Metal rojo hoy representa alrededor del 52% del valor mineral exportado, mientras que el oro apenas el 27%. Hoy el 68,6% de la cartera de proyectos mineros es cuprífera.
La evolución del precio del cobre, desde el año pasado registró un sostenido incremento en su cotización (que había descendido hasta US$ 2,20 la libra el año 2016); mientras que el año 2017 el precio promedio del metal rojo llegó a US$ 2,80 la libra y el primer semestre de este año los vientos a favor siguieron elevando la cotización hasta bordear los US$ 3,30 la libra.
No obstante, la situación cambió drásticamente en el segundo semestre y en apenas un par de meses, el precio del cobre (y de paso el de otros minerales) comenzó a descender: de un pico de casi US$ 3,30 la libra se cayó a US$2,60 y en los últimos días fluctúa en alrededor de los US$2,70, es decir un retroceso de alrededor del 20%, advirtió CooperAcción.
Vale anotar que el Marco Macroeconómico Multianual 2019-2025 elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) proyectó que el precio del cobre cerraría este año en US$3,05 la libra, precisó La República
“Con una cotización muy por debajo de esta proyección, el impacto se está sintiendo en la economía peruana”, anotó José De Echave, responsable del programa Derechos Colectivos y Extractivas de CooperAcción.
El experto apuntó que uno de ellos es el menor dinamismo de la inversión minera, menor rentabilidad de los proyectos que se encuentran en fase operativa, lo que impactará directamente en la recaudación, en el aporte tributario de la minería y por consiguiente en los recursos que se distribuyen en las regiones vía canon y regalías, dificultades para conseguir financiamiento y encarecimiento del mismo, impacto en la balanza comercial, entre otros.
De Echave advirtió que la caída en la cotización del cobre debe analizarse en un contexto en el que este metal tomó un mayor peso en nuestra canasta de producción y exportación minera. Prueba de ello es la entrada en producción de yacimientos como Antapaccay, Constancia, Toromocho, Las Bambas y las ampliaciones de Cerro Verde, Toquepala, Cuajone y Antamina, todos de cobre.
“El peso de este metal aumentó considerablemente y nuestra minería -nos animamos a decir que toda nuestra economía- tiende a ser cada vez más cobre dependiente”, aseveró.
Un elemento adicional que subraya CooperAcción es que si bien hasta hace unos años el oro era el principal mineral de exportación, hoy en día el cobre ocupa de lejos el primer lugar pues representa alrededor del 52% del valor mineral exportado, mientras que el oro apenas el 27%. Además, todo indicaría que el peso del cobre seguirá aumentando ya que concentra el 68,6% de la cartera de proyectos de inversión en minería.
El precio del mineral ha tocado mínimos históricos durante el verano a causa, entre otros factores, de la desaceleración de la economía china. La guerra comercial podría ayudar a Chile.
En Chile crece la preocupación debido a que podría convertirse en el primer país de Sudamérica con riqueza de recursos en sentir el impacto de la ralentización en China y de la creciente guerra comercial de EEUU con Pekín, mientras la caída de los precios del cobre ya está ejerciendo presión sobre la agenda económica del presidente Sebastián Piñera.
Como primer productor de cobre del mundo, y una de las economías más abiertas de Sudamérica, Chile es especialmente vulnerable a una caída del precio del cobre, que tocó fondo la semana pasada ante la preocupación por el crecimiento económico de China.
El metal representa más del 43% de las exportaciones chilenas. Los retos a los que se enfrenta Chile son una señal de alarma para otros exportadores de materias primas, según los economistas, especialmente dada la reputación del metal para anticipar puntos de inflexión en la economía global, detalló Expansión
"El cobre podría ser algo así como el canario en una mina de carbón", afirma Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para Latinoamérica y el Caribe. "Si hay bases en la economía mundial que causen una caída del precio de las commodities en un futuro cercano, entonces puede ser que el cobre sea la primera víctima."
El boom económico de China fue un importante motor de crecimiento para Latinoamérica durante muchos años. Ahora, una ralentización china y el efecto dominó de los aranceles de EEUU sobre el crecimiento del gigante asiático podrían afectar a su demanda de exportaciones chinas.
El FMI rebajó recientemente sus previsiones de crecimiento para Latinoamérica, y ahora afirma que la región crecerá un 1,6% este año, 0,4 punto menos que las previsiones hechas en abril.
La agencia de calificación Moody's también ha rebajado el rating del país un punto, de A1 a Aa3, citando "un deterioro de amplia base" en el perfil crediticio del país.
Lo cierto es que Chile ya está sintiendo el pellizco de unos precios más bajos del cobre, actualmente en torno a 2,8 dólares por libra.
Las autoridades han subrayado la importancia de que los precios del cobre permanezcan por encima de los 3 dólares, de forma que la agenda económica propuesta por el gobierno sea viable. Algunos temen que una caída sostenida de los precios del cobre pueda poner en peligro el ambicioso programa de reformas de Piñera, incluyendo cambios en el sistema de pensiones y los tan necesitados planes de infraestructuras.
"El gobierno contaba con un precio más alto durante su mandato", afirma el experto en el sector de la minería Jorge Bande, quien asegura que los ingresos más bajos procedentes de los impuestos a la minería podrían frustrar los esfuerzos de Piñera para lograr la consolidación fiscal, dado que la situación ya estaba "bajo bastante presión" antes de la reciente caída de los precios del cobre.
No obstante, el ministro de Finanzas chileno Felipe Larraín, señala que un tipo de cambio más competitivo, estrechamente relacionado con el precio del cobre, es bueno para la mayor parte de las áreas de la economía.
Aunque el sector minero domina las exportaciones, representa solo el 10% de la producción económica general. "Los exportadores de la industria y la agricultura están muy contentos ahora, ya que sus beneficios han aumentado en gran medida", afirma Larraín, y asegura que un tipo de cambio de libre flotación es una herramienta clave para amortiguar el golpe.
Lo cierto es que esto ayudó a Chile a capear la última caída en los precios del cobre en 2015-16. Además, Chile podría beneficiarse de los efectos de la segunda ronda de la guerra comercial, afirma.
Por ejemplo, si China impone tasas adicionales sobre el vino o la fruta importada desde EEUU, éstos podrían ser sustituidos por las importaciones de Chile -igual que la soja brasileña se ha beneficiado de que China imponga unos aranceles del 25% sobre las exportaciones estadounidenses.
Me encantaría no tener una guerra comercial. Pero dado que la tenemos, no somos inmunes y estamos bien preparados", afirma Larraín, y añade que una reducción del déficit fiscal del 2,8% en 2017 al 1,7% este año también ayudará dadas las menores necesidades de financiación.
También subraya una modernización de los impuestos que ayudará a incentivar el ahorro y la inversión, así como los esfuerzos para reducir la burocracia en los grandes proyectos de inversión y los planes para crear sociedades públicas privadas en los proyectos de obras públicas.
Para muchos observadores, el panorama es incierto. La política comercial estadounidense sigue siendo un enigma, mientras que continúa sin estar claro hasta qué punto podría desacelerarse la economía global. Desgraciadamente, sin embargo, los peligros están ahí mientras la región intenta salir de una ralentización económica generalizada.