Shell, a través de su filial Shell Brasil Petróleo Ltda., junto a sus socios Petrobras y Galp, anunció el inicio de la producción en el proyecto de aguas profundas de Lula Norte, en la cuenca brasileña de Santos.
La producción en Lula Norte es procesada por el FPSO P-67 y operada por Petrobras.
El P-67 es el séptimo FPSO desplegado en el campo Lula.
Es además la tercera de una serie de embarcaciones estandarizadas construidas para el consorcio. Está diseñada para procesar hasta 150,000 barriles de petróleo y 6 millones de metros cúbicos de gas natural por día.
Shell, Petrobras y Galp comenzaron la producción en Lula Sur, con el FPSO P-69, en octubre de 2018.
Esta área se llamó originalmente Campo petrolero Tupí. Sin embargo, Petrobras lo rebautizó como Campo petrolero Lula. Ello por haberse descubierto durante el periodo presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva. Se trata de un gran yacimiento de gas Offshore, situado en la cuenca de Santos. Esto es a 250 km de las costas de Río de Janeiro.
El nuevo nombre fue posible a partir de un poco de creatividad de Petrobras.
La compañía ha dado tradicionalmente a sus campos petroleros el nombre de criaturas acuáticas cuando se tornan comercialmente viables. Y sucede que Lula también significa “calamar” en portugués.
Este yacimiento, descubierto en octubre de 2006, es el campo petrolero más grande hallado en el hemisferio occidental en los últimos 30 años. Ello ha significado el surgimiento de Brasil como una potencia petrolera mundial.
Las enormes reservas de petróleo de Brasil en aguas profundas se han convertido en una nueva frontera para la exploración energética. Éstas podrían convertir al país sudamericano en un importante exportador de energía.
Los expertos creen que Brasil tiene más de 50.000 millones de barriles de petróleo enterrados en sus yacimientos a profundidades de hasta siete kilómetros bajo la superficie del océano, bajo una gruesa capa de sal en una región conocida como subsal.
Shell tiene una participación del 25 por ciento en el consorcio Lula, operado por Petrobras (65 por ciento). Galp, a través de su filial Petrogal Brasil, posee el 10 por ciento restante. Descubierto en 2006, Lula es el campo de producción más grande de Brasil. Representa el 30 por ciento de la extracción de petróleo y gas del país.
La participación de Shell en el campo de Lula está sujeta a acuerdos de unificación.
La totalidad de la concesión incluye nueve FPSO. Las dos adicionales se encuentran en el campo Iracema.
En marzo de 2018, Shell Brasil Petróleo, una subsidiaria de Royal Dutch Shell, ganó cuatro bloques adicionales de exploración en aguas profundas en las cuencas de Campos y Potiguar. Con ello, elevó su presencia operativa total a 18 bloques en el extranjero. Esto ocurrió en la decimoquinta ronda de licitaciones en aguas profundas organizada por la Agencia Nacional del Petróleo de Brasil (ANP).
Shell consiguió un bloque de exploración por su cuenta y tres en ofertas conjuntas con Chevron Brasil, Petrobras y Petrogal Brasil.
A nivel mundial, Shell planea invertir entre 5 y 6 mil millones de dólares cada año hasta 2020 en su negocio de aguas profundas para aumentar estratégicamente la producción y los rendimientos para la empresa.
El negocio está en camino de entregar un flujo de efectivo anual de $ 6-7 billones para 2020 (a $ 60 / barril Brent RT 2016).
Con sus operaciones en Lula Norte, Shell y sus socios acometen una nueva etapa para potenciar la producción petrolera en el gigante amazónico.