La española Gas Natural Fenosa (GNF) está invirtiendo unos u$s50 millones para aumentar la capacidad del Gasoducto del Pacífico, la estratégica interconexión gasista entre Chile y Argentina que fue construida hace veinte años y que atraviesa el megayacimiento de hidrocarburos de Vaca Muerta, informó el diario El Economista.
El Gasoducto del Pacífico se construyó tras una inversión de u$s320 millones. Tiene cerca de 600 kilómetros de longitud y conecta la región argentina de Neuquén con la chilena de Bio Bio.
En la parte chilena el primer accionista es GNF -por medio de su filial CGE-, con el 60%, seguida por Enap y Trigas; en Argentina, GNF tiene el 56,7% -también con CGE-, seguida por Enap, Trigas e YPF.
La infraestructura se diseñó para exportar gas desde Argentina hasta Chile, y así operó hasta que en 2005 el país lo destinó únicamente a cubrir sus necesidades internas y dejó de venderle a su vecino trasandino.
Ahora, trece años después, GNF ha decidido reactivar la infraestructura y está construyendo en la parte Argentina, justo donde nace el ramal hacia el territorio chileno, un nuevo compresor que permitirá aumentar su capacidad, desde los actuales 7,5 millones de metros cúbicos diarios hasta los 12,5 millones.
Estos cinco millones de metros cúbicos adicionales ya están contratados a partes iguales por YPF y ExxonMobil, tras una Open Season celebrada el año pasado.
El interés de estas dos compañías deriva de que el gasoducto atraviesa el megayacimiento de gas no convencional de Vaca Muerta, el mismo que el Gobierno de Cristina Kirchner expropió a Repsol en 2012 y que hoy en día explotan las petroleras citadas, junto a otras como Shell, Total y Tecpetrol.
La excepcional formación geológica está recibiendo inversiones de miles de millones y hay una auténtica carrera de las petroleras por dar salida a su producción; de hecho, ya hay otros dos gasoductos proyectados en la zona.
El mercado chileno es estratégico para GNF: tiene un plan de inversión de u$s2.000 millones en cinco años.