El oro se puede observar desde distintas perspectivas. A grandes rasgos, se puede contemplar como un complemento de joyería, como un valor dinerario tangible o como un activo de inversión.
Los datos publicados por el Consejo Mundial del Oro en su nuevo espacio Gold Hub muestran la capacidad del oro como fuente de retornos y su utilidad como elemento de diversificación para los inversores. Su escasa correlación con otros tipos de activos de inversión, en algún caso de signo opuesto, convierte al oro en un subyacente digno de estar presente en las carteras de inversión a largo plazo.
Así mismo, por las variaciones que sufre la cotización del metal en su matrimonio con el dólar, el oro también ofrece la oportunidad de generar ganancias en el medio y en el corto plazo. Incluso para procesos de especulación orientada a unas pocas sesiones (swing-trading), de intradía (day trading) o a unas decenas de minutos (scalping), el oro es una referencia para un buen número de derivados financieros y objeto de negociación para quienes desarrollan tan alto grado de actividad en los mercados.
La tendencia actual del oro y los frentes abiertos en los mercados de renta variable, renta fija y de divisas, han llamado la atención de numerosos inversores y gestores que ven en el metal amarillo un buen elemento de inversión para este año.
El catálogo de instrumentos financieros relacionados con la evolución del precio del oro es muy amplio, pero es necesario saber cuál se adapta mejor al interés y objetivos de los inversores y especuladores.
El oro físico, en forma de monedas o lingotes, es el que mejor funciona como reserva de valor en la que mantener una parte del dinero, con capacidad para convertirlo en dinero o ser utilizado como medio de pago en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier circunstancia, por muy adversa que pueda ser esta. Sin embargo, esta modalidad no es la mejor para buscar rendimientos a largo plazo y menos aún para especular con su cotización, debido a que carece de una plataforma de negociación y la horquilla entre los precios de compra (demanda) y de venta (oferta) suele ser muy amplia en la mayoría de los cambistas del mundo.
Como activo que pretende un retorno en una cartera de inversiones a medio o largo plazo, el oro tiene en los fondos de inversión su mejor vehículo. Dentro de este apartado de instrumentos conviven dos tipos: Los fondos tradicionales y los ETFs que hacen réplica. A su vez hay diferencias entre ellos sobre el sujeto de la inversión y cómo la llevan a cabo.
Por un lado hay fondos o ETFs cuyo sujeto es el oro y éste puede estar presente en forma de lingotes o mediante certificados o derivados sobre el oro. Para este grupo es mejor seleccionar un fondo que tenga el oro en estado físico, ya que si medimos el valor del oro negociado a través de derivados y certificados, nos daremos cuenta de que no habría oro suficiente en el mundo para atender semejante volumen.
Otra manera de invertir en oro a medio y largo plazo es a través de empresas mineras, cuyos resultados y cotizaciones suelen estar muy ligados a la cotización en cuanto a tendencia, pero con una mayor amplitud de movimiento de precios. Esta circunstancia genera mayores ganancias en las tendencias alcistas y pérdidas en las bajistas, por ello se debe extremar la prudencia en la exposición a ese tipo de activos y contar con una gestora experimentada.
El muy corto plazo es coto para los instrumentos derivados sobre el oro. Tanto los futuros como los Contratos por Diferencias (CFDs) son los dos productos de primera elección por parte de los traders más agresivos. Al depositar únicamente una pequeña parte del valor negociado, permiten altas dosis de apalancamiento que son utilizadas como multiplicadores de los resultados de la especulación. Algo que se debe tener muy controlado si no se quiere formar parte de la inmensa mayoría de personas que pierden dinero con las actividades de day trading y scalpling.
Como ve, hay muchas maneras posibles de incorporar al oro en las inversiones y hay un producto mejor adaptado a cada una de ellas. Antes de decantarse por uno o por otro, piense en cuál es su objetivo de inversión, su horizonte temporal y amplíe la información de la gama de instrumentos de cada grupo, informó Jorge del Canto en Finanzas.com
El oro operaba estable este miércoles tras anotar en la víspera su mayor avance diario en una quincena, ya que los inversores seguían apostando por el lingote ante la caída de las acciones globales, en un ambiente de temor por el crecimiento económico global y la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
Durante la jornada, el precio del oro al contado cotizaba con escasos cambios, a US$1.285,01 por onza, mientras que los futuros del oro en Estados Unidos ganaban un 0,1 % a US$1.284,01 la onza.
"Cualquier debilidad en las acciones probablemente atraiga interés porque el mercado está mirando al oro como activo de refugio en esta etapa", señaló Ole Hansen, analista de Saxo Bank.
El temor a una desaceleración, agravado por cifras económicas flojas de Estados Unidos y Japón, así como por el recorte en las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el crecimiento global, disminuyeron el interés por activos de riesgo, arrastrando a las acciones y a los rendimientos de los bonos.
Además, el diario Financial Times reportó el martes que Estados Unidos rechazó una oferta de China para llevar adelante negociaciones comerciales preparatorias antes del encuentro de alto nivel de la próxima semana, lo que fue desmentido por el gobierno estadounidense.
En otros metales preciosos, el paladio caía un 0,22% a US$1.342 por onza; la plata ganaba un 0,45% a US$15,4; y el platino operaba estable en US$788, publicó Reuters.