En los próximos años Chuquicamata, tal como lo definió la Corporación en su mapa estratégico, debería producir sobre las 400 mil toneladas de cobre fino a un costo cercano a los 100 centavos, lo que la posicionaría dentro de las empresas con menores costos en la industria minera.
Señales y resultados que ya se están notando, según lo explican en la empresa: La Refinería alcanzó en mayo un costo de 7,5 centavos, la Concentradora incrementó sus niveles de tratamiento diario al orden de 174 toneladas por día, la Gerencia de Extracción y Lixiviación (GEL) extendió por siete años su vida útil, se está implementando la polifuncionalidad en el área Mina y están avanzando los proyectos que permitirán a la Fundición cumplir con el decreto supremo N°28 que regula las emisiones de dióxido de azufre (S02) y arsénico (As) de las fundiciones del país.
Este proceso, tal como lo declararon en la empresa, considera la salida de 1.700 personas en los próximos cinco años, sin embargo, el gerente general de la división, Mauricio Barraza fue enfático al señalar que “de este grupo de 341 personas corresponden a plazos fijo, del orden de 350 personas con restricciones y/o incapacidades y 760 que estarían en condiciones de poder jubilarse y en la suma son 1.450 personas. Por otro lado la subterránea necesitará 9 60; es decir, progresivamente tendremos que requerir personal”.
Según inform el Mercurio de Calama. otro de los temas en que puso énfasis Barraza, es respecto de las oportunidades para la gente, explicando que “este año iniciamos los procesos de reconversión a la mina subterránea, y ya son más de 100 personas de distintas áreas de la división que están entrenándose en el Teniente para participar de lo que será el primer hundimiento de la subterránea en 2019”.
Cabe destacar que hoy la productividad de la división es de 44 toneladas por persona, siendo la penúltima de Codelco y lejos de la más productiva que es Ministro Hales con 82. Una realidad que desde 2017 la empresa se propuso a enfrentar para abordar el desafío de seguir aportando excedentes al Estado. A ello, se suma una considerable disminución de producción: En 2004 Chuqui alcanzaba cerca de 700 mil toneladas de cobre fino y hoy la empresa que tiene más de cien años de historia, alcanza del orden de las 350 mil.
El agotamiento de las reservas del rajo y su imposibilidad de continuar desarrollándolo a cielo abierto, el aumento de los costos y el inminente cierre que tuvo la Gerencia de Extracción y Lixiviación (GEL), obligan a la estatal a cambiar drásticamente su propia historia.
GD