Quisiera aprovechar este momento para hacer unas reflexiones sobre el rol de los hidrocarburos en el futuro.
Se habla que tanto el gas como el petróleo son fluidos de transición.
Tomemos el caso de las energías renovables, hoy más caras que los sistemas convencionales de generación, que necesitan de subsidios para operar, generando mayores costos y rigideces en los sistemas.
Estas energías han ido evolucionando año tras año, y se proyecta que en algún punto serán tan competitivas como la generación térmica. Pero tengan en cuenta, que año tras año, los nuevos molinos o paneles solares han ido reemplazando a los anteriores, haciéndolos obsoletos.
Es decir, los anteriores han sido sistemas transitorios de los nuevos.
La realidad es que no sabemos cuáles serán los sistemas energéticos del futuro. La tecnología avanza y todo lo modifica, lo mejora o lo reemplaza.
Lo que si podemos decir es que en el 2040 se calcula que el mundo tendrá alrededor de
9.000 millones de habitantes, mayormente concentrados en grandes ciudades, y que para suministrar energía a esta creciente población, todas las energías serán necesarias.
Porque va a ser muy difícil que las tecnologías actuales, convencionales o no, y las por venir, tengan suficiente tiempo para ser desplegadas en todos los países.
La otra realidad es que si hoy el mundo puede albergar 7000 millones de habitantes es gracias al gas y al petróleo, que han sido capaces, junto con la petroquímica, de suministrar energía, ropa, distintos materiales, remedios, transporte, calefacción, etc, aumentando la productividad de las cosechas y de la industria alimenticia en general, a costos razonables, en casi todo el mundo.
Y que todo esto también será necesario para las generaciones del futuro.
Por otro lado, hacia adelante enfrentamos un constante incremento de la temperatura media mundial, que puede acarrear cambios en el clima, y para evitar esto, o minimizarlo, es necesario reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según la IEA, el único escenario que permitiría una reducción drástica de estas emisiones, manteniendo el incremento de la temperatura por debajo de 1.5 ºC es, entre otras, una importante reducción del uso de carbón, mayor responsable de la acumulación pasada de estos gases en la atmósfera y de las emisiones actuales.
Solo 8 países en el mundo son responsables por el casi 60% de estas emisiones totales, y son también responsables por la quema del 81% del carbón en el mundo.
Si se pudiese reemplazar todo ese carbón por gas natural, la historia sería diferente. Sin embargo, esta reducción se les hace difícil porque en esos países este recurso, el carbón, impulsa la economía y les da empleo.
Argentina es un país que hoy prácticamente no quema carbón. Esto lo coloca muy por encima de los países mencionados en cuanto a contribución en la reducción de emisiones. Tenemos sin embargo un largo camino a recorrer en cuanto al uso racional y eficiente de la energía, si queremos contribuir aún más a ello.
Este año celebramos los 100 años del descubrimiento del petróleo en Plaza Huincul, Neuquén.
Contamos con una Industria de los hidrocarburos centenaria, de gran dinamismo, que se ha ido adaptando a los distintos escenarios que se fueron planteando, tanto nacionales como internacionales.
A pesar de las vicisitudes económicas vividas durante este año, la volatilidad de los precios, la recesión, que seguramente afectarán los balances de las compañías, hemos tenido un año con indicadores muy positivos.
El Instituto estima que la producción de petróleo cerrará con un crecimiento del 2,5% respecto al 2017, la de gas natural un 6,5%, ambas mayoritariamente debido al importante 46% de crecimiento experimentado por la producción no convencional.
La actividad de perforación fue un 4% mayor que el año pasado. Probablemente lleguemos a los 1060 pozos.
Las exportaciones de petróleo crecieron un 173%, las de gas un 117% y la de derivados un 40%.
Con respecto a los derivados ya han comenzado las inversiones en las refinerías para aumentar la calidad de los combustibles llevándolos a parámetros internacionales.
Hemos sido de los poquísimos sectores que no solo ha mantenido su actividad sino que la ha aumentado.
Somos también un sector con un enorme potencial de desarrollo a futuro, que tendrá un alto impacto para el país.
En la base de nuestra producción, la explotación convencional, aún quedan muchos proyectos a realizar.
Debemos poner foco en mejorar la recuperada final de nuestros yacimientos, a través de la recuperación asistida mejorada.
Esto sin duda ayudará a incorporar importantes reservas adicionales. Ya hay proyectos en marcha de YPF, PAE, Capsa entre otras y esperemos que a éstas se sumen varias más.
Éstos son proyectos de alta inversión y largos plazos que sin duda requerirán de una baja sustancial en sus costos totales para que alcancen la rentabilidad que los justifiquen.
En exploración ha habido varias iniciativas de las Provincias, licitando nuevas áreas, como fue el caso de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Salta, Formosa y otras que están en la etapa preparatoria.
También la SEC acaba de lanzar la ronda exploratoria offshore, que si bien podemos considerarla de frontera, puede llegar a abrir horizontes donde desarrollar nuevos recursos.
También tenemos recursos no convencionales, que superan en mucho lo que nuestro país necesita en los próximos 50 a 100 años.
Si uno visita hoy la cuenca neuquina, se asombra con la actividad y el movimiento que hay.
Perforación, construcción municipal, de infraestructura, transporte, etc, a lo que se le adiciona todo otro tipo de actividad que es inducida por la nuestra.
Se ven también a varios grupos industriales reorientar sus actividades, ofreciendo productos y servicios a nuestro sector, como es el caso de pequeñas y medianas empresas de Córdoba, Olavarría, Neuquén entre otras.
Se han reanudado las exportaciones de gas y electricidad a Chile y Brasil. Hay proyectos de ampliación del polo petroquímico.
Hoy más de un tercio de la producción de gas y un quince por ciento de la de petróleo es no convencional.
Sin embargo estamos recién en una etapa muy inicial.
Hablando el otro día con una conocida consultora internacional, me mostraban unas curvas comparativas de la producción a través de los años de distintas cuencas en Estados Unidos y de Vaca Muerta, desde su producción inicial hasta la actualidad.
Se aprecia el importante crecimiento de producción que tuvieron todas las cuencas en USA. Pensemos que solo el Permian puede llegar a superar en producción a la mayoría de los países del Golfo Pérsico excepto Arabia Saudita. Al compararnos con ellas, vemos que Vaca Muerta se encuentra en el inicio de su explotación.
Cuando lleguemos a la etapa de desarrollo integral de Vaca Muerta veremos inversiones entre los 10.000 y 15.000 millones de dólares por año, durante veinte o treinta años.
En pozos, ductos, plantas, ampliaciones de las redes de transporte y distribución, en generación, plantas petroquímicas, etc, a lo largo y ancho del país.
El impacto en la economía del país será mayúsculo.
Tendremos alta generación de empleo, gran aumento de la recaudación impositiva y de divisas por exportación de gas, petróleo y sus derivados, y de productos petroquímicos, con impacto en todas las cuentas públicas y el PBI.
Es hoy el único proyecto que tiene la Argentina en el corto y mediano plazo que le permitiría equilibrar las cuentas públicas, bajar la alta presión impositiva y reducir la pobreza.
El desarrollo de estos recursos también nos permitirá contar con energía flexible, eficiente y competitiva, sin tener la necesidad de recurrir a otras fuentes mayoritariamente importadas y de mayores costos.
Mucho se está haciendo a nivel Nacional y Provincial para superar las barreras que hoy se presentan.
Menciono entre ellas la formación de la mesa de Vaca Muerta, que fue constituida a partir de una iniciativa de la SEC.
Hoy, después de este almuerzo, tendremos la segunda reunión plenaria con la presencia del Presidente de la República.
En ella concurren industria, productores, compañías de servicios, petroquímica, fabricantes, Provincia y Nación.
Y ya está dando sus frutos solucionando parte de estos inconvenientes que se presentan.
-se liberó la compra de combustibles para las centrales térmicas
-se reconstituyó el MEGSA
-se reiniciaron las exportaciones de gas y energía eléctrica
-se reestableció la libre comercialización de combustibles
Es necesario continuar en este camino de recrear las condiciones de mercado que permitan que las transacciones se hagan de manera transparente entre privados, sin intervención alguna del estado, con libre importación y exportación de hidrocarburos sin tasas ni retenciones, ni otros impuestos que le resten competitividad.
De esta manera la industria podrá encarar estos desarrollos, accediendo a un financiamiento adecuado que permita establecer las condiciones de competitividad similares a otras cuencas en el mundo que hagan que los proyectos de desarrollo sean factibles.
Si bien esta tarea es difícil, creo que todos, Gobierno e Industria, estamos orientando los esfuerzos hacia donde corresponde. Esperemos que a este desafío se sumen las diferentes fuerzas políticas.
Les deseo a todos unas muy felices fiestas y unas buenas vacaciones que le permitan recuperar fuerzas para encarar los desafíos que tenemos.
Muchas gracias