Es la principal conclusión de la jornada organizada por la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) durante la pasada edición de Genera, en colaboración con la PTE HPC. La jornada fue abierta por el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal.
El Consejo de Ministros aprobó hace una semana, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica, la remisión a la Comisión Europea del borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC). Un plan en el que destacan medidas de fomento a las energías renovables y contempla el uso del hidrógeno, como portador de energía de emisión cero, un vector en el camino para superar los desafíos de la transición energética.
Los objetivos que plantea el PNIEC a 2030 pasan por una reducción del 21% de las emisiones de CO2, alcanzar un 42% de renovables sobre el consumo total de energía, un 74% de la electricidad generada con renovables o una mejora de la eficiencia energética del 39,6%.
Además, este borrador fija como meta última alcanzar la neutralidad climática en 2050, logrando reducir un 90% las emisiones de CO2 y adoptando un sistema eléctrico 100% renovable.
De acuerdo con los participantes en la jornada, el hidrógeno se convierte en una tecnología clave para la consecución de dichos objetivos. José Domínguez Abascal destacó que “el hidrógeno supondrá una parte significativa de la solución para incrementar las renovables y descarbonizar la industria”, mientras que Javier Brey, presidente de la AeH2, incidió en la creciente importancia de las energías renovables y en concreto del hidrógeno como consecuencia del inminente cierre de las centrales térmicas.
No obstante, queda camino por recorrer, ya que según Brey “sería necesario implementar el uso de sistemas eléctricos 100% renovables, además de realizar una descarbonización total de todos los sectores para alcanzar los objetivos propuestos para el año 2050”
El presidente de AeH2 añadió que si se utilizasen de manera efectiva los sistemas de hidrógeno, se podrían evitar solamente en España más de 15 millones de toneladas anuales de emisiones nocivas, además de la creación de 227.000 puestos de trabajo antes del año 2030.
En la mesa redonda que tuvo lugar a continuación se plantearon las claves que permitirán al hidrógeno tener una mayor presencia dentro del sector energético y convertirse en un participante activo y con peso.
Una de ellas pasa por utilizarlo para promover también la captura de CO2, porque, según María Luisa Castaño, del CIEMAT, “para descarbonizar hay que hacer algo más que no emitir”.
Castaño indicó, asimismo, que "el hecho de poder almacenar de manera efectiva la energía generada es algo determinante y que ya se está consiguiendo.
El coste de producir energía con hidrógeno ya no es tan caro, por lo que hacerle llegar a los ciudadanos que ya es una realidad tangible, con medidas como su implementación en instituciones públicas, como ayuntamientos o centros de salud, ha de ser una prioridad para el sector".