La Corte Suprema confirmó la sentencia que rechazó demanda de nulidad de derecho público presentada en contra del “Protocolo adicional específico sobre integración y complementación con Argentina para el proyecto minero Pascua Lama”, debido entre otras razones a que la demandante no logró acreditar que poseía 12 pertenencias mineras asociadas al proyecto de la canadiense Barrick.
En fallo unánime la Tercera Sala del tribunal –integrada por los ministros Sergio Muñoz, Juan Eduardo Fuentes Belmar, Carlos Aránguiz y los abogados Leonor Etcheberry y Ricardo Abuauad– confirmó la sentencia impugnada, dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago, que acogió la excepción de falta de legitimación del demandante.
“Teniendo en cuenta que el propio actor ha fundado su legitimación activa en el resguardo del derecho de propiedad que le asistiría sobre doce de las pertenencias mineras relacionadas con el proyecto objeto del protocolo cuya nulidad se pretende, no puede sino concluirse que la alegación del recurrente resulta inviable, pues, incluso de entender que los jueces del grado han errado al concluir prescrita la acción, ciertamente el interés que sustenta la pretensión invalidatoria de Lopehandía Cortés se restringe al orden patrimonial, debiendo entenderse, entonces, como uno de aquellos efectos cuya prescripción se somete tanto a los principios y reglas generales, como a los de carácter especial que rigen la materia, de tal manera que la demanda debía igualmente ser rechazada”, sostiene el fallo.
En octubre del año pasado el Primer Tribunal Ambiental resolvió aprobar la sanción de clausura definitiva de las faenas del proyecto, cuyas obras fueron paralizadas por la empresa en 2013. Sin embargo, la dueña de la iniciativa, la canadiense Barrick está explorando la posibilidad de poder revivir la iniciativa.
De hecho la semana pasada el nuevo CEO de Barrick, Mark Bristow, señaló que se está analizando si podría ser viable reactivarlo para lo cual habría que rediseñar la iniciativa y solicitar un nuevo permiso ambiental.
“En la actualidad, el proyecto Pascua-Lama no cumple con los criterios de inversión de Barrick. La compañía planea llevar a cabo una reevaluación de las opciones para el proyecto en 2019, mientras continúa los esfuerzos para reducir los costos de cuidado y mantenimiento”, señaló la minera la semana pasada en su reporte de resultados.
El proyecto de oro y cobre a rajo abierto Pascua Lama, de la canadiense Barrick , la primera iniciativa de este tipo de carácter binacional, nunca alcanzó a operar.
En septiembre de 2013, tres años después de iniciadas las obras, la Corte Suprema ratificó un fallo de la Corte de Apelaciones de Copiapó, que había acogido un recurso interpuesto por opositores a la iniciativa, ordenando así paralizar las obras. Era el principio del fin de Pascua Lama en su concepción original.
En octubre de ese mismo año, la propia compañía decidió suspender su construcción, como parte de un plan de ahorro de costos, dados los intensivos requerimientos de capital que implicaba para la compañía, en una iniciativa que se encarecía año a año. Entonces, Pascua Lama llevaba un avance del 40%, aunque nunca quedó claro cuánto se había invertido hasta entonces.
Publicaciones de esa época planteaban montos de entre US$4 mil y US$8 mil millones, para un proyecto que, cuando fue presentado a evaluación ambiental el año 2000, costaba US$950 millones.
La nueva administración de la canadiense tendrá que seguir desembolsando fondos por culpa del fallido proyecto minero, el cual mantiene las obras paralizadas desde 2013 y que posteriormente fue clausurado por la Superintendencia del Medio Ambiente.
El lado chileno del proyecto Pascua-Lama de Barrick Gold sigue generando incertidumbre después que las autoridades locales el año pasado ordenaron el cierre “total y definitivo” del sitio de su lado de la frontera debido a cuestiones ambientales. “Hemos trabajado con ellos para decirles que deberíamos rever este proyecto, comprender su potencial y ver cuándo sería viable”, dijo Mark Bristow, CEO de la multinacional.
Sin embargo, la luz está lejos del túnel porque la nueva administración de la canadiense deberá devolver 783 millones de dólares por concepto de impuestos tras la suspensión del proyecto minero.
Según consigna El Mercurio, Barrick confirmó que posee una deuda con el Estado chileno correspondiente al artículo 27 bis, al que se acogen las empresas con el fin de pedir al Estado que devuelva el IVA al adquirir productos y servicios que se realizan, en este caso, durante la construcción del proyecto.
Sin embargo, este dinero debe ser devuelto posteriormente por el contribuyente en operaciones en la que se cobre IVA; por ejemplo, en la extracción y venta de cobre. El problema para la minera es que esto no ocurrirá, ya que Pascua Lama se encuentra clausurado (sus obras fueron paralizadas en 2013).
Producto de lo anterior, Barrick Gold debe 443 millones de dólares al Fisco, más 340 millones en intereses. "En virtud del acuerdo actual, este monto debe reembolsarse si el proyecto no evidencia exportaciones por un monto de 3.538 millones de dólares dentro de un plazo que expira el 31 de diciembre de 2026", indicaron desde la empresa según el matutino.
Cabe señalar que este no es el único compromiso financiero que mantiene la compañía, ya que en los mismos documentos se detalla un acuerdo de venta adelantada del 25% de la producción de plata del proyecto a la firma Wheaton Precious Metals Corp; monto que al 31 de diciembre de 2018 se calcula en unos US$ 253 millones e incluye compromisos de entrega de otras tres faenas de la canadiense.
Todas estas obligaciones se suman al monto que realmente desembolsó Barrick en un proyecto que en sus inicios, hace casi 20 años, costaba unos US$ 950 millones, pero que terminó con un sobrecosto por sobre los US$ 8.000 millones. Fuentes de la industria señalan que el gasto real de la compañía alcanzó los US$ 5.000 millones a la fecha en que se suspendieron las obras.