Cada pocos años, sucede una revolución en cada uno de los aspectos, dispositivos o disciplinas técnicas que nos rodean. En automoción, ha sucedido con los vehículos híbridos en las ciudades (y que próximamente sucederá con los vehículos eléctricos). En telefonía, pasó con los sistemas operativos (ahora son sí o sí Android o iOS).
En los últimos años, en energía solar ha pasado algo parecido: un salto tecnológico importante, (además del espectacular descenso de precio de los módulos) como es la aparición de baterías de litio para aplicaciones solares. Históricamente, las baterías solares eran demasiado pesadas, voluminosas, con una baja densidad de energía (pocos kWh/kg) y, además, en su mayoría (plomo ácido tubular abierta), necesitaban un lugar ventilado donde estar instaladas, y bajo ningún concepto podían estar colocadas en estancias habitadas.
Era cuestión de tiempo que, tras disfrutar de las bondades de las baterías de litio en tantos y tantos dispositivos que usamos en la vida diaria (ordenadores portátiles, móviles, smartphones, tabletas, y muchas más aplicaciones), la tecnología de las baterías de litio llegase a las aplicaciones solares.
Ya hace casi tres años de la primera instalación solar con baterías de litio en España, y sin embargo aún no se ha estandarizado su uso, quizá por el elevado precio que tienen todavía aunque, como se ha demostrado, el coste por ciclo es mucho menor que en una batería convencional. Una batería de plomo-ácido tiene su coste por ciclo en torno a 1€, su equivalente en litio es más costosa de adquisición, pero su coste por ciclo decae hasta los 0,56€ por ciclo, con lo que barren literalmente a las convencionales.
+ No tienen efecto memoria.
+ Se pueden descargar prácticamente en su totalidad (densidades de descarga de hasta el 90%), No requieren mantenimiento.
+ Vida útil mucho mayor, cifrada entre 4.500 y 7.000 ciclos).
+ Recarga es mucho más rápida, con lo que se optimiza el sistema mucho, ya que a igualdad de radiación, las baterías se cargan antes. Las convencionales tienen su proceso electroquímico más lento.
Aquí es donde las nuevas baterías de litio chocan con la ecología, ya que de momento menos del 4% de una batería de litio es reciclable, debido precisamente, a su bajo coste como materia prima, que hace que su reciclaje no sea rentable, estamos, pues, ante otra encrucijada. Sin embargo, llevamos años sufriendo la especulación y la variabilidad casi caótica del precio del plomo, siendo las baterías actualmente (y tristemente) el elemento más caro de una instalación solar.
Para pequeñas instalaciones domésticas de hasta 10 kW aproximadamente, valdrá con baterías de las denominadas Low Voltage, LV, que funcionan a unos 48V. Si por el contrario es una instalación más grande y tenemos más de 10 kW en placas, deberemos fijarnos en las baterías de alto voltaje (High Voltage, HV), más apropiadas para configuraciones trifásicas, por ejemplo.