Pluspetrol, Contugas y un inversionista petroquímico afinan el desarrollo de una planta de amoníaco-úrea en Marcona por US$2.500 mlls.
La industria petroquímica vuelve a tocar la puerta del Perú después de largo tiempo. Pero su interés no estaría puesto en Arequipa o Moquegua, cómo el gobierno peruano desea, a fin de ‘anclar’ la demanda de gas que tanto necesita el gasoducto al sur.
Según Jorge Ramos, CEO de Contugas, distribuidor del gas de Camisea en Ica, hay una negociación privada bastante avanzada entre Pluspetrol, la misma Contugas y una empresa petroquímica internacional, para instalar una planta de amoníaco-úrea en Marcona (Ica).
“Se trata de un proyecto de más de US$2.500 millones, que ya cuenta con un precio de gas cotizado por Pluspetrol desde hace dos semanas”, reveló Ramos en el evento la 16 Hora del Gas, precisó El Comercio.
El objetivo de la empresa petroquímica -cuyo nombre no ha sido revelado- es construir una planta con capacidad de 220 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas para producir fertilizantes.
De acuerdo con Ramos y otras fuentes consultadas para este informe, las negociaciones van “bastante en serio”.
“En los primeros días de agosto, los ejecutivos de la empresa petroquímica visitaron Lima para mantener reuniones de rigor con Pluspetrol y determinar si iban a obtener un precio competitivo por el gas, que en petroquímica es fundamental”, refiere Ramos.
Detalla que estas conversaciones culminaron satisfactoriamente el viernes 17 de agosto, con la definición de una ‘cotización indicativa’, que asegura el flujo de la cadena.
“Ellos tendrán que definir ahora las condiciones de ajuste final. Luego vendrán las negociaciones con el transportador (TGP) y el distribuidor, o sea, nosotros. Por lo pronto, esperamos cerrar un contrato indicativo en setiembre u octubre próximo”, agrega Ramos.
Día1 supo que los representantes de la empresa petroquímica se reunieron también con funcionarios del gobierno para conocer sus requerimientos y las normativas de estabilidad y fomento de las inversiones que harían posible el proyecto.
Pero, ¿por qué esta iniciativa tendría éxito donde otras fallaron?
Cabe recordar que hasta 2012 había cuatro proyectos petroquímicos (de amoníaco-úrea y de etano) en carrera por ser desarrollados.
Todos ellos se descartaron por el derrumbe del marcador de gas Henry Hub y por la competencia del shale gas, significativamente más barato. Según los especialistas consultados para este informe, esas condiciones se siguen manteniendo, pero hay varios atenuantes.
El primero es la disponibilidad de gas natural. Se sabe que Pluspetrol reinyecta el 30% de la producción del lote 88 al subsuelo, y que está en busca de un mercado donde colocarlo.
Otro factor es la disponibilidad de infraestructura. Contugas opera un ducto de 400 mmpcd de gas que está prácticamente vacío y que puede suplir al gasoducto sur peruano.
Y el tercero, y no menos importante, es la existencia de una demanda cautiva.
“La empresa proponente del proyecto no va a tener que salir a buscar demanda de fertilizantes, porque ya la tiene vendida de antemano. Eso es lo que nos hace ver el panorama con aliento”, asegura Ramos.
En suma, lo que hay es una triple conjunción de necesidades privadas que se satisfacen.
“Creo que se dan las condiciones favorables para una petroquímica de amoníaco-úrea. Eso debería darse pronto porque el volumen que se necesita no es muy grande y hay mucha oferta de gas que se debe monetizar”, anota Álvaro Ríos, socio director de Gas Energy.
FP