Luis Rivera*
La guerra comercial desatada entre EE.UU. y China ha generado una situación de alerta frente a la dinámica del mercado internacional, pues hemos visto afectados los precios de nuestros principales minerales de exportación.
El cobre, por ejemplo, alcanzó esta semana su cotización más baja desde julio de 2017, con un valor de US$2,7857 la libra, acumulando así una caída de 14% en lo que va del año.
La cotización internacional del zinc también disminuyó 14% entre marzo y mayo de 2018, revirtiendo el incremento de 11% del primer bimestre.
El oro no es una excepción. Entre marzo y mayo, la cotización del metal precioso disminuyó 2%, alcanzando un promedio de US$ 1,304 por onza en mayo. Con ello, revirtió parcialmente el alza registrada en los primeros meses del año.
A este escenario se suma una disminución del valor total de las exportaciones mineras de 4.1% en mayo, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Aún es pronto para conocer los efectos sociales que esta situación tendría en el país (sobre todo por una eventual disminución en el ingreso de divisas), pero no deja de ser un factor que requiere de nuestra atención y que nos recuerda una vez más que debemos estar preparados para afrontar situaciones adversas que escapan de nuestras decisiones y responsabilidades.
Para estar preparados, debemos enfocarnos en aquello que está en nuestro alcance: trabajar en mecanismos administrativos, legales, tributarios y financieros para impulsar el desarrollo de las actividades productivas en el Perú.
Ayer, por ejemplo, se comunicó el hallazgo en Puno de uno de los mayores yacimientos de mundiales de litio, pero una carencia en las leyes peruanas respecto a la explotación de minerales radiactivos impediría la construcción de una planta de litio que podría tener un gran impacto en nuestra economía nacional. A ello nos referimos en la necesidad de que el Estado genere las condiciones necesarias para el desarrollo de las actividades económicas.
Impulsando el desarrollo de nuevos proyectos (y aquí no hablamos sólo de minería) tendremos una economía diversificada y sólida, que nos permita mitigar los efectos de una eventual crisis internacional.
Vemos con entusiasmo los niveles de crecimiento que viene alcanzando el Perú en los últimos meses: 7.81% en abril y 6.43% en mayo. Según el INEI, ello es el reflejo de un mejor desempeño de todas nuestras actividades productivas, tales como Manufactura, Agricultura, Transporte, Comercio, Minería e Hidrocarburos, Pesca e incluso Construcción, que ha atravesado un año bastante difícil a raíz de los escándalos de Odebrecht.
Estos resultados demuestran que estamos alcanzando un crecimiento cada vez más integral y debemos realizar los esfuerzos que sean necesarios para seguir en esa línea.
*Presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.