Sin la Hidroeléctrica de Ituango -Hidroituango- Colombia tiene energía suficiente para cubrir la demanda de las empresas y de los hogares colombianos hasta el 2022, es decir, hasta los próximos cuatro años.
Ese es el tiempo que tiene el país para resolver cuál será su plan B, teniendo en cuenta que Hidroituango se retrasará. Antes de la emergencia estaba previsto que esta planta empezaría a operar a finales del 2018 y paulatinamente iría aportando energía hasta llegar al tope de su capacidad en el 2023.
Según El País, ahora todo cambió y el nuevo cronograma no estará definido hasta que se supere la crisis y se hagan las evaluaciones respectivas. Algunos temen que el retraso sea de dos años. Alejandro Castañeda, director de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras, Andeg, dice que Colombia no tendría problemas de abastecimiento hasta el 2022, aún teniendo en cuenta eventos extremos climáticos.
Pero sí considera que la actual contingencia obliga a que el Gobierno revise la matriz energética y establezca si es necesario darle luz verde a nuevos proyectos, en especial de gran tamaño.
En Colombia no hay ningún otro proyecto de la magnitud de Hidroituango, que cuando esté en plena operación aportará el 16,5 % de la generación eléctrica del país (2400 megavatios).
Por eso Ángela Montoya, presidente de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía, Acolgen, considera que Ituango es súper necesaria para la canasta energética del país. Colombia tiene 16.900 megavatios de energía en firme y consume 11.000 megavatios.
La diferencia son los excedentes que se reservan para enfrentar contingencias por cambios climáticos. El 70 % de la energía que se produce en Colombia es hidráulica y el resto térmica; el aporte de la energía renovable es del 1 %.
Hay dos termoeléctricas que empezarán su operación entre julio y agosto: Gecelca 3.2 que ofrecerá 250 megavatios y Termonorte 88 megavatios. En el registro de proyectos que maneja la Unidad de Planeación Minero Energética, Upme, hay 546 iniciativas propuestas (hidráulicas, térmicas, solares, eólicas y con biomasa), pero en su gran mayoría pequeñas y en fase 1, es decir, en estudios y no es claro que puedan desarrollarse.
De esas hay 21 que tendrían una capacidad mayor a 200 megavatios, sin embargo, solo una de ellas está en fase 3 como es Porvenir II en San Carlos, Antioquia. Ángela Montoya explica que algunos de esos proyectos tienen problemas de licencias, están frenados por consultas populares o demoras en cierres financieros.
Es decir, no se puede establecer en qué tiempo estarán listos. “Ninguno de los proyectos registrados en la Upme llega ni siquiera al 50 % de lo que generará Ituango”.
Precisamente esta semana se conoció la cancelación del proyecto de Termotasajero III, argumentando falta de apoyo del Gobierno, que en el último año ha generado estímulos, pero para iniciativas con energías no renovables.
