HORACIO PUIGDOMENECH*
“El mundo del hombre contemporáneo se funda en los resultados de la ciencia: el dato reemplaza al mito, la teoría a la fantasía, la predicción a la profecía.” (Mario Bunge)
En las sociedades democráticas la toma de decisiones y la generación de políticas públicas deberían llevarse a cabo teniendo en cuenta consideraciones fiscales, valores sociales, las perspectivas públicas predominantes y los ideales y visión del gobierno de turno.
Los gobiernos democráticos deben tomar decisiones correctas y la base de esas decisiones debe ser indefectiblemente información de alta calidad.
La información de calidad y las evidencias objetivamente consideradas proporcionan la base para una evaluación racional de las diferentes opciones, la base indubitable son los DATOS. Muchas veces las decisiones deben tomarse en un medio con información disponible limitada y poco confiable.
Se define a la ciencia como la búsqueda de conocimiento, es un proceso organizado para obtener nuevo conocimiento que no sería posible sin una base sólida de datos y evidencias.
Cuando surge un problema sobre algún tema importante para la sociedad, la racionalidad indica que debería llevarse a cabo un proceso de investigación científica para abordarlo y comprenderlo aplicando el conocimiento.
Se debe identificar qué clase de investigación y qué información se necesita. Y se debe tener en claro, además, cómo se obtiene esa información, cómo se interpreta y cómo se incorpora al conocimiento.
No toda la evidencia es de igual calidad, algunas percepciones u opiniones, basadas sobre datos dispersos y anecdóticos no tienen el mismo sustento o credibilidad que los razonamientos producto de observaciones sistemáticas con métodos adecuados, reproducibles y aceptados en general por la comunidad científica.
La evidencia en estos casos es un dato obtenido en un proceso científico de observación, experimentación, que sea replicable y cuyo propósito es entender lo más exhaustivamente posible el sistema en estudio. El juicio de los expertos sobre la calidad y suficiencia de los datos es un factor crítico en la evaluación del proceso y su credibilidad.
El análisis de las causas de un determinado fenómeno puede resultar prematuro y falso si no se han recolectado y descripto cuantitativamente los hechos, evidencias o pruebas.
En muchos casos, los sistemas físicos son complejos como es el caso de los ambientes glacial y periglacial. Por lo tanto, deben ser estudiados y entendidos mediante interpretaciones científicas y no por las opiniones o “fabricaciones deliberadas de las proficuas industrias del macaneo y la improvisación irresponsable” al decir de Mario Bunge.
Dado que se está ante un panorama de incertidumbre intrínseca donde las evidencias aún están por ser recolectadas mediante estudios sistemáticos, objetivos y con el suficiente tiempo de registro, es por lo menos aventurado adelantar juicios acerca de la cuantificación del aporte del ambiente glacial y periglacial a los sistemas hídricos en los diversos ambientes cordilleranos.
Este tema ejemplifica la necesidad de escuchar a los expertos, además de intentar aportar racionalidad a un tema sensible sometido a un sinnúmero de conceptos interesados, confusos e incompletos.
* Geólogo.
