El Perú es la jurisdicción más atractiva de la región para las inversiones mineras. Alfonso Montero, gerente de inversiones de Credicorp Capital, explica por qué.
Hace unos días asistí a la Conferencia de Minería e Inversión en América Latina, organizada por GFC Media Group, que es una excelente oportunidad para tomar el pulso a la actividad en la región. Mis conclusiones del evento: 1) luego de la elección de Jair Bolsonaro en Brasil, América del Sur está en una situación de alineamiento de gobiernos pro inversión en las principales jurisdicciones mineras, 2) es probable que México descienda varios escalones en el ranking de atractivo para la inversión minera, y 3) el Perú se perfila como el país de mayor atractivo para la actividad en la región.
México era hasta hace poco percibido como una jurisdicción con un gobierno central pro inversión y un importante potencial geológico. Sin embargo, el reciente anuncio del presidente electo Andrés Manuel López Obrador (conocido como AMLO) de la cancelación del proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM) ha puesto en tela de juicio la capacidad del país para atraer inversión minera o de cualquier tipo. Añadiendo a la incertidumbre, el Senado, controlado por la alianza de izquierda MORENA, anunció la intención de reformar la Ley Minera. Los inversionistas temen un incremento de la conflictividad laboral, mayores regalías y cancelaciones unilaterales de concesiones mineras, entre otras consecuencias negativas.
Los países de América del Sur muestran un panorama más favorable. La administración de Iván Duque en Colombia recibió comentarios positivos por parte de la concurrencia. Brasil vuelve a asomar como un destino relevante luego de la elección de Jair Bolsonaro, quien no menciona en su plan de gobierno medidas específicas para la minería, pero es previsible que implementará una política de atracción de la inversión extranjera para apuntalar el crecimiento. La duda es si conseguirá sortear la burocracia y los obstáculos legales para la obtención de licencias, resultado inevitable luego de 15 años de administración del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva y de la tragedia provocada por la ruptura de la presa de Samarco, en la región de Minas Gerais, en el 2015. Por su parte, Chile es reconocido como el mejor destino de la región en términos de estabilidad jurídica, pero la mayor parte de su cartera de proyectos son expansiones destinadas a mantener la producción existente.
En Argentina, el gobierno de Mauricio Macri ha impulsado con éxito medidas destinadas a otorgar mayores incentivos a la actividad, como el establecimiento de topes a las regalías que pueden cobrar las provincias y estabilidad tributaria durante 30 años. El problema es que el gobierno central está alineado con la inversión privada hoy, pero podría no estarlo luego de las elecciones del próximo año. E incluso la provincia mejor comportada tendrá cuesta arriba atraer un solo peso con los peronistas de vuelta en el gobierno central.
En este contexto, el Perú aparece como la jurisdicción más atractiva de la región. El país ya contaba con un importante potencial geológico y una política de apoyo a la actividad de parte del gobierno central. Mina Justa, Quellaveco y la ampliación de Toromocho son muestra de que empresas locales y extranjeras encuentran las condiciones para invertir varios billones de dólares en proyectos de largo plazo. A esto se suman ahora resultados positivos en distritos clave en la última elección de autoridades regionales, como la debacle del Movimiento al Socialismo (MAS) en Cajamarca, que no llegó a la segunda vuelta por la gobernación y obtuvo menos distritos que en la elección anterior. Incluso en regiones que han tenido conflictos recientes varias compañías se mostraban animadas por resultados favorables a nivel distrital.
Este comentario acerca de la minería latinoamericana no incluye a algunos países como Venezuela, Bolivia o Nicaragua ni el resto de países de esa creación de Hugo Chávez conocida como ALBA. Mi trabajo me lleva a concentrarme en países que cuentan con mercados financieros, con lo cual no tengo elementos de juicio para dar una opinión sobre estos casos. Sin embargo, no hay que indagar mucho para darse cuenta de que, gracias a sus gobiernos, estas jurisdicciones siguen siendo tan poco atractivas como de costumbre, lo cual es consistente con sus posiciones en los últimos lugares de la encuesta que anualmente realiza el Instituto Fraser a las principales compañías mineras.