
Previsión de exportaciones brutas hasta 2024 de la AIE.
En su informe de perspectivas a cinco años, la institución contempla que la producción petrolera de Estados Unidos, que tuvo un incremento récord de 2,2 millones de barriles en 2018, va a seguir siendo la protagonista en los próximos años y aportará el 70% de la producción adicional de todos los productores en detrimento de la OPEP, que durante décadas se ha mantenido como el señor mundial del petróleo. La AIE estima que hasta 2024 EEUU aporte más de 4 millones de barriles diarios al mercado.
La OPEP verá lastrada su capacidad de producción por los efectos de las sanciones y los problemas económicos en Irán y Venezuela, con un descenso previsto de 380.000 barriles diarios para quedar en 34,5 millones en 2024.
En concreto, la agencia aventura que sin cambios en las condiciones del embargo, Irán se quedará estancado en los 3,85 millones de barriles diarios en los cinco años de la previsión, mientras que Venezuela caerá de los 1,31 millones de 2018 a 0,75 en cada uno de los cinco ejercicios siguientes.
Dentro de la OPEP, sólo tienen planes para una expansión significativa de sus bombeos Irak (800.000 barriles diarios más de aquí a 2024, hasta 5,80 millones) y los Emiratos Árabes Unidos (500.000 barriles diarios más, hasta 3,85 millones).
A medida que crece EEUU y otros competidores, disminuye la cantidad de crudo que el mundo necesita del cártel y la demanda no se acercará a los máximos de 2016.
La AIE confirma el fin de reinado de la OPEP y su capacidad de control del mercado. Después del hundimiento de los precios de 2014, cuando el barril llegó a valer de 30 dólares, el cártel se vio obligado a recortar la producción para evitar un nuevo colapso de los precios y estabilizarlos. Pero la estrategia le ha costado ceder mercado a sus competidores, principalmente, el mercado asiático. La demanda de crudo de la OPEP se mantendrá por debajo de la producción de 2016 hasta al menos 2024.
A esto también contribuirá Brasil, que será el segundo país que más va a elevar sus exportaciones, con 0,8 millones de barriles diarios más, pero igualmente Canadá, Noruega y Guyana.
Por el lado de la demanda, la AIE considera que va a seguir aumentando pero a un ritmo un poco más lento. En concreto, espera una subida anual media de 1,19 millones de barriles diarios (1,2 %) que vendrá de la mano de las economías emergentes, y en particular de China e India que juntas supondrán el 44 % de los 7,1 millones de barriles diarios de alza global hasta 2024.
Los autores del estudio subrayan que pese a la ralentización de su economía, China sigue creciendo a elevadas tasas, su producto interior bruto (PIB) se ha duplicado con creces en el último decenio y el consumo de petróleo se está desplazando de la industria pesada a las necesidades del consumidor.
Frente al crecimiento de la demanda en las otras grandes regiones del mundo durante el periodo de previsión (4,4 millones de barriles diarios en Asia-Pacífico, 0,9 millones en Oriente Medio, 0,6 millones en África, 0,9 millones en América), en Europa se anticipa una caída de 0,1 millones
La revolución del fracking va a cambiar el panorama energético mundial a corto plazo. En realidad, ya lo ha hecho, pero la Agencia Internacional de la Energía (AIE) anticipa que lo va a hacer más en los próximos años, impulsando a Estados Unidos a la cima de la producción mundial de petróleo.
El organismo con sede en París anticipa que el país que hasta hace poco era un importador neto de petróleo superará dentro de cinco años al segundo productor mundial (Rusia), acercándose mucho al primero (Arabia Saudí).
Otra de las conclusiones relevantes del informe Petróleo 2019 es que la demanda de crudo sigue creciendo de manera sostenida, a una media anual de 1,2 millones de barriles diarios suplementarios, después de que el año pasado se alcanzará el récord de demanda de 100 millones de barriles al día.
Por ahora, la AIE sigue sin detectar un máximo de demanda que marque el punto de inflexión. Este aumento se explica sobre todo por la necesidad de productos petroquímicos y la aviación, sobre todo en Asia y EE UU.
En el lado contrario, se percibe una ralentización en el consumo de gasolina gracias a la mejora de eficiencia y al impulso de los vehículos eléctricos.
“EE UU lidera cada vez más el crecimiento en la oferta global de productos petrolíferos, con un importante crecimiento también de otros países no miembros de la OPEP como Brasil Noruega y Guyana”, asegura la Agencia.
La AIE califica además de “inédito” la forma en la que EE UU se ha convertido en menos de una década en un gran exportador de crudo.
“Esto se debe a la capacidad de su industria de fracking de responder rápidamente a los movimientos de precios impulsando la producción. EE UU representa el 70% del incremento total en la capacidad global en 2024, añadiendo un total de cuatro millones de barriles diarios. Esto sigue a un crecimiento espectacular en 2018 de 2,2 millones de barriles diarios”, continúa la Agencia.