SILVIA PECO

Al mismo tiempo, la Secretaría de Energía renegocia con Bolivia, descarta otro buque regasificador y disminuye subsidios en Vaca Muerta.

Jorge Lapeña, referente de la UCR en energía y exsecretario del área, dijo durante el fin de semana que “el otoño/invierno 2019 está demasiado cerca como para seguir haciendo política energética con el nivel de profundidad de un trabajo práctico de una universidad argentina de nivel medio”.

El exfuncionario se expresó así en Twitter tras nuevos trascendidos desde el Gobierno, según los cuales la Secretaría de Energía decidió que el barco regasificador de GNL que operaba en Bahía Blanca hasta octubre pasado no regresará el próximo invierno.

Según Lapeña, “el haber eliminado el buque regasificador de GNL en Bahía Blanca puede tener consecuencias políticas y sociales muy negativas para el Gobierno que la adoptó”, y puntualizó que “en un año electoral eso es jugar con fuego”.

También se refirió a las negociaciones del Gobierno para redefinir el contrato de importación de gas desde Bolivia, y afirmó ver “una gran confusión” sobre el tema. Dijo que “se incumple un contrato firmado por la Argentina, lo que me recuerda los incumplimientos unilaterales con Chile en 2005”, destacando que “Bolivia es nuestra fuente de importación de gas más barata”.

Esta polémica se produce en el mismo momento en que el Gobierno está por modificar la política de subsidios a las petroleras que implementó en 2017 el exministro Juan José Aranguren y que fue el motor del aumento de la producción local.

El Gobierno va a dar a conocer en los próximos días el cambio en la Resolución 46 que aseguraba un precio de u$s7,50 por millón de btu al gas extraído en áreas de Vaca Muerta y de u$s7 este año, y por eso se abren interrogantes sobre el futuro de la producción.

Eso es así porque el aumento que permitió contar con algunos excedentes en este verano y reabrir la exportación se sustenta en casi un 80% en el área Fortín de Piedra de Tecpetrol, que contó en 2017 y 2018 con el precio subsidiado de u$s7,50.

Habrá que ver ahora cómo repercute la resolución que garantizaría a Tecpetrol u$s7 sólo para la producción declarada originalmente, y no para el total, y limita sólo a los meses de invierno el beneficio para 8 proyectos todavía no autorizados.

Los números están en línea con las advertencias de Lapeña. En diciembre, con temperaturas algo inferiores a las históricas y con la actividad en recesión, hubo días en que sólo se importaron de Bolivia 5 millones de metros cúbicos diarios.

Pero desde el último martes, cuando la temperatura se ubicó en niveles más altos, la compra a Bolivia trepó a unos 18 millones de metros cúbicos por día, aun cuando la generación de electricidad -que es la que empuja la demanda de gas en verano- no llegó todavía al récord de los 26.000 megavatios del verano pasado y sólo rondó 23.000 megavatios.

Sin recesión y con temperaturas máximas más altas todavía, hubiera sido necesario incluso apelar al barco regasificador que quedó en Escobar.

Los datos del Enargas muestran que en el invierno de 2018 llegaron a utilizarse en numerosas jornadas unos 16 millones de metros cúbicos diarios del barco de Bahía Blanca, equivalentes a un 10% de la demanda local de gas.

La duda es si en el próximo invierno podrá reemplazarse ese gas, considerando que recién estará empezando el desarrollo en las áreas que recibirán precio estímulo por la nueva resolución, mientras fuera de las áreas subsidiadas, la extracción está estancada o en retroceso.

En julio de 2018, Fortín de Piedra, que seguirá siendo clave para el abastecimiento, produjo 7 millones de metros cúbicos diarios, pero en noviembre llegó a casi 17 millones. Este volumen debería incrementarse hasta 23 millones en julio próximo para cubrir lo que no aportará el barco de Bahía Blanca.

La decisión del Gobierno de no traer otro buque regasificador se contradice además con otras afirmaciones de fuentes oficiales. Según éstas, el buque debió retirarse de Bahía Blanca porque el gasoducto que viene de Neuquén debía destinarse, por cuestiones de capacidad, a la producción incremental de Vaca Muerta, y después se estudiaría el ingreso de otro barco, posiblemente también a Escobar. El riesgo ahora es que se termine aumentando la importación de Chile, que es las más cara que paga la Argentina, porque se trata de GNL que se regasifica en el país vecino.

Las declaraciones de Lapeña apuntan también a otra cuestión. El producto de Bolivia tiene un precio adecuado, de hecho es todavía más barato que los u$s7,50 que garantíza el Estado nacional, y puede abastecer al noreste del país que no tiene gas natural. En tanto, la producción en Vaca Muerta depende de muchos factores que todavía falta ir viendo en lo inmediato y en el mediano plazo.