A seis veces más de lo que sustentablemente es posible extraer desde la cuenca de Monturaqui, alcanzan los derechos de agua otorgados en ese sector. Así lo estableció un estudio técnico desarrollado en 2014 por la Dirección General de Aguas (DGA) y que sirvió de base para el pronunciamiento desfavorable del Gobierno Regional sobre el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a través del cual Minera Escondida busca extender por 11 años la operación del campo de pozos en esa zona.
Así lo ratificó ayer el presidente del Consejo Regional (Core), Mario Acuña, quien advirtió que "cuando el pleno del Core emite un pronunciamiento respecto de temas ambientales, tiene a la vista todo el dossier que han tenido el resto de las instituciones para pronunciarse. Respecto de Monturaqui y el nuevo proyecto de Zaldívar, el problema es que están utilizando más agua que la capacidad de operación que tienen los pozos", informó El Mercurio de Calama.
Acuña insistió en que si la industria minera realmente quiere practicar un desarrollo sustentable, debe incluir sistemas de abastecimiento con agua desalada y liberar las aguas subterráneas.
"Quizás un organismo con perfil más técnico puede finalmente priorizar otros aspectos y llegar a opinar de otra forma, pero nosotros somos un organismo político y como tal opinamos. Sería una inconsecuencia con la sustentabilidad de nuestro territorio mantener esa extracción, considerando la experiencia que ya tenemos con las bajas en niveles de humedales y lagunas de la zona", aseguró.
La postura del Core tomó vuelo luego que se conociera un oficio enviado por el intendente Marco Antonio Díaz a la directora del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Antofagasta, Patricia de la Torre, en la cual el Gobierno Regional recoge el pronunciamiento del Core y recomienda rechazar el proyecto de Escondida.
Los principales argumentos son la sobreexplotación que acusa el Informe Técnico N° 234 de la DGA denominado "Evaluación de la disponibilidad de los recursos hídricos subterráneos en los sectores del Salar de Atacama".
Según éste, el volumen sustentable de extracción en el sector del acuífero Monturaqui es de 12,7 millones de litros cúbicos anuales, mientras el otorgamiento de derechos es de 76,5 millones.
"De lo anterior se concluye que el acuífero Monturaqui se encuentra actualmente en sobreexplotación, y dada la presente evaluación de proyecto, esta situación continuaría en caso de aprobarse por otros 11 años", sostiene el oficio firmado por la máxima autoridad regional.
Pero no solo el proyecto de Escondida es el que preocupa actualmente, ya que Minera Zaldívar (Antofagasta Minerals, AMSA) ingresó a mediados de este año un EIA para extender la vida útil de la operación hasta 2019.
Para eso, requiere mantener la extracción de agua desde el sector Monturaqui.
Desde la empresa explicaron que lo que el proyecto solicitó extender su extracción de agua subterránea, hasta 2029 a una tasa promedio anual de 212,75 litros por segundo (l/s), para luego reducir la extracción en 2030 y 2031 a 30 l/s promedio anual.
La minera dijo desconocer los estudios técnicos de la DGA y argumentó que sus estudios y modelos hídricos han sido construidos y calibrados con información recopilada por más de 20 años en el sector.
"Ellos concluyen que aún es posible seguir extrayendo agua en la zona, con los efectos ambientales que hemos declarado públicamente en nuestro EIA, en el que a su vez establecemos las medidas de mitigación correspondientes, que de acuerdo a nuestros estudios son compatibles con la sustentabilidad de la zona", dijeron.
El vicepresidente de Asuntos Corporativos de Minera Escondida, Patricio Vilaplana, aseguró entender la sensibilidad que provoca el proyecto.
Por ese motivo sostuvo que "hemos abierto una serie de espacios de diálogo, que nos permitan trabajar en las distintas observaciones, dudas y sentir, en el marco de nuestra tramitación y procesos voluntarios con comunidades".
Vilaplana detalló una serie de medidas que está impulsando la minera para disminuir el uso de agua fresca.
Entre ellas, maximizar el uso de agua de mar con la construcción de su segunda planta desalinizadora -inaugurada en abril- y hoy trabajan en extensión; aumentar la recuperación/eficiencia del agua en procesos; y disminuir, responsable y gradualmente, el uso de agua de acuíferos. Un primer paso fue el cese de extracción para fines operacionales desde pozos de Punta Negra en junio 2017.
"No obstante estas medidas, requerimos una transición en el suministro de agua. Por esta razón, el Proyecto Monturaqui plantea la continuidad de la operación del campo de pozos de Monturaqui a una tasa 54% menor que la actual y por un período acotado de once años, de modo de no generar impacto ambiental o social incremental", concluyó.
Pero lo expuesto por el Core se alinea con lo advertido en agosto del año pasado por la Seremi de Medio Ambiente en el marco de la tramitación ambiental de la iniciativa de Escondida.
En el oficio 0296 la repartición de gobierno hizo varias observaciones al EIA de la minera, asociadas a la determinación del área de influencia, la línea de base y la predicción y evaluación del impacto ambiental del proyecto.
