El máximo ejecutivo de la compañía hispana visitó Chile, habló con La Tercera, y reforzó el compromiso de inversión en el país, donde están invirtiendo US$ 1.500 millones. También compartió con la ministra de Energía, Susana Jiménez, la necesidad de actualizar la norma enfocada a la distribución eléctrica, la que, indica, hoy no es satisfactoria para el tipo de mercado que tiene Chile.
Días intensos vivió en Chile Francisco Reynés, el presidente ejecutivo de Naturgy, ex Gas Natural Fenosa, controladora de CGE. El conocido empresario español llegó el pasado lunes en un viaje relámpago que lo tuvo solo 24 horas en el país. Su agenda fue intensa, con reuniones con el equipo de CGE y también con las filiales de la compañía.
Además, incluyó una visita protocolar a la ministra de Energía, Susana Jiménez, a quien le manifestó sus inquietudes sobre el mercado de la distribución y también reforzó el compromiso del grupo de invertir en el país, con un plan de inversiones que suma US$ 1.500 millones para electricidad y gas y US$ 300 millones adicionales para impulsar proyectos renovables.
Pero Reynés sabe de intensidad. En sus seis meses a cargo de Naturgy, llegó en febrero de este año, se ha dado el tiempo para conocer no solo a las personas de la ex Gas Natural Fenosa, sino también para interiorizarse en el negocio y sus accionistas. Tema no menor, considerando que el grupo hispano cambió de controladores hace un año y medio. “Antes esta compañía estaba en manos de accionistas que entre los dos tenían el 65% de la compañía y hoy el accionista que más tiene es Criteria, con el 24%, y existen dos fondos: GIP y CVC con un 20% cada uno. Y salió Repsol, que tutelaba a la compañía y hoy es competidor en España”, destaca el ejecutivo nacido en Mallorca.
¿Cuál es la meta que se propone en Naturgy como su nuevo presidente ejecutivo?
-Queremos adaptar la compañía y transformar el grupo a los nuevos tiempos. La evolución tecnológica y digitalización de la sociedad, de las empresas y hasta de la vida familiar es un hecho. El respeto por el medioambiente y la necesidad de tener empresas sostenibles y de cuidar el futuro se ha convertido también en una dirección de cambio en el mundo. Y en el mundo de la energía no podemos estar al margen de esto. También tienen que ver la flexibilidad y las exigencias de los clientes, que cada vez exigen más. Todo eso nos lleva a un modelo de empresas nuevo, más moderno, y si además le juntamos el hecho de que los accionistas son cada vez más globales y, por lo tanto, cada vez exigen lo mismo, estén las empresas donde estén, porque lo que quieren es tener un retorno razonable, esto nos obliga a que las empresas nos movamos para ser más eficientes.
En el caso de Chile, ¿cómo cambia el plan estratégico que se había diseñado para CGE?
-Chile no cambió su nombre. Lo que tiene que hacer Chile es seguir la senda de todo el resto de los países donde estamos de ir adaptándose a las nuevas formas de hacer las cosas. El modelo de gestión de Chile se adaptará -y se está adaptando- a esa nueva forma de hacer las cosas con el objetivo de satisfacer clientes y tener una base de activos cada vez más competitiva y sólida. También prever y anticiparse a problemáticas que puedan surgir en el futuro, porque hay algunas de ellas que puedan no deberse a nosotros. Por ejemplo, Chile en el pasado sufrió muchos desastres naturales y esas cosas hay que preverlas.
También en Chile tenemos que identificar oportunidades para seguir creciendo, porque nuestra apuesta por Chile no es una apuesta de salida, es una apuesta de refuerzo. A nosotros nos gusta Chile.
¿Por dónde podrían venir esas oportunidades de crecimiento en el país?
-Tendremos crecimiento orgánico propio en relación de llevar la electricidad y el gas donde aún no llegan. Entendemos que hay más prioridad en la electricidad que en el gas, porque afecta a más población. También tenemos proyectos nuevos enfocados más en el mundo de la generación de energía renovable que es donde Chile apuesta.
En España se habla de CGE como la “joya” del grupo, ¿comparte esa apreciación?
-Una de las regiones, de hecho, es la segunda después de España, es lo que hemos llamado Latinoamérica Sur, que engloba los países de esta región y donde lejos el más importante es Chile. Pero no lo calificamos como “joya”, porque dentro del joyero tenemos anillos, pulseras, relojes y demases, entonces no queremos generar agravios comparativos. Pero digamos que cuando venimos acá, llegamos contentos y nos marchamos tristes y nos sentimos cómodos y disfrutamos de nuestra estancia. Disfrutaríamos más si resolviéramos más problemas, pero tenemos un joyero donde la posición que ocupa la joya chilena es una posición relevante y nos entristecería mucho perder esa joya o que nos la robaran.
¿Eso quiere decir que no está a la venta ningún activo chileno?
-Hemos dicho que queríamos simplificar nuestro portafolio, porque existen multitud de pequeños negocios que no añaden ni posición competitiva ni tienen capacidad de crecimiento ni están añadiendo valor, pero les puedo asegurar que no es el caso de Chile, por lo tanto, tranquilos.
Entonces, ¿la evaluación que hace desde el arribo de Gas Natural Fenosa a Chile hasta ahora es positiva?
-La anterior Gas Natural Fenosa, hoy Naturgy, lo que ha cambiado es el enfoque, pero eso en concreto no implica cambiar Chile ni el impulso que se tenía sobre el gas. Chile es un país muy estable en la región y eso para un inversor extranjero es una gran cosa, porque la historia demuestra que en los últimos 30 años el país ha sido respetuoso con el inversor extranjero, ha sido una economía que ha crecido y ha tenido unos sistemas de regulación razonables para el inversor y razonables para la administración y tiene instituciones que funcionan. Obviamente, como cualquier democracia consolidada, ha tenido cambios de gobierno, pero lo que hace grande a un país no es un gobierno de forma puntual, es el tener instituciones que funcionan en cualquiera de las circunstancias, porque la alternancia en el poder es buena y es razonable. Eso hace que la elección de una empresa por Chile sea una buena elección, porque Chile es un buen país donde invertir.
¿Pero el crecimiento del grupo vendrá ahora más enfocado hacia la electricidad que el gas?
-Cuando se toma la mayoría de CGE, se tiene dos vectores de crecimiento que es Gas y Electricidad, y eso lo seguimos viendo ahora. Obviamente, la electricidad es un crecimiento que es más fácil, porque arribar con ella a los sitios tiene restricciones técnicas menores que al hacerlo con gas y los retornos de estas inversiones de crecimiento son más fáciles de obtener, además, porque la infraestructura necesaria para llegar con el gas es más cara. Pero no hemos abandonado ninguna de estas dos líneas.
¿Y en generación?
En generación se nos ha abierto un tercer vector, que es la energía renovable y Chile tiene unas condiciones muy buenas, sobre todo en Atacama, con la radiación solar, y el sur con el viento. Eso da una oportunidad muy interesante que a nosotros nos encantaría participar y vamos a ver si tenemos suerte. Desde el 2015 hasta ahora, la compañía hace un análisis positivo de su llegada a Chile y para el futuro la compañía refuerza su compromiso con Chile y lo refuerza con un plan de inversiones muy importante. La compañía para los próximos cinco años espera realizar un plan de inversiones muy importante.
Señaló que Chile se ha caracterizado por ser confiable, pero ahora entramos a un gobierno de centroderecha y dejamos atrás uno que cerró su mandato con un crecimiento menor. ¿Este cambio político le genera mejores proyecciones para Chile?
-Nosotros nunca miramos un país por un gobierno. Lo más relevante es que si uno evalúa al país mirando hacia 20 años atrás, la tasa de crecimiento de Chile supera el 2% en términos nominales, y eso demuestra que, al margen de los cambios políticos, el país es confiable. Confiamos mucho en este gobierno, pero también hemos confiado en los otros gobiernos. No somos una empresa politizada, somos una empresa energética que conoce perfectamente que tenemos al frente a un regulador que tiene una parte política en su trabajo, porque por eso han sido elegidos. Y parte de nuestro trabajo es explicarles el impacto que pueden tener los cambios regulatorios en nuestra compañía y por qué nuestra compañía puede afectar a la sociedad.
¿Qué cambios regulatorios les preocupan hoy?
-Los inversores extranjeros en cualquier país, en industrias donde las inversiones son tan importantes y se recuperan tan a largo plazo, es importante que tengan un marco de actuación y que ese marco tenga visibilidad de largo plazo también. Es decir, la habilidad que tienen los países de captar inversión extranjera, y captarla de forma importante es proporcional a la tranquilidad que el modelo da en visibilidad de futuro.
Y, a su juicio, ¿el modelo del área de distribución está obsoleto?
-Cuando uno detecta que el modelo que hoy rige (al mundo de la distribución eléctrica) es un modelo que ya no es satisfactorio para el tipo de mercado que tiene, nos hace inducir que tarde o temprano tendrá que cambiar, porque no se adecua. Y lo mejor es que cambie rápido y que tenga una proyección del mayor largo plazo posible, porque eso da tranquilidad desde el punto de vista del inversor y eso permite comprometer más recursos. Chile tiene cosas muy buenas, porque es un país confiable, pero lo único que pedimos son modelos regulatorios a largo plazo que estén adecuados a la evolución que ha tenido el país. Este país ha evolucionado mucho para tener un modelo que era de los años 80.
¿Ese tema en particular se lo comentó a la ministra Susana Jiménez en su visita?
-Se lo comentamos y ella lo entiende perfecto. Lo que le dijimos es que una facilidad para captar un mayor compromiso de inversión y de mejora es el tener un modelo de más largo plazo y más adecuado al mundo actual.
¿Qué tan prioritario es ese cambio para la empresa, considerando los episodios a los que se ha visto expuesto los últimos años?
-Para nosotros una regulación con visibilidad de largo plazo y adaptada a la situación actual es siempre prioridad y eso da tranquilidad, porque hace que los compromisos de inversión estén más solidificados.
¿Podría haber un compromiso mayor de inversión por parte de la empresa en Chile si se realiza este cambio?
-Es que se trata de hablarlo. Sabemos que la matriz de CGE es centenaria y la matriz de Naturgy es casi bicentenaria, pues este año cumple 175 años y eso significa que nosotros nos sentimos cómodos en el negocio donde estamos, pero también es verdad que nos sentimos inquietos para ir adaptando el negocio al cambio de las circunstancias y el cambio de las circunstancias implica cambios tecnológicos y también regulatorios. Lo más relevante es definir un modelo, definirlo rápido y con un horizonte largo y ver cómo eso impacta para que las compañías y también la administración puedan buscar una solución con la repercusión centrada en mejorar el servicio y el suministro para el país.
Salida de Barcelona: “Lo que pedimos es que los políticos hagan su trabajo”
-El próximo 6 de octubre se cumple un año de una de las decisiones más relevantes que el grupo hispano tomó el 2017. Se trata del traslado de la sede de la entonces Gas Natural Fenosa, hoy Naturgy, desde Barcelona hasta Madrid. La decisión se toma en plena agitación política por el referéndum catalán y responde a la falta de seguridad que existía en la ciudad, según indicó la compañía el año pasado.
Hoy, y a miles de kilómetros de distancia, la firma vuelve a reflexionar sobre el tema y el nuevo presidente ejecutivo del grupo, Francisco Reynés, señala que espera que los políticos que dicen tener disponibilidad al diálogo, dialoguen y busquen una solución, no solo en España, sino en otros países como Brasil y Argentina.
En octubre se cumple un año desde que decidieron dejar su sede histórica en Barcelona y trasladarse a Madrid. ¿Qué reflexión hacen hoy de ese tema?
-Esperamos que entre los políticos que dicen que tienen voluntad de diálogo, dialoguen y busquen una solución. Como empresa y como ciudadanos lo que queremos es que en España, Cataluña, Chile, Brasil y Argentina y otros sitios tengan marcos estables. Por lo tanto, lo que más pedimos es que los políticos hagan su trabajo, que es llegar a soluciones y a acuerdos que sean razonables para que dejen un marco de trabajo tranquilo para las empresas.
– El presidente de CGE, Antonio Gallart, acompañó a Reynés en la entrevista y entró al detalle del debate por los cambios a la ley de distribución.
El año pasado se discutió con fuerza el cambio a la ley de distribución, pero la piedra de tope fue el tema tarifario, ¿cuál es la propuesta del grupo?
-Las tarifas es uno de los elementos, pero lo principal es llegar a un consenso sobre qué modelo necesita Chile para los próximos 20 años. Hay que tener en cuenta que el Saidi (sistema que mide las interrupciones eléctricas) ha avanzando, porque cuando llegué a Chile era de 18 a 20 horas, pero hoy está en 14 horas. Y claro, si uno lo compara con España, que tiene 50 minutos, o Estados Unidos, que tiene dos a tres horas, nos falta, pero es una decisión de país de decir hacia dónde queremos ir.
Pero para ustedes es relevante quién se hace cargo de las inversiones que se realizan.
-Es verdad que el dinero que dedicamos a mejorar el Saidi no lo podemos dedicar a otras inversiones. Pero la cuestión es que ahora hemos tenido que asumir costes muy importantes que el modelo no recoge. Por ejemplo, la tala y poda de los árboles. Nos hemos tenido que hacer cargo de inversiones que no estamos convencidos que sean lo que el regulador y el ministerio quieran para futuro, por eso, establezcan las reglas del juego y cuenten con nuestro compromiso, porque hasta ahora lo hemos hecho sin tener las reglas claras.
FP