Los trabajadores de la mina de Beta Hunt, en Kambalda (Australia Occidental) han encontrado un gigantesco filón de oro, del que han extraído alrededor de 300 kilos de metal en apenas cuatro días.
Se trata de lo que los mineros denominan “el descubrimiento de sus vidas”. Los mineros que trabajaban en la explotación de Beta Hunt, situada en la ciudad minera de Kambalda, a 630 kilómetros al este de Perth, localizaron el filón a unos 500 metros de profundidad.
Se trataba de una zona de rocas incrustadas de oro, que medía apenas tres metros de largo por tres de alto. De ella se pudieron extraer rocas cubiertas de oro: la mayor de ellas pesaba unos 90 kilos y fueron necesarios tres hombres para sacarla a la superficie.
Se trataba de una roca de cuarzo recubierta de aproximadamente 2.300 onzas (más de 70 kilos) de oro, valoradas en unos 3,5 millones de dólares, señaló Oro Información.
Otra roca de cuarzo estaba recubierta de unas 1.600 onzas (50 kilos) de oro, valoradas en 1,92 millones de dólares.
Según explica el geólogo Zaf Thanos, en la mayoría de las minas de oro del mundo solo es posible ver el oro obtenido a través de una lente de aumento. “Puedes pasar toda tu vida trabajando y no encontrar nunca algo parecido. Es un descubrimiento que tiene lugar una vez en la vida”, señaló-
Hasta el momento se han extraído más de 9.000 onzas (unos 300 kilos) de oro de este filón, valoradas en 11,4 millones de dólares. El honor del hallazgo le correspondió a Henry Dole, quien realizó una serie de perforaciones para colocar explosivos y se puso a salvo en el exterior.
Cuando regresó a revisar la zona, estaba llena de polvo. Al retirar el polvo con agua, se veía oro por todas partes. “En 16 años de trabajo nunca he visto nada semejante: había esquirlas de oro por el suelo, por las paredes, incluso en mi cara. Casi me desmayo al verlo, pasamos horas recogiéndolo todo”, afirmaba Dole.
Tras el hallazgo, la compañía minera ha incrementado las medidas de seguridad en la explotación, ya que cada una de las rocas extraídas vale millones de dólares. Un equipo de guardias armados se ha encargado del transporte hasta las cámaras de seguridad.
Además, un circuito de vídeo vigila la actividad de los trabajadores y la zona en que se encontró el filón ha sido vallada y está cerrada con llave.
Curiosamente, la mina de Beta Hunt se dedicaba, desde la década de los 70 del pasado siglo, a la extracción de níquel, una materia prima fundamental para la fabricación del acero inoxidable. El oro siempre ha sido un subproducto.
Los trabajadores más veteranos recuerdan que hace años se realizaron descubrimientos similares, pero que no tuvieron tanta repercusión debido a que el precio del oro era mucho más reducido entonces. De hecho, corren rumores de que algunos trabajadores enterraron sacos de oro, a la espera de que el metal subiera de precio.
La compañía minera propietaria, la canadiense RNC Minerals, planea celebrar una subasta de las piezas más grandes. Según su presidente, Mark Selby, existen coleccionistas en Estados Unidos y por todo el mundo que están dispuestos a pagar una prima del 50% sobre el valor del metal para hacerse con estos raros especímenes.