POR JORGE LAPEÑA*

A partir del primer trimestre de 2018 se han producido importantes modificaciones en el sector energético argentino; las que eran tenidas por importantes certezas dejan de ser tales. Hubo cambios no menores tanto en el elenco como en la organización energética nacional. Se modificó el discurso tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo.

Hay que asumir ese cambio. El año empezó con un Ministerio de Energía y Minería y termina con una Secretaría de Gobierno dependiente del Ministerio de Hacienda. Los cambios de elencos han sido profundos.

No existe más el sendero de precios crecientes en dólares para el del gas que se acercaba -para el shale de Vaca Muerta y para el tight gas- al 7,5 u$s/MMBTU que daba tanta predictibilidad a las finanzas de las petroleras y tanta inestabilidad política. Casi en silencio entró en agenda la posible pesificación de los precios de gas en boca de pozo. Hasta mitad de año hablar de esos temas era tabú.

En los últimos días tuve la satisfacción de escuchar en un seminario sobre hidrocarburos no convencionales realizado en el CARI, en el cual participé como moderador, de boca de Horacio Marín –director general de EyP de Tecpetrol y responsable del yacimiento estrella Fortín de Piedra– que el objetivo de la compañía era “un costo de producción compatible con Henry Hub”.

Es importante, una cosa es un gas natural comercializado a 6,5 u$s/MMBTU y otra si se vende a 2,7 u$s/MMBTU. Esto da lugar a dos Argentinas diferentes. No habrá un gas argentino para el mundo, por más abundante que sea, si no apuntamos a ese objetivo estratégico. Quisiera referirme brevemente a los anuncios de la nueva Secretaría de Energía sobre el incremento de la producción de crudo de Vaca Muerta de unos 500.000 b/d con destino exclusivo a exportación y de una producción de 260 MMm3/d de gas natural que devolverían al país al autoabastecimiento y permitirían ingresos extraordinarios en dólares. Están muy por encima de lo anunciado por la actual administración hasta mediados de 2018.

¿Qué cambió en estos meses?, ¿qué pensarán de esto los verdaderos actores de esta gesta? Creo que estos anuncios al ser trascendentes y de gran impacto deberían ser preservados hasta el momento de estar absolutamente seguros de la consistencia técnica, económica, ambiental y financiera de los mismos para evitar en el futuro retrocesos inconvenientes. Me gustaría saber si las empresas petroleras argentinas que están haciendo el esfuerzo de las inversiones están de acuerdo con esas metas que las tienen a ellas como principales protagonistas.

Ex Secretario de Energía de la Nación