Dueños de camiones retiraron sus vehículos de algunas carreteras importantes en Brasil este fin de semana en el marco de las negociaciones con el gobierno para poner fin a una protesta nacional por el costo de gasoil que ha provocado una gran interrupción en el transporte de granos y combustible, y que ha provocado una crisis de desabastecimiento de alimentos e insumos médicos. Sin embargo, la situación parece lejos de normalizarse.
Ayer los sindicatos de trabajadores de empresas petroleras de Brasil anunciaron que entrarán en una huelga "de advertencia" de 72 horas a partir de este miércoles.
De acuerdo con un comunicado divulgado por la Federación Única de los Petroleros (FUP), entre los objetivos de la protesta están "bajar los precios del gas de cocina y de los combustibles", y evitar la privatización de Petrobras.
La movilización, liderada por la FUP y los sindicatos afiliados, también busca la cabeza del presidente de Petrobrás, Pedro Parente quien, según el comunicado "con el aval del gobierno de Michel Temer, sumió al país en una crisis sin precedentes". De acuerdo con la FUP, fue la actual política de reajuste de los derivados del petróleo la que hizo disparar los precios de los combustibles, hecho por el que acusa al presidente de Petrobrás y a Temer.
Los sindicalistas de las empresas petroleras anunciaron que desde ayer domingo se presentarán cortes y retrasos en las cuatro refinerías y fábricas de fertilizantes que están en proceso de venta.
Según el comunicado, el número de importadores de derivados se ha cuadruplicado en los últimos dos años, desde que Parente adoptó los precios internacionales.
"En 2017, Brasil fue inundado con más de 200 millones de barriles de combustibles importados, mientras que las refinerías, por deliberación del gobierno Temer, están operando con menos del 70% de su capacidad", puntualizó el comunicado.
A comienzos de mayo Petrobras anunció el inicio de negociaciones para venderle dos de sus plantas de fertilizantes a la rusa Acron en el marco de un programa de desinversiones con el que pretende ofertar activos por 21.000 millones de dólares en 2017 y 2018 que se suman a los 13.600 millones de dólares obtenidos con las ventas en el bienio inmediatamente anterior.