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ENTREVISTA
Lapeña: Vaca Muerta no puede desarrollarse a puro subsidio. Precio de gas a boca de pozo, un problema
08/07/2018
ENERNEWS

Jorge Lapeña no se guarda nada. El ex secretario de Energía del presidente Raúl Alfonsín (1983-1989),  titular del Instituto Argentino de la “Energía General Mosconi” y uno de los principales referentes del radicalismo en energía, habla de la política energética de la alianzaa que integra en Cambiemos. En  entrevista una con Economía y Negocios, se refiere a lo que se hizo bien y a los puntos incumplidos del acuerdo celebrado con anterioridad a las elecciones de 2015 entre los candidatos opositores. Para Lapeña, los acuerdos con China por las represas y las centrales nucleares deben respetarse, pero dejó en claro su objeción a los proyectos por “inmaduros”. Puso especial énfasis en el rol de Vaca Muerta y en la médula energética del país: la fijación del precio del gas en boca de pozo. Dijo que el sendero de precios trazado “es un dibujo porque no responde a una retribución de costos eficiente de la producción”. Sobre la venta de Transener expresó: “Es un error extraordinario”

Entre el radicalismo y el PRO hay una alianza en la que había varios proyectos. ¿Cuáles pudieron concretarse? Qué se hizo y qué no.

En 2014 celebramos un compromiso de 14 puntos —que fue elaborado por el grupo de los ex Secretarios de Energía— y que se reflejó en una declaración que firmaron los candidatos a la Presidencia de la Nación.

Lamentablemente, la mayoría de esos 14 puntos no fueron cumplidos, ni siquiera iniciados, sobretodo los que tienen que ver con acuerdos en el Congreso.

Hay otros que sí fueron cumplidos, como la normalización de los entes reguladores; las revisiones tarifarias integrales, un avance notorio en el lanzamiento de las energías renovables. En otros puntos el cumplimiento es muy parcial. Conclusión, no hubo una vocación de cumplir con esos compromisos en forma sistémica. Porque está claro que no hubo en cabeza del funcionario a cargo el objetivo de cumplir con esos acuerdos. Si se firma algo y no se impulsa con un funcionario que se dedique a hacerlo no va a haber cumplimiento.

Respecto del acuerdo de Argentina con China, el ministro saliente declaró que se afecta el déficit fiscal y que no se puede invertir en esas obras. Por otro lado, el canciller Faurie dice que hay que volver a China porque el mundo se ha cerrado…

Creo que los acuerdos hay que cumplirlos. Sin embargo, la construcción de las hidroeléctricas con China tenía dificultades desde su lanzamiento porque el gobierno de Kirchner impulsó un proyecto inmaduro. No se habían hecho los estudios de factibilidad integrales que demostraran que el proyecto era viable en términos técnicos, económicos, financieros, ambientales y en términos tarifarios.

Pero veo positivo que el gobierno de Macri haya completado los estudios, haya realizado las audiencias públicas y que haya avanzado en la redefinición del proyecto, incluso desde el punto de vista institucional. Ya no es un proyecto realizado por la provincia de Santa Cruz sino un proyecto llevado a cabo por la Nación argentina con jurisdicción nacional. En este aspecto lo veo positivo.

¿Qué es lo que veo negativo en este proyecto? Que todavía no tiene definido el sistema de transmisión eléctrica. Es decir, cómo va a llegar la energía eléctrica desde una zona remota ubicada a 2.500 km de distancia hacia los centros de consumo ya que la energía que se va a generar del Río Santa Cruz va a ser consumida en la zona central del país. Es decir, que no tener definido ese aspecto es continuar con un proyecto inmaduro. En este sentido veo positivo lo que se ha hecho pero no se ha hecho todo lo que tenía que hacerse. El Instituíto Mosconi dejó esta posición en un documento que puede verse en su website.

Se hablaba de una línea tradicional de corriente alterna o tal vez una de continua…

Si, se hablaba, y todavía no se ha definido, de una línea de continua o una alterna quiere decir que todavía el proyecto no está bien concebido. Y esta parte es un error de la actual administración. La otra, es decir, que no esté definido y el proyecto haya comenzado indica que esta administración corrigió errores pero no todos. En este sentido, el Mosconi  lo planteó oportunamente con un documento, y, personalmente, hice una presentación  en el Congreso de la Nación. Veo positivo una gran parte de lo que se ha hecho , se perfeccionó lo incompleto por los Kirchner pero no se hizo todo lo que se tenía que hacer de acuerdo a la regla de las buenas técnicas e ingeniería.

¿Y las centrales nucleares?

En el caso de las centrales nucleares, el acuerdo con China era una cosa muy primaria. Era un acuerdo donde se impulsan dos centrales nucleares, de dos tecnologías distintas, sin ningún estudio de factibilidad que lo respalde y me parece que el hecho de haberse decidido abrir un compás de espera en este aspecto me parece razonable pero no me explico que no lo hayan hecho en fecha temprana. Hacerlo dos años después y porque hubo que ir al FMI porque pide un ajuste me parece poco elegante. La suspensión que se hace en 2018 de esos dos proyectos nucleares inmaduros.

Pero la financiación la harían los chinos y el repaso es por venta de energía…

Si pero para eso tenemos que saber a cuánto se va a vender la energía. Y esto nunca lo transparentó ni la Comisión de Energía Atómica ni NASA ,que fue la impulsora del proyecto, ni el Ministerio de Planificación de la época kirschnerista ni el Ministerio de Energía de esta época. Esto debería haberse hecho el primer día de gobierno, el 11 de diciembre de 2015 y no 30 meses después.

En el caso de generación de fuente fósil ¿Cree que hay incongruencia en la política aplicada respecto de los subsidios al precio del gas que recibe la oferta y lo que paga finalmente la demanda?

Evidentemente el problema más importante de la economía energética argentina, a mi criterio, es la fijación del precio del gas en boca de pozo. El precio ha sido regulado por el Gobierno con un sendero de precios que llega a algo así como US$ 6 y pico en el año 2019. Pero ese sendero es un dibujo porque no responde a una retribución de costos eficiente de la producción sino que el objetivo —que es mi opinión, la de académicos y la de especialistas reconocidos—  va a estar divorciado del precio del gas en la economía mundial. Argentina, con ese precio del gas,  a mi criterio va a tener una desventaja comparativa en su costo de energía respecto de lo que sería un país eficiente o un país normal.

Fíjese, en Estados Unidos el precio mayorista del gas está en US$ 2,80 el millón de BTU y se supone que todos los productores de ese país tienen ganancias cuando entregan ese gas. En Argentina los petroleros quieren recibir US$ 6,50 que es más de dos veces ese valor. Esto va a poner en la Argentina en una posición ahistórica. Siempre hemos tenido ventajas comparativas en precios domésticos respecto del precio mundial y ahora vamos a tener una desventaja comparativa y esto parece no haber sido advertido por la gestión anterior del MINEM que no le ha dado a esto ninguna relevancia, contrariamente a lo que opina la Academia y los especialistas y gran parte del arco político. Este es un tema que lo va a tener que resolver el nuevo ministro.

¿Esta situación debería reflejarse en la producción y en las reservas?

Estamos pasando de US$ 1 el millón de BTU a USD 6,50 el millón de BTU como precio objetivo. Evidentemente esta diferencia abismal debe ser explicada, porque lo que ocurre es una transferencia de los consumidores —me refiero a los residenciales, los industriales y los comerciantes— no sólo de gas sino de energía eléctrica, es decir todos los consumidores le estamos transfiriendo a la corporación petrolera una riqueza inconmensurable que termina generando una gran desigualdad. Este tema no ha sido suficientemente transparentado para que sea conocido por la Política y decidido por la Política, ni tampoco transparentado para que sea de conocimiento público.

El secreto mejor guardado por el Estado parece ser el costo de producción de los yacimientos de gas de la Argentina y en ese aspecto yo veo una diferencia de los criterios aplicados por el Poder Ejecutivo, en la definición de los precios en estos años, con los criterios de que fueron plasmados en el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de agosto de 2016.

Estamos hablando de un precio regulado de la economía, no un precio libre, de mercado sino regulado que está fijado por el Gobierno no por una competencia dentro del mercado y, en este sentido, no me explico cómo el costo de producción real de los yacimientos argentinos no es un número transparente y mostrable como sí lo es o sí lo son los costos de transporte y de distribución de los servicios públicos regulados por el Estado.

Los productores aducen que para aumentar la producción de Vaca Muerta requieren infraestructura. Pero el Estado ahora está recortando la obra pública. ¿Quedaremos estancados?

Evidentemente la única verdad es la realidad. El FMI —al cual hemos ido en forma voluntaria a pedirle recursos para hacer sustentable la economía argentina— lo que sugiere es hacer recortes y achicamiento de los déficit. Si la comunidad petrolera está pensando en que hay que construir la infraestructura aumentando el déficit me parece que está viendo otra película no atendiendo el momento histórico. Esto me lleva a la necesidad de plantear —algo que no se ha planteado en la Argentina todavía— que es la redefinición de la política petrolera y la política de hidrocarburos y dentro de esa redefinición está el rol de Vaca Muerta en el desarrollo energético de la Argentina.

Vaca Muerta no puede desarrollarse a puro subsidio.  Hay que buscar la forma de que Vaca Muerta se desarrolle generando superávit. En este sentido se impone urgentemente realizar este tema pero no en un cenáculo exclusivamente petrolero y corporativo que se habla así mismo y se autoconvence  de soluciones que no han probado, por lo menos ante el resto de la comunidad, ser viables todavía. Es decir, basta de seminarios hechos entre petroleros, entre perforadores, entre sindicalistas y entre gobernadores y empresas petroleras. Acá hay que poner además de eso  en contraste o en conjunto a la Política, a los partidos políticos, a la Academia y a los especialistas energéticos independientes.

¿Ud. cree que esto que pide tendrá eco dentro de Cambiemos?

No me cabe duda.La Unión Cívica Radical tiene un pensamiento energético en el cual lo que digo es absolutamente natural. No me explico a la UCR en otra posición que no sea ésta, con un debate abierto, transparente, en el cual intervengamos todos. El PRO tendrá que hacer su propio análisis y ver si insiste en esta tesitura en la que se manejó hasta ahora o cambia de enfoque.  Sé lo que pensaba el Ministerio de Energía anterior, pero no sé lo que piensa todavía el Ministerio actual.

Se puso freno a la liberación de los combustibles líquidos…

Creo que se impone un discurso formal en el cual queden claras las líneas de la política energética por lo menos desde ahora hasta finalización del mandato. Creo que requiere de un discurso formal del ministro entrante así como la conformación de un equipo que todavía no conocemos en el cual los funcionarios se comprometan con una línea concreta. Es evidente que la población no puede sufrir una devaluación del tamaño que hubo y además un incremento de los precios en dólares. Es decir una devaluación sumada a un incremento de los precios en dólares no puede ser trasladada a los usuarios. Se necesita un mecanismo amortiguador.

Son hechos imprevisibles…

Acá hubo hechos imprevistos y requiere un amortiguador. Ahora bien ¿requiere un amortiguador o requiere un cambio de la política? En algunos aspectos creo que se requiere un cambio más que un amortiguador. Por ejemplo, en la forma que está fijado el precio del gas, que es el director de la economía energética argentina. Ahí estamos requiriendo no sólo un  amortiguador sino un cambio de criterio sobre el precio del gas. Por esto creo que hay que abrir el debate. La cuestión de la redefinición de Vaca Muerta también requiere un debate más abierto , amplio y transparente. El problema es redefinir el rol de Vaca Muerta en la estrategia energética argentina y quiero decir que estoy de acuerdo con el subsidio focalizado  por tres años, hasta el 2021 y transitorio para el shale gas no para el tight gas. La resolución 46 del ministro Aranguren fue correcta. Este es subsidio para que la industria se ponga a tiro. Y a partir de ahí empalmar con un precio del gas redefinido que se parezca al precio de un mercado competitivo, testigo, del mercado mundial.

¿El GNL puede ser una referencia?

El GNL es una importación marginal. Podría ser la referencia hasta tanto el país se autoabastezca. Cuidado porque la Argentina está pensando en un gas donde los recursos serían de una magnitud universal. El primer tramo, hasta lograr el autoabastecimiento, podría estar de acuerdo que tenga un precio parecido al del GNL.  Sería un precio para Vaca Muerta, no creo que sea para todo el gas de la Argentina. Precisamente porque es un precio regulado. No hay un mercado del gas.

En el caso de Vaca Muerta, no me puedo explicar por qué la industria que tiene una posibilidad extraordinaria en el petróleo —estamos hablando de un recurso de 27 mil millones de barriles—  es decir diez veces más de todo el petróleo convencional que Argentina tiene y ante la certeza de la viabilidad que tiene la industria, porque actúa con la certeza de que esos recursos son reservas comprobadas. Ante ese postulado de la industria creo que tiene que haber un desafío que es la puesta en producción del petróleo de esos 27 mil millones de barriles para ser colocados en el mercado internacional al precio Brent o WTI en condición FOB. Ese es el desafío, la exportación de una parte considerable del petróleo que hay en Vaca Muerta. Esto saca el problema del gas para poner el del petróleo. Y si la Argentina pudiera tener una exportación masiva de ese petróleo al precio internacional siguiendo los riesgos del mercado internacional podríamos volver a reconquistar nuestra posición exportadora que a su vez compense el déficit de la importación de GNL.

Eso es lo que plantean los petroleros argentinos: eficientizar el consumo interno y permitir la exportación en el caso del gas quitando el yugo que tiene el marco jurídico de prioridad de abastecimiento al mercado interno.

La prioridad del gas es el mercado interno. Lo que sobra se exportará. Y la importación de Bolivia es insustituible porque es nuestra forma más barata de importación y porque Bolivia forma parte de nuestro hinterland natural.

Bolivia no tiene otra solución que vendernos el gas a nosotros o a Brasil. La idea  de bajar la importación de Bolivia es una idea también errónea. Hay varias ideas erróneas en la política energética argentina y en la petrolera. Una es esa creer que nosotros podemos prescindir de Bolivia producto de que Vaca Muerta se ha enfocado exclusivamente  para el gas doméstico pensando en los US$ 7,50 que firmó Galuccio con Chevron y que convalidó el gobierno de Cristina Kirchner.

Ese es un error extraordinario. Creo que hay que cambiar el paradigma y hay que discutirlo en una forma abierta, no dentro de la corporación petrolera porque eso no tiene viabilidad política en la Argentina. Cuanto menos  tiempo tardemos en entender esto mas rápido vamos a salir de este problema en el que estamos. Y la otra forma de salir es explorar todas las áreas del territorio nacional que sean susceptibles de ser exploradas. Básicamente toda la superficie continental sumergida del talud oceánico es explorable.

Está muy poco explorada si uno la compara con lo que ha hecho Brasil y los habitantes de las Islas Malvinas. Argentina tiene un horizonte de exploración extraordinario que la comunidad petrolera ignora y creo que en esto no se ha hecho nada. Sería bueno saber cuál es la idea del nuevo ministro en este aspecto. Yo recomiendo rever  con un criterio de implementación similar al Plan Houston de Alfonsín, quien  impulsó la política exploratoria más agresiva que ha habido en la Argentina con el sector privado. En este sentido creo que se han perdido 30 meses porque los proyectos  que he visto del Ministerio no van en esa dirección.

Del petróleo y gas convencional se dejó de hablar…

Se dejó de hablar porque YPF había dejado de hablar en la época en que YPF era Repsol. Acá se dejó de explorar. La exploración en la Argentina fue siempre patrimonio de una sola empresa, la estatal YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales). Cuando fue privatizada dejó de ser la exploración petrolera un objetivo estratégico y no ha sido recuperado ni aún con la YPF reestatizada. Hoy se ha focalizado  todos sus esfuerzos estratégicos en Vaca Muerta que fue el objetivo de Repsol y luego el de Cristina Kirchner. YPF que era Messi en el equipo, se ha dedicado a jugara ahora un partido totalmente distinto. No puedo entender el objetivo estratégico de YPF de ir a la generación de energía eléctrica y haber abandonado definitivamente la exploración convencional que fue su mayor éxito histórico.

Argentina llegó al autoabastecimiento siendo uno de los pocos países del mundo que se autoabastecía de energía. YPF es el descubridor de Loma de la Lata y gracias a este yacimiento Argentina se autoabasteció de petróleo y descubrió todas las cuencas argentinas. Esa tradición, abandonada por la actual YPF, concentrada en Vaca Muerta exclusivamente, en una fase de subsidio y en generación de energía eléctrica y que olvida su rol esencial en exploración y en descubrimiento es lo que nos ha llevado a este problema energético.

Se rumoreó que el FMI pidió la venta de activos argentinos, entre otros, el de YPF

Espero que eso no se haga y espero que el Estado no sea pasivo respecto a esa tenencia. El Estado, que es el dueño de YPF, trata a la petrolera como si fuera una empresa privada más. El Estado tiene que fijarle, como accionista principal objetivos estratégicos para que YPF que es una sociedad anónima los lleve adelante con la regla de las buenas técnicas económica, financiera y comercial.

¿No es una buena herramienta para atraer inversiones?

El Estado nacional que es el accionista principal debe dejar de tratar a YPF como si fuera una empresa privada más  pero tampoco como un Ministerio. Eso sería un error fenomenal. No tiene que transformar a YPF en una ENARSA, tiene que tratarla como lo que es, una sociedad anónima como lo es Petrobras o como lo es la empresa de las Falklands Oil que cumplen con los objetivos estratégicos del Estado con criterios comerciales racionales. Esto implica un giro copernicano en las formas en las cuales el Estado trata a YPF.

Inevitablmente llegamos a la venta de otro activo que es Transener

Un error extraordinario desde el punto de vista político que creo le costó caro al propio Ministerio. No se justifica esa venta porque es una participación minoritaria ya que el Estado tiene  el 26% de las acciones y no es una participación que dificulte el accionar de la compañía. Muy por el contrario, es una empresa que le da beneficios tangibles al Estado gracias a las tarifas que fueron recompuestas por la actual administración.

En esto el Instituto Mosconi ha sido clarísimo: no debe venderse la participación del Estado en Transener. Además, venderla ahora me parece un error, el valor los activos argentinos en dólares es muy bajo por lo que no tiene lógica. Estamos esperando que alguien se anime y modifique el decreto 882/2017 que establece en el inciso “C” del artículo sexto que debe venderse esta participación. Hemos emitido un documento donde el IAE, —10 razones por las que no debe venderse Transener— que es esclarecedor.

La fusión de Enarsa y el EBY …

Pienso que también es un error conceptual. Enarsa es una empresa sin un récord de eficacia y eficiencia par llevar adelante emprendimiento complejos —basta con ver la performance de tiempos y costos de las obras que ha encarado desde que fue creada por el presidente Kirchner— no era Enarsa la institución para confiarle la ejecución de emprendimientos de una complejidad extraordinaria como lo son las centrales hidroeléctricas del ríos Santa Cruz y la terminación de la Central de Río Turbio.

Debería haberse generado otra idea. Pensar que Enarsa podría cumplir el rol de la empresa Hidronor cuando llevó a cabo obras como las que hizo Hidronor —Piedra del Águila Alicurá, El Chocón— me parece que es infantil. No ha sido muy feliz la idea. Pensemos que Las represas del Río Santa Cruz son de los más complejos, sólo comparables con un Yacyretá o Salto Grande. Como mínimo habría que haber tomado la experiencia argentina en la materia y adoptar un esquema organizativo compatible con nuestra historia y con la magnitud del emprendimiento.

¿Cómo debió encararse entonces?

Entiendo que hay dos modelos: el modelo Salto Grande, donde se hizo la obra en tiempo y forma, extraordinariamente bien y el modelo Hidronor. Pero el Minem se decidió por un esquema que no es comparable. Haérselo dado a Enarsa me parece que es una solución que yo —ni muchos otros ingenieros especialistas— nunca hubiéramos elegido.

Ahora hay que remitirse a los hechos y juzgar la performance de cumplimiento. Insisto, creo que gran parte de los problemas que ha tenido el gobierno de Cambiemos se ha localizado en un sector complejo como es la energía, esto estaba previsto.

El gobierno que asumiera el 10 de diciembre de 2015 ya hubiese sido el de Scioli o el de Cambiemos, espacio al que pertenezco, iba a enfrentar en el sector energético, uno de los desafíos más importantes porque el desmanejo en la época del kirchnerismo fue desastroso y la tarea era titánica.

Esto estaba diagnosticado, por los ex secretarios y acordado por os principales candidatos que firmaron la declaración de compromiso  en el año 2014, Macri, Cobos, Binner, Masa, Zanz, UCR y el GEN de Margarita Stolbizer.

El problema era grande estaba claro quizás un error fue no poner énfasis suficiente en cumplir esos acuerdos con los firmantes, porque esto hubiera clima de política de estado, de diálogos y la posibilidad de hacer acuerdos parlamentarios que cimentaran una política de estado y esto no se intentó hacer.

En esto se fueron 30 meses de gobierno y la energía le dio muchas tapas negativas al gobierno lamentablemente. Distinto fue el caso del transporte que si bien tenía atrasos tarifario, tuvo una performance que no le ocasionó problemas. Se puso en el centro precios y tarifas que impulsaron la inflación en un marco de descoordinación macroeconómica. Ahora hay que reenfocarlo para los 18 meses que quedan del gobierno de Cambiemos y es muy importante escuchar la voz del nuevo ministro a ver como va a reordenar esto, que no es solo emprolijar sino mas bien Cambiemos, haciendo uso de su nombre deberá cambiar la dirección estratégica.

FP/jc


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