En los primeros días de 2019, el precio de la plata experimentó una rápida recuperación, que lo ha llevado hasta los 16,22 dólares la onza a finales de febrero, su precio más alto desde finales de junio de 2018. A pesar de ceder casi todas las ganancias, se espera que protagonice una nueva subida a partir de finales de 2019.
El pasado mes de noviembre, la plata registraba un precio mínimo de 13,90 dólares la onza, a partir del cual comenzó a escalar, recuperando un 17% para el 20 de febrero. Ese día, el precio del metal era de 16,22 dólares la onza, el nivel máximo desde finales de junio.
Según el último informe Precious Metals Weekly, de la consultora Metals Focus, el principal factor de esta subida de la plata es el contagio por parte del oro, que se ha beneficiado de una política monetaria mucho más moderada por parte de la Reserva Federal estadounidense y de la preocupación de los inversores por la posible ralentización del crecimiento de la economía mundial.
Sin embargo, desde ese momento el oro ha empezado a sufrir una corrección en su precio, que también ha acabado afectando a la plata, que cotiza en estos momentos en torno a los 15 dólares la onza.
Desde Metals Focus consideran que las perspectivas son halagüeñas para la plata. Un importante indicador es la inversión retail en Estados Unidos, el mayor mercado mundial de lingotes y monedas de plata, que ha comenzado recuperarse después de tres años de fuertes pérdidas.
Las ventas de los bullion de plata American Eagle en los dos primeros meses de 2019 se han incrementado en un 48% respecto al mismo periodo del año pasado, aunque bien es cierto que partían desde una base muy baja.
Como ya señalaban desde Metals Focus en un reciente informe sobre las perspectivas de la plata a cinco años vista, a pesar de la volatilidad de la bolsa estadounidense, los inversores todavía no esperan una recesión. Por tanto, aunque el mercado cada vez se muestra más positivo respecto a los metales preciosos, no hay signos de que se vaya a producir un movimiento en masa de los inversores hacia el oro y la plata.
El informe apunta también a la ralentización de la economía de China como un factor que va a jugar en contra de la inversión en plata, ya que este país es un activo demandante de este metal como materia prima industrial.
“Pese a todos estos factores, que van a actuar en contra de la plata a corto plazo, estimamos que a partir de finales de 2019 se va a producir un punto de inflexión para la inversión en plata y, por tanto, también para sus precios”, señala el informe Precious Metals Weekly.
Este movimiento estará liderado por los inversores profesionales y se extenderá más allá del año 2019. A ello van a contribuir también la progresiva moderación de la política de la Reserva Federal respecto a los tipos de interés, que va a debilitar al dólar.
Por otro lado, una posible ralentización de la economía estadounidense se traduciría en una bajada de las acciones, lo que animaría a los inversores a experimentar cierta rotación de sus activos hacia los metales preciosos.
El informe de Metals Focus apunta también que la reducción del superávit estructural también va a suponer un apoyo para el precio de la plata: “además de la recuperación de la demanda física, se espera que la demanda por parte de la industria siga creciendo por quinto año consecutivo, lo que absorberá el excedente en la producción minera. En consecuencia, el superávit de suministro de plata comenzará a reducirse en 2019”.
Según los analistas de la consultora, la situación de superávit de suministro que se registró entre 2016 y 2018 provocó el aumento de los stocks de plata en unos 165 millones de onzas (5.100 toneladas), lo que provocó que los inversores institucionales se mantuviesen al margen del mercado de la plata. Esto ayuda a explicar por qué el metal lleva varios años registrando una revalorización muy inferior a la del oro.
De cara al futuro, el menor tamaño del mercado de la plata con respecto al oro va a permitir que aquélla registre una revalorización mayor que la de éste. Desde Metals Focus estiman que la ratio oro/plata (que mide el número de onzas de plata que se necesitan para adquirir una de oro) se instale en torno a 70 a finales del presente año.
Durante el mediodía del viernes, el precio del oro cotizó por encima de los 1300 $ por onza por primera vez en la última semana luego de que un nuevo informe revelara que Estados Unidos añadió una cantidad mínima de empleos en el mes de febrero.
Mientras tanto, el precio del petróleo alcanzó mínimos de seis semanas, luego de que Noruega anunciara que su fondo soberano venderá algunas de las compañías de gas y petróleo “para evitar la vulnerabilidad de los fondos de pensiones gubernamentales frente a la caída permanente de los precios del petróleo” mientras crece el uso de medios alternativos de energía a nivel mundial.
La Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. publicó las nóminas de empleo no agrícola, y reveló que en el mes de febrero se crearon únicamente 20.000 empleos, valor que representa un 93% menos que el pronóstico de Wall Street.
Así, el precio del oro en dólares reclamó su posición y alcanzó su cotización más alta de la semana a 1300 $ por onza.
Sin embargo, el metal se recuperó con mayor fuerza para los inversores europeos y británicos, y cotizó a 1157 € y 995 £ por onza respectivamente, un 1,6% de aumento respecto al valor de cierre de la semana pasada.
Uno de los conceptos más debatidos en los últimos meses por la industria del oro es el llamado “peak gold”, que podría traducirse como “producción máxima de oro”.
Desde hace dos años, diversas voces dentro de la propia industria y algunos analistas han alertado de que la falta de inversión en exploración ha provocado una reducción en el número de descubrimientos con los que suplir a las minas que se vayan agotando, lo que provocará que la producción mundial comience a decaer.
El momento en que se sitúa ese teórico “peak gold” es una cuestión sobre la que no acaban de ponerse de acuerdo los distintos actores. Para unos, 2018 ha sido ese año. Otros esperan que durante 2019 siga aumentando, animados por las positivas perspectivas de la producción de oro en países clave como Rusia, Canadá o Australia.
Los últimos en intervenir en el debate han sido los analistas del banco canadiense BMO Capital Markets, quienes apuntan que la producción mundial de oro está experimentando un declive que se va a extender, al menos, hasta el año 2020.
Según Colin Hamilton y Andrew Kaip, analistas de BMO Capital Markets, con la mayoría de los datos de 2018 ya publicados, la producción global de oro ha caído por segundo año consecutivo, una tendencia que no esperan que se modifique al menos en los dos próximos años.
El informe de BMO subraya que las actuales explotaciones están produciendo menos de lo esperado, comenzando por China, el mayor productor mundial. “Sería necesario que las compañías volvieran a centrarse en la exploración y el desarrollo de nuevos proyectos a largo plazo”, advierten.
El problema es que, aunque se aumente el presupuesto dedicado a exploración, no se encuentran nuevos yacimientos de un tamaño significativo que vayan reemplazando a los que se van agotando.
Desde BMO señala que, a cinco años vista, existen muy pocas explotaciones a gran escala que vayan a entrar en fase de producción. Las dos únicas minas de tamaño significativo que se podrían situar entre las 10 primeras del mundo para el año 2025 serían Donlin Creek (Alaska, EEUU), propiedad de Barrick y Novagold, y Sukhoi Log (Irkutsk, Rusia), de Polyus Gold.
Además, no todos los yacimientos que se descubren pueden convertirse en minas productivas. Según el informe, “es difícil asegurar que todos los proyectos que se van descubriendo van a acabar saliendo adelante, independientemente de sus presupuestos. En algunos casos, los nuevos proyectos se topan con obstáculos a la hora de su aprobación. Dos de los mayores proyectos descubiertos en los últimos años [Pascua-Lama, de Barrick y Conga, de Newmont] tuvieron que clausurarse debido a las presiones de los gobiernos por razones medioambientales”.
En cuanto a los datos de producción, las perspectivas no parecen muy alentadoras. Según BMO, las 10 mayores minas de oro que estaban operativas en 2009 produjeron un total de 419,1 toneladas de oro; las 10 mayores minas actuales apenas producen el 54% de esa cantidad: 226,87 toneladas.
Además, la producción de oro de China, el mayor productor mundial, va a descender de nuevo en 2019 con respecto al año anterior, por segundo año consecutivo, debido a las reformas adoptadas por el Gobierno en materia medioambiental, que han obligado al cierre de pequeñas explotaciones que no se ajustaban a los nuevos requisitos.
Pese a las amenazas que se ciernen sobre la producción de oro, desde BMO Capital Markets consideran que la inversión en oro físico va a crecer durante 2019, debido al incremento de los riesgos geopolíticos, que va a pesar en el sentimiento de los inversores.