El proyecto de expansión de la canadiense Teck en la Región de Tarapacá, Quebrada Blanca II, destaca entre el centenar de iniciativas que podrían iniciar su construcción en el corto plazo, de acuerdo con el catastro de inversiones por US$ 21 mil millones que busca agilizar el Ministerio de Minería.
El proyecto, que considera un monto superior a los US$ 5 milmillones, acaba de recibir un importante impulso en su proceso de evaluación ambiental, luego de que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la I Región diera por terminadas las consultas a las comunidades que se encuentran en las cercanías de la faena, reseño Economía y Negocios.
La evaluación estaba suspendida desde comienzos del mes de mayo, cuando la autoridad regional informó de la medida, tras identificar que existían algunas comunidades de la región que no habían sido consultadas por parte de la compañía.
En estos meses, los representantes de Teck lograron un acuerdo con una de las dos comunidades requeridas, pero con la otra no, lo que no es impedimento para que el proceso de evaluación continúe su camino.
Según explica uno de los participantes del proceso de evaluación, actualmente cada uno de los servicios que componen la Comisión Regional se encuentran redactando su informe final para definir la recomendación sobre la base de los estudios presentados por la compañía. Estos informes posteriormente deben ser consolidados por el SEA regional.
Es esta entidad la que debe remitir un documento final a las demás autoridades regionales y luego citar a una sesión de evaluación, lo que se estima que se podría producir en la segunda mitad de agosto.
Fuentes de la industria minera indican que el extenso proceso de evaluación invita a pensar en la aprobación de la expansión de la minera, ya que el proceso de análisis de Quebrada Blanca II se extiende por casi tres años, tras ser presentada la iniciativa en octubre de 2016.
En dicho período se han efectuado hasta tres series de consultas por parte de los distintos organismos con competencia ambiental de la Región de Tarapacá.
Con todo, y en el caso de que Teck recibiera la aprobación, aún resta un importante paso, que es la decisión de inversión del directorio de la compañía, considerando los más de US$ 5 mil millones que involucra.
Si bien se esperaba que este paso se diera a fines de este ejercicio, en la última entrega de resultados de la firma canadiense el CEO y presidente de Teck, Donald Lindsey, explicó que "no hay un plazo fijo para esa decisión y, en principio, podríamos comenzar la construcción antes de buscar un socio".
El ejecutivo agregó que "mientras tanto, seguimos acumulando efectivo en nuestro balance general y avanzando en la ingeniería y la preparación para una decisión de sanción que reduzca tanto el riesgo de financiación como el de ejecución".
En el mes de abril, la controladora compró el 13,5% de las acciones que tenía el grupo Hurtado-Vicuña, totalizando el 90% de la propiedad de Quebrada Blanca.
Debido a lo anterior, es Teck la que debe correr con la totalidad de la inversión, ya que el 10% restante es propiedad de la estatal Enami. Esta última empresa cuenta con una opción preferente que le permite mantener su paquete de acciones sin tener que concurrir con capital a la expansión.
A la fecha, la canadiense ha gastado más de US$ 100 millones en estudios preliminares del proyecto. La iniciativa extendería en 25 años la vida útil de la faena y produciría 300 mil toneladas de cobre anual durante los primeros cinco años a un bajo costo.
es la inversión requerida para concretar la expansión del proyecto ubicado en la Región de Tarapacá.
requiere el proyecto durante su etapa de construcción, más otros 2 mil durante la operación.