Hace unos días el gobierno provincial firmó un convenio, en presencia del Ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, con varios gremios que aglutinan a distintas ramas de trabajadores de la industria petrolera con el objeto de acelerar las inversiones en distintas áreas potenciales de la provincia, especialmente la lengua superior de la formación Vaca Muerta, que se localiza en partes de los departamentos de Malargüe y San Rafael.

Si bien es un convenio de tipo declarativo, tiene por objetivo sumar compromisos de las partes para afrontar convenios colectivos más flexibles hacia el futuro y con reglas de trabajo más modernas, así como compromisos por parte de la provincia. 

En dicho acto, el gobernador Cornejo anunció que la provincia está decidida a sacrificar regalías a cambio de inversiones y creación de puestos de trabajo para mendocinos. 

Mendoza tiene una larga historia con el petróleo. Los historiadores nacionales siempre referencian la aparición del recurso para el país en 1907 en Comodoro Rivadavia, pero en realidad el primer hallazgo lo hizo el ingeniero Carlos Fader, en Cacheuta, unos 20 años antes, cerca de 1886. Desde entonces se comenzó a investigar y desarrollar la Cuenca Cuyana, que localiza en la zona norte.

Hacia la década del ‘60 se encuentra petróleo en Malargüe, al determinar una importante extensión de la formación geológica Cuenca Neuquina, sobre el sur de nuestra provincia. 

En los últimos años, nuevos estudios geológicos y el avance tecnológico confirmaron la potencialidad de la formación Vaca Muerta que, por ahora, está determinada como la cuarta reserva mundial de petróleo no convencional y la segunda reserva mundial de gas de este origen.

En Mendoza, por el hecho de que los yacimientos se localizan en zonas lejanas a la vista del público, nunca se tomó conciencia de la importancia del petróleo para la economía provincial. 

En el acto referido el Gobernador Cornejo dijo que la actividad petrolera genera más puestos de trabajo que la industria vitivinícola. 

Según datos oficiales, el 50% del PBG industrial de Mendoza está representado en la refinería de Luján de Cuyo.

Los yacimientos de la zona Norte ya son viejos, están muy explotados y hace mucho vienen en declinación. No obstante, mediante la estimulación hidráulica se han podido mantener en producción, aunque muchos pozos han sido abandonados por el bajo nivel de productividad. Se trata de yacimientos maduros y sin viabilidad económica.

Algo similar está ocurriendo con los primeros yacimientos que se encontraron en la cuenca neuquina y esto se verifica con la caída de la producción y de los ingresos por regalías. 

Hacia la década de los ‘80, Mendoza tenía sus recursos repartidos en 1/3 recursos propios, 1/3 coparticipación 1/3 regalías. Bajo este argumento la provincia fue relegada en los porcentajes de coparticipación federal de impuestos.

En los primeros años del siglo XX, en la gestión kirchnerista, el entonces ministro de economía, Roberto Lavagna, decidió congelar el precio del petróleo en boca de pozo que cobraban los productores y también impactaba en las regalías que cobraban las provincias. Cuando el crudo llegó a valer u$s 150 el barril, el valor se actualizó a u$s 50.

Esto generó grandes pérdidas de recursos pero también una caída de la producción ya que las empresas no invertían ante el castigo que sufrían por el precio arbitrario fijado por el gobierno nacional, ya con Cristina Kirchner en el poder.

Por esto es auspicioso que se haya firmado este convenio que puede permitir avanzar en la exploración y explotación de la parte mendocina de vaca Muerta ya que permitiría generar mayores inversiones esperar mayor volumen de producción y de regalías. 

La decisión del gobierno, de rebajar exigencias de regalías por inversiones, es muy oportuna, sobre todo en este momento donde las inversiones están lejos de la Argentina y el petróleo puede aportar mucho para paliar el duro momento de crisis económica.