La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) advirtió que el debilitamiento en las perspectivas para el crecimiento de la economía mundial, y en especial de China, están deteriorado las expectativas para la demanda de metales, impactando negativamente en el precio del cobre.
“El deterioro progresivo de las expectativas de crecimiento mundial para 2019 ha inducido la salida de los inversionistas del mercado de los commodities mineros. No se visualiza un cambio de tal tendencia en el corto plazo”, afirmó la entidad en su informe semanal.
El precio contado del cobre cayó 1,9% en la semana, tras cerrar este viernes en US$2,716 la libra en la Bolsa de Metales de Londres. Al respecto Cochilco precisó que las expectativas para la cotización a corto plazo del cobre se deterioraron y el precio registró un ajuste a la baja asociada, principalmente al sistemático debilitamiento en las expectativas de crecimiento mundial para 2019, debido a la prolongación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, además de la difícil salida del Reino Unido de la Unión Europea y el persistente deterioro de los indicadores de crecimiento en China.
A las 11:50 GMT, el cobre referencial en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subía un 0.01% a US$6,000.50 por tonelada, y acumulaba una baja de un 2.1% en la semana.
Los temores a que el crecimiento en China se esté enfriando y que la disputa comercial con Estados Unidos pueda agravar la desaceleración ha provocado una caída de un 17% del cobre este año.
Una corriente vendedora en las bolsas y en los mercados petroleros se sumaron a la tendencia bajista y el índice de acciones líderes chinas tocó el viernes su nivel más bajo en 33 meses.
Las preocupaciones con el panorama de crecimiento global probablemente lleven al precio del cobre debajo de US$6,000 por tonelada, pero un déficit de suministro que se extenderá en 2019 significa que no permanecerá ahí por mucho tiempo,, comentó el analista Ross Strachan, de Capital Economics.
El mercado mundial de cobre refinado mostró un déficit de 168,000 toneladas en setiembre, afirmó el Grupo Internacional de Estudio del Cobre esta semana, lo que llevó el déficit entre enero y setiembre a 595,000 toneladas.
Eso se compara con un déficit de 226,000 toneladas en el mismo período de 2017. Cada año se consumen cerca de 24 millones de toneladas de cobre.
Las existencias de cobre en almacenes registrados en la LME están cerca de mínimos de 10 años, lo que sugiere que hay suministros ajustados, pero la proporción que aún no ha sido destinada para envíos casi se ha doblado desde fines de octubre, a 113,500 toneladas.
Los inventarios en la Bolsa de Futuros de Shanghái cayeron un 9.4% en la última semana a 110,702 toneladas y han perdido más de 300,000 toneladas en abril.
A ello se suma que la decisión de la FED de continuar con el alza de la tasa de interés en 2019, aunque con menor intensidad, potenció los riesgos para el crecimiento mundial, lo que se tradujo en la corrección en los mercados bursátiles y la baja en el precio de los commodities mineros a pesar de la depreciación del dólar, indicó la entidad en su informe semanal.
“Este contexto de mayor riesgo global está deteriorando las expectativas de demanda de metales industriales y, consecuentemente, los inversionistas se alejan del mercado de commodities”, añadió.
Con respecto a la situación en Estados Unidos el organismo dijo que para los inversionistas la visión de los riesgos de crecimiento mundial se fortaleció la presente semana, debido a que condiciones monetarias más estrictas para 2019 reducirían el potencial de crecimiento global.
En este sentido recordó que el miércoles la Reserva Federal elevó la tasa de política monetaria en un cuarto de punto porcentual dejando el rango anual entre 2,25% a 2,5%. También redujo en 0,2 puntos porcentuales la estimación de crecimiento para 2019. “Este movimiento fue anticipado por el mercado, sin embargo el presidente de la FED señaló además que el ciclo de endurecimiento monetario estaba finalizando y anticipó dos alzas de los tipos de interés para 2019 en vez de los tres previstos anteriormente”, indicó.
Esto, precisó, en un contexto de volatilidad de los mercados financieros y expectativas de desaceleración del crecimiento mundial, que condujeron a la depreciación del dólar, una corrección a la baja en los mercados bursátiles, mayor demanda de bonos del tesoro y el deterioro del precio de commodities mineros ante menores expectativas de demanda el año 2019.
En cuanto a China, el mayor consumidor mundial de metales, la entidad sostuvo que el crecimiento del PIB esperado para 2018 (6,5%) sería el más débil en 28 años y que según la proyección del Banco Mundial, en 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) se desaceleraría a 6,2% desde el 6,5% previsto para el presente año, proyección coincidente con la última actualización del FMI.
“El consumo continuará siendo el pilar del crecimiento debido a que un contexto de condiciones crediticias más restrictivas continuaría desacelerando la inversión, así como el menor crecimiento mundial debilitaría al sector exportador. En este escenario las expectativas para la demanda de commodities industriales se debilitan, lo que se está reflejado en la tendencia a la baja en los precios”, indicó, según publicó La Tercera.
El oro declinaba el viernes ante el avance del dólar, pero la ansiedad por el crecimiento global mantenía el interés por los activos considerados seguros, apoyando los precios del lingote cerca del máximo de casi seis meses que alcanzaron en la víspera.
A las 1239 GMT, el oro al contado bajaba un 0,04% a 1.259,21 dólares la onza tras subir un 1,3% el jueves a 1.266,40 dólares, techo desde el 26 de junio. Los futuros del oro en Estados Unidos caían un 0,5% a 1.261,10 dólares por onza.
“El oro ha tenido una racha excelente en la última semana porque el dólar ha perdido el favor de los inversores”, dijo Craig Erlam, analista de OANDA. “La relación entre ambos es muy fuerte y el repunte del billete verde está frenando el avance del lingote”, agregó.
El índice dólar ganaba cerca de 0,4% luego de que en la víspera tocó mínimos de un mes. Se encamina a su mayor declive semanal en 10 meses.
La Reserva Federal se comprometió a mantener el núcleo de su plan de seguir subiendo sus tasas de interés, lo que golpeó a las bolsas y presionó al dólar, aumentando el atractivo del lingote. A los mercados además les preocupa que se produzca un cierre parcial del Gobierno estadounidense este fin de semana.
“El ambiente de rechazo al riesgo y los pronósticos de una desaceleración el año próximo deberían apoyar al oro”, afirmó Erlam. “Creo que el próximo nivel de prueba estaría en torno a los u$s1.300. Si puede superarlo, entonces se ve muy alcista para el futuro próximo”, añadió.
El lingote ha ganado cerca de un 1,5 por ciento en lo que va de la semana. El metal anotaría su mejor trimestre desde marzo de 2017, con un alza de 5,8 por ciento.
El paladio bajaba un 1,14% a 1.250,12 dólares por onza. La plata caía un 0,59% a 14,673 dólares la onza y el platino cedía un 0,96% a 785,99 dólares por onza.