El suministro de energía dejará de estar en manos de un pequeño grupo de países, ya que todo el mundo tendrá el mismo potencial de acceso e independencia energética.
La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) es la organización internacional que promueve el desarrollo y la implantación de las energías renovables en todo el mundo.
Creada en el 2009 por Alemania, Dinamarca y España bajo la vicepresidencia de nuestra actual ministra para la transición ecológica, Teresa Ribera, esta prestigiosa organización tiene su sede en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) y entre sus principales misiones está la de alentar a los gobiernos a que pongan en marcha políticas de apoyo a las energías limpias y facilitar las inversiones que aceleren su despliegue. En ese sentido (@IRENA) funciona como el gran observador internacional de las energías renovables en el mundo.
Para ampliar esa perspectiva internacional, ése cómo estamos y hacia dónde vamos, y conocer mejor hasta qué punto las energías limpias están cambiando el mundo, sus responsables impulsaron el pasado año la creación de la Comisión Global sobre la Geopolítica de la Transformación de la Energía.
Formada por un grupo de líderes mundiales en energía, economía, seguridad, comercio, medio ambiente y desarrollo, tan diverso como independiente de la política, esta comisión de expertos acaba de presentar su primer informe bajo un título que no puede ser más explícito: " Un nuevo mundo".
Lo primero que destaca es que los constantes avances tecnológicos y la progresiva reducción de costes están provocando que las renovables crezcan a un ritmo inimaginable hace apenas medio siglo.
Incluso sin tener en cuenta su beneficio para el medio ambiente y su contribución a la lucha contra el cambio climático, la mayoría de las tecnologías renovables ya son mucho más competitivas que las que dependen de los combustibles fósiles, por lo que son los propios mercados los que están empezando a dejar de lado el carbón, el petróleo y el gas.
El informe publicado por IRENA señala que esta transformación energética global va a tener importantes consecuencias geopolíticas, de manera que, así como los combustibles fósiles han definido el mapa geopolítico durante los dos últimos, la irrupción de las renovables alterará la actual distribución del poder en el mundo y las relaciones entre los Estados, reportó eldiario.es.
El suministro de energía dejará de estar en manos de un pequeño grupo de países, ya que todo el mundo tendrá el mismo potencial de acceso e independencia energética. Como consecuencia, el poder mundial dejará de estar en manos de unos pocos y se volverá más descentralizado y difuso.
Para los expertos que han elaborado este informe, la influencia de algunos Estados, como China, crecerá rápidamente porque han invertido mucho en tecnologías renovables y están desarrollando una gran capacidad de autoabastecimiento.
Por el contrario, los estados que siguen dependiendo de las exportaciones de combustibles fósiles y se están quedando al margen de esta transición energética perderán influencia y deberán afrontar escenarios de inestabilidad, publicó Gestión.
Finalmente, el trabajo detalla los beneficios de la transición energética hacia las renovables. Aumentará la seguridad y la independencia energética de los países, mejorará la seguridad alimentaria y el acceso al agua potable en el mundo, reducirá los conflictos relacionados con la energía y hará que el mundo avance de una vez por todas en la dirección correcta para evitar los peores escenarios del cambio climático. La pregunta es ¿a qué estamos esperando en España para iniciar esa transición?
Si necesita convencerse de que se puede hacer dinero invirtiendo en compañías de energía renovable , solo mire a la empresa con el mejor desempeño de este año en el índice de servicios públicos más importante de Europa.
Mientras un año tórrido para los mercados globales llegó a su fin, Verbund AG casi triplicó su valor en 2018 y está superando a todos sus 27 pares en el primer lugar del índice de servicios públicos de STOXX 600. La empresa austriaca ha desarrollado su negocio principalmente con una estrategia simple pero muy rentable: comprar electricidad barata en la noche, usarla para bombear agua en los Alpes y liberarla a través de turbinas durante el día, cuando los precios son más altos.
Otros ganadores incluyen Orsted A/S, que en pocos años pasó de ser el gigante nacional del petróleo y el gas en Dinamarca a una empresa ágil que cotiza en bolsa y se especializa en la instalación de turbinas gigantes en alta mar. Los productores de energía libre de fósiles Electricite de France SA y Fortum Oyj, de Finlandia, también avanzaron, ganando 30% y 15%, respectivamente.
Parte de la razón por la que estas empresas lo han hecho tan bien es que no tienen que pagar por los permisos de emisión europeos.
"Las empresas de servicios renovables están en buena posición para generar rendimientos a los accionistas a largo plazo, a causa de las ganancias inesperadas derivadas de los precios más altos del carbono y las amplias oportunidades de crecimiento en Europa y en el extranjero", afirmó Elchin Mammadov, analista de servicios públicos para Bloomberg Intelligence, en Londres. "Tampoco tienen que preocuparse por lidiar con activos de carbón y gas heredados".
En el otro extremo de la escala, el peor desempeño fue el de Rubis SCA, que sufrió el impacto de ganancias débiles en el tercer trimestre y algunas rebajas en las calificaciones de los analistas.
Las acciones de Rubis han caído debido a que el malestar político en Haití ha afectado su negocio de distribución de combustible. Además, su actividad de almacenamiento de combustible en Francia y Turquía se ha visto afectada por problemas de entrega relacionados con el clima y por la falta de tránsito en el norte de Irak.
Suez cayó casi lo mismo, un 22%. Las acciones fueron golpeadas por una advertencia de ganancias en enero, y nuevamente en diciembre cuando su mayor accionista, Engie SA, afirmó que mantendrá su participación de 32% en la empresa de tratamiento de agua y residuos. Eso acabó con la especulación de que podría apoderarse de un negocio del que se separó hace una década, informó Bloomberg.