El auge del shale oil (petróleo de esquisto) estadounidense está acabando con una relación comercial histórica entre Estados Unidos y Europa basada en la venta de gasolina desde el Viejo Continente hasta la primera potencia mundial. Esto supone un duro golpe a las refinerías europeas, que durante décadas han dependido del consumo de los estadounidenses, los grandes clientes de este combustible producido en el Viejo Continente.
Aunque Estados Unidos es uno de los grandes productores de petróleo del mundo, no puede cubrir toda su demanda sólo con el crudo que produce. Eso junto a los límites de las refinerías estadounidenses obligan al país a importar gasolina de otras regiones como Europa, un continente que apenas produce petróleo pero que cuenta con una vasta red de refinerías compran petróleo crudo darle valor añadido y convertirlo en derivados como gasolina o gasóleo .
Según datos de la Comisión Europea, la capacidad de refinamiento de la Unión Europea es de unos 15 millones de barriles por día, lo que supone alrededor del 16% de la capacidad mundial. Sin embargo, la producción de crudo en la Unión Europea es de unos 1.5 millones de barriles al día, alrededor del 2% de la producción mundial. La Unión Europea refina mucho petróleo pero produce muy poco.
Estos últimos 30 días, los buques petroleros que llevan gasolina europea a Estados Unidos, el principal consumidor mundial, se han ido desviando a Venezuela y a islas del Caribe. Lo que es más grave, buques cargados de gasolina han empezado a zarpar desde Estados Unidos hacia Europa. Las importaciones de gasolina europea han caído al nivel más bajo de los últimos meses y se mantienen muy por debajo del nivel medio del año pasado, según datos de aduanas y seguimiento de buques.
La creciente producción de shale estadounidense, que es un petróleo fácil de convertir en gasolina, está jugando un papel importante en la reducción de los flujos. Ahora las las refinerías americanas están operando a su mayor ritmo en más de 15 años gracias al petróleo producido dentro del país.
"La producción de shale vive un momento soñado y Estados Unidos producirá más gasolina", sostiene Olivier Jakob, director administrativo de Petromatrix GmbH. La depresión de los flujos transatlánticos está siendo provocada por una combinación entre un mayor refinamiento de shale y una demanda débil en Estados Unidos, añade.
Por el momento, las refinerías europeas han logrado exportar un poco más a mercados alternativos como Latinoamérica, África Occidental, Medio Oriente, Asia y Australia, aunque Jakob asegura que esos mercados también presentan un exceso de oferta.
Los envíos de gasolina y componentes de mezcla de Europa a Asia han crecido más de 80% entre diciembre y enero, hasta cerca de 70,000 barriles por día, y las exportaciones a Medio Oriente son las más elevadas desde octubre, según datos preliminares de Vortexa, una empresa de análisis de petróleo y seguimiento de petroleros.
Además, esos mercados son cada vez más competitivos, especialmente porque China exportó más el año pasado y sumará capacidad de refinamiento en 2019, lo cual aumentará el suministro regional.
Son malas noticias para los exportadores europeos de gasolina, cuyo principal mercado se está poniendo muy difícil. La producción media de gasolina en Estados Unidos ha crecido en más de 800,000 barriles por día entre 2014 y 2018, según datos de la Administración de Información sobre Energía del país (EIA, por sus siglas en inglés).
Todo esto está empezando a afectar los flujos. Vortexa observó por lo menos dos petroleros que llevaron gasolina y/o componentes desde la parte estadounidense del Golfo de México a los centros europeos de operaciones de Ámsterdam, Róterdam y Amberes en noviembre y diciembre. En octubre, se dispararon los envíos estadounidenses de gasolina terminada a los Países Bajos, de acuerdo con cifras de la EIA.
"Hay una buena probabilidad de que los volúmenes y los factores económicos de esta ruta se mantengan un tanto deprimidos debido al exceso de suministro en el Atlántico", asegura Neil Crosby, jefe de análisis de refinamiento de JBC Energy GmbH. "Uno sabe que la situación es inusual cuando Estados Unidos comienza a mandar gasolina a centros europeos de exportación como Ámsterdam, Róterdam y Amberes".