La empresa YCRT comenzó a transitar un camino hacia lo que se supone , será una nueva era donde el actual gobierno se ha comprometido a sumar esfuerzos para reactivar no solo el yacimiento, sino poner en marcha la usina temoeléctrica, algo que veremos cómo transcurre a lo largo de los meses por venir.
Pero hay una expectativa que le da a todo el contexto una “tensa calma”. No olvidemos que YCRT volvió a funcionar dentro del Procedimiento Preventivo de Crisis, pero dicho procedimiento no fue aceptado por los gremios de la intersindical. Esto deja abierta una puerta hacia nuevos cuestionamientos sindicales, por parte de quienes, a su vez, son rehenes de la principal condición que pusieron para volver al trabajo: la reincorporación de los despedidos.
Pero cuando decimos que la calma es “tensa”, lo hacemos teniendo a la vista el otro paso que se desarrollará en algunos días, entre la Intervención y los gremios: la negociación del nuevo Contrato Colectivo de Trabajo, cuya conformación estará lejos del que regía hasta 2015, con un organigrama exuberante, sueldos de primer mundo, beneficios por productividad en un yacimiento que no producía y muchas prebendas logradas a través de los años de administración kirchnerista, quienes nunca velaron por maximizar la productividad, sino por darle un uso político a la empresa y promover un enorme movimiento financiero para dilapidar fondos públicos en compras con sobreprecios, desvío de fondos, licitaciones truchas y todo lo que ya conocemos en materia de corrupción institucional.
La discusión del nuevo CCT traerá, sin duda, un nuevo round al ring de YCRT. Solo la maduración de los sindicatos y la buena voluntad del interventor y el Ministerio de Energía de la nación, podrán capitalizar las propuestas, discutir con altura un convenio adaptado a la nueva realidad y consensuar medidas que no vuelvan a impactar negativamente en la producción del yacimiento.
Por otra parte, es casi seguro que los sindicatos han entendido la necesidad de no seguir forzando la cuerda, más allá de sus posibilidades. El conflicto de YCRT llegó hasta la mesa de Macri, en una de las peores circunstancias de su administración y hubo un momento en que el presidente había dado un ultimátum a Aranguren (lo cual hicimos público en OPI), donde la posibilidad de cerrar el yacimiento no era descabellado, sino una forma cierta de ahorrarse 3.500 millones de pesos anuales y sacarse de encima un dolor de cabeza. El gran error de los sindicatos, impulsados por el kirchnerismo, es pensar que ellos son importantes para un gobierno neoliberal cuyos intereses no están puestos, precisamente, en Santa Cruz, donde funciona lo que resta del FPV y desde donde salen los principales ataques a su administración.
Fuentes de Economía de Nación, le han referido a OPI que resultó muy auspicioso el fin del conflicto en YCRT y a pesar de todos los recortes existentes bajo esta nueva realidad con el FMI, no darían marcha atrás con el compromiso de readecuar el yacimiento, hacerlo productivo y volcar una parte del crédito otorgado por el FMI, a reactivar y/o terminar la usina y dejar funcionando el complejo de Río Turbio.
Sin embargo, la gran incógnita del gobierno nacional es si se van a poder evadir y/o evitar los conflictos permanentes, a los cuales apuestan desde algunos sectores vinculados a la política. En este sentido, indicaron que YCRT ha comenzado a jugar un segundo tiempo donde podrá haber discusiones, debates y hasta crisis, pero de ninguna manera el gobierno nacional sostendrá un nuevo conflicto como el que finalizó la semana pasada. “No hay más fondos para una empresa que no trabaje”, dijo nuestra fuente altamente calificada de Economía, quien confirmó que el presupuesto de YCRT está asegurado, mientras no se aborte el objetivo de producir y no arrecien los paros. El Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) habilita a las autoridades a tomar decisiones drásticas en caso de conflicto permanente como descuento de haberes, despidos y medidas aún más extremas.
La Intervención reanudó la actividad, los sindicatos aceptaron poner el marcha el yacimiento y ha producido una aproximación con una empresa chilena para colocar 30 mil tn de carbón por mes. Todo indicaría que se ha logrado orden y confianza. Solo las partes interesadas dentro de YCRT decidirán en el futuro, si buscan la continuidad y grandeza de la empresa o seguirán peleando con acciones mezquinas y tan chiquitas, como el sector político que alimenta la división y alienta el caos. (Agencia OPI Santa Cruz)