ÁLVARO RÍOS ROCA *
El electo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), después de haber vencido en las elecciones, ha realizado declaraciones que las consideramos bastante termo cefálicas respecto a las acciones que tomará en materia energética. Creemos que su visión es la de un verdadero “nostálgico” latinoamericano y que se está disparando a ambos pies.
Si pone en marcha lo que pregona, seguramente otros millones de mexicanos querrán migrar al norte. No hay razón para seguir aduciendo: “Tan lejos de Dios y tan cerca de USA”. La falta de pragmatismo de muchos líderes regionales por décadas nos han llevado a más pobreza, menos bienestar económico y que más latinoamericanos tengan que huir desesperadamente al anhelado imperio. Aplaudimos de veras que AMLO luche frontalmente contra la corrupción. Eso es muy necesario y loable. Pero analicemos lo que pregona en materia energética y que creemos que llevará a más mexicanos a la pobreza.
Señala que México, por lo menos durante su sexenio, no utilizará el “temido” fracking, muy a pesar de tener cantidad de recursos, principalmente en el norte. Esta técnica ha revolucionado la industria de los hidrocarburos y ha vigorizado la economía norteamericana. Entre dejar de importar y remozadas exportaciones de petróleo y gas, USA mejoró su balanza comercial en 16.500 billones de dólares en 16 años. Impresionante, fuera la gran cantidad de mano de obra calificada generada.
Lo que creemos es que desea concentrar actividades extractivas convencionales en hidrocarburos en su nativo Tabasco (quiere ser un especie de héroe del sur). Argentina, de la mano del fracking en Vaca Muerta, quiere y está dando un salvataje a su frágil economía. Vaya región nuestra esta, ¿quien la entiende?
También indica que dejará de exportar petróleo, fuente aún importante de ingresos para México, con la excusa de cuidarlo para futuras generaciones. Sr. AMLO, no sea nostálgico. Noruega, uno de los países con más ingresos per cápita, exportador de tecnología, también exporta mucho gas natural y petróleo.
Entienda que el mundo apunta en el futuro a vehículos eléctricos, especialmente en el transporte particular y liviano. Mientras financia, construye y moderniza las refinerías, el petróleo y las gasolinas pueden ir quedando obsoletas o perdiendo valor.
Está obstinado en construir una nueva refinería y modernizar seis existentes para no importar más gasolina. Sr. AMLO entienda que el negocio de los hidrocarburos no está en la refinación, sino en la exploración y producción de petróleo y gas natural (convencional o fracking). A eso debe destinar los escasos recursos de Pemex.
Sacar un barril que puede costar entre 6 y 40 USD/barril y venderlo a 60 o 70 USD/barril es lo que hace poderosas a las transnacionales. Haga eso con Pemex y asóciela con el capital privado en muchas operaciones exploratorias. Pemex está muy endeudada. La pregunta es ¿de dónde sacará los cerca de 10.000 MMUSD que significa esta aventura refinera? Porque no apuntala a que Pemex, bajo dirección corporativa, se asocie al capital privado y pueda estudiar lo de las refinerías en la medida que estas sean sostenibles y rentables.
Está obstinado con bajar los precios de las gasolinas en México. No haga eso, deje que los precios de mercado hagan su trabajo, y si no, pregunte a sus vecinos países del sur cómo desearían sacarse de encima perversas subvenciones de los derivados del petróleo que agobian sus débiles economías (Argentina).
Está obstinado con desbaratar la reforma energética y revisar concesiones otorgadas, inversiones comprometidas y anular a reguladores. Haga que Pemex se asocie al capital privado, incremente reservas, producción (convencional y del fracking) y estudie hacer refinerías, pero al calor del mercado y rentabilidad y no de ideología y con regulación independiente y estricta.
Observe cómo Petrobras está desinvirtiendo, privatizando unidades de negocio y asociándose al capital privado, Esto después de intentar la locura que usted quiere hacer con Pemex. Entérese lo que pasó con la construcción de la refinería Abreu por parte de Petrobras y las implicancias de sobreprecios, ineficiencia y corrupción.
Dele a Pemex autonomía de gestión para que se asocie y trabaje con visión de rentabilidad, eficiencia y lejos de la política e ideología. Aprenda de la historia y de las experiencias y evite que sus ciudadanos continúen migrando al imperio.
*Exministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual Socio de Gas Energy Latín América