El Gobierno argentino necesita incrementar los ingresos para cumplir con la meta fiscal, pese al menor crecimiento.
Es un escenario complejo el que tiene por delante el Gobierno en materia económica: el crecimiento del 3,5% de la economía -sobre el que se apoyaban las proyecciones de recaudación que permitían alcanzar la meta fiscal- no va se va a alcanzar en 2018. Por eso, entre los empresarios circulan versiones de que en el Gobierno estudian volver a poner retenciones a las petroleras y al agro, consignó La Política On Line.
En el encuentro del martes de Dujovne con el equipo económico se habló de cómo salir del congelamiento forzoso de los precios de los combustibles, un acuerdo que hizo tambalear la suba del 20% del dólar durante mayo y generó una presión adicional sobre los subsidios para el año que viene y sobre la inflación de este año.
Aranguren no pudo dar una propuesta concreta que ayude a cumplir con las metas macroeconómicas. En este sentido, los empresarios del sector advierten que el ministro de Energía "no tiene una dirección clara".
Los números no cierran y Dujovne necesita hacer ajustes por todos lados. Incluso con una depreciación adicional del peso, el flamante superministro deberá encontrar la forma de cerrar una brecha entre compromisos e ingresos de varios cientos de miles de millones de pesos. Por eso, a la hora de presentar un programa ante el FMI, el Gobierno necesitará mejorar los ingresos, ya que el equilibrio político no le permite profundizar a ese nivel el recorte del gasto.
Esto genera "extrema preocupación", como reconocieron a LPO en la industria petrolera. El congelamiento de precios implementado a principios de mes, ya acumula un 25% por encima del 12% inicial, lo que totaliza un 39%. "Sería una locura que pongan retenciones o vuelvan al barril criollo. Se hicieron muchas inversiones multimillonarias en el sector y el congelamiento de precios ya complica el recupero de esas inversiones", confirmó a LPO un directivo de una petrolera.
De hecho, cuando se acordó el congelamiento de precios, la mesa de negociaciones fue un mar de críticas y reproches por la incapacidad de Aranguren de sostener su palabra de que los precios locales convergerían con los precios internacionales. Ahora, se habla de fijar un "barril criollo", es decir un precio del petróleo argentino menor al internacional como estaba antes de que asumiera Macri.
"Si el Gobierno hiciera algo de esto sería una bomba para los inversores externos. Directamente muere el relato de Macri para la atracción de inversiones", dijo otro empresario petrolero consultado por LPO.
En el sector están al tanto de las versiones y, sin embargo, prefieren calificar de "inimaginable" su aplicación. Por el contrario, lo que señalan por lo bajo es que Aranguren tiene que trabajar en cómo sostener el acuerdo de precios en el surtidor "sin hacer locuras hacia abajo", es decir coordinando la absorción de la brecha de precios entre los productores de petróleo y las refinadoras, a quienes señalan como las grandes beneficiarias de este escenario.
Las versiones que circulan constan de dos partes. En primer lugar, se especula con un "gesto patriótico" que reduzca el precio internacional más los costos de importación - el "import parity price"- entre 5 y 7 dólares (aproximadamente 7,5% del precio). Esto castigaría principalmente al petróleo shale y al liviano convencional de la cuenca neuquina.
En tanto, para que el efecto sobre la industria no signifique un "gesto patriótico" de algunas empresas y no de todo el sector, también les pondría retenciones a las exportaciones de petróleo pesado de la cuenca del Golfo de San Jorge.