La caída del precio de los metales preciosos constituye una inmejorable oportunidad para que los inversores tomen posiciones. En concreto, desde Wells Fargo Investment Institute apuestan por la plata como el mejor metal precioso y, en general, la mejor de las commodities.
Según un informe de Wells Fargo Investment Institute, filial del banco estadounidense, la plata se encuentra en cabeza de la lista de commodities y metales preciosos y la recomiendan como “la mejor compra”.
El informe, realizado por el responsable de Estrategia de Inversiones de Wells Fargo, John LaForge, señala que “la plata está en un nivel bajo y cuenta con una buena base. Para los inversores a largo plazo, acumular plata a un precio de entre 13 y 14 dólares la onza es un buen negocio”.
El precio spot de este metal ha caído un 10,6% en los últimos seis meses, hasta cotizar en torno a los 14,70 dólares la onza, señaló el sitio Oro Información.
En opinión de los analistas de Wells Fargo, la subida del dólar, que ha afectado especialmente a los metales preciosos, remitirá hacia finales de año, lo que va a contribuir a mejorar su situación.
Según el informe, los precios de las materias primas o commodities tienen a moverse en dirección opuesta al dólar, debido a que la mayoría de ellas tienen su precio fijado en esta divisa. Por tanto, una caída de precio del dólar contribuirá a impulsar el precio de éstas, entre las que se incluyen los metales preciosos.
Desde Wells Fargo destacan que una de las razones de la escalada del dólar ha sido el incremento de la tensión comercial entre Estados Unidos y China durante este verano. Sin embargo, creen que se ha exagerado el temor a que la fortaleza del dólar provoque un encarecimiento de los metales preciosos que afecte a su futura demanda.
“Un dólar fuerte suele provocar un encarecimiento de la compra de commodities por parte de los países que pagan en su propia divisa. Si el dólar se revaloriza demasiado, el resultado puede ser que disminuyan las compras de commodities”, explica el informe.
Según LaForge, en el mercado existía cierto temor a que la situación provocara una reducción de la demanda por parte de China, que es el mayor comprador de commodities del mundo, y que podría ralentizar el ritmo de crecimiento de su economía. Unos temores que, según Wells Fargo, son exagerados.