Luis Rivera*
Los profesionales de la minería vemos con optimismo y satisfacción la tendencia creciente de las inversiones en nuestro sector. El más reciente Boletín Estadístico Minero del Ministerio del Ministerio de Energía y Minas señala que entre los meses de enero y marzo del presente año, las mismas alcanzaron los 839 millones de dólares, 30.2% más respecto al mismo periodo el año anterior.
No es para menos ver con entusiasmo dicho avance, sobre todo cuando somos conscientes de los desafíos económicos y sociales que está enfrentando nuestro país. El más grave, desde luego, es el incrementó de la pobreza a una tasa de 21.7% en el último año.
Como podemos apreciar en el siguiente cuadro, las inversiones mineras alcanzaron su pico más alto en 2013, con $8,864 millones. Posteriormente hemos experimentado caídas sucesivas. La más baja fue en el 2016, cuando las inversiones mineras alcanzaron los $3,334 millones. En 2017 hubo una ligera recuperación (17.8% respecto al año anterior), impulsada por el alza de los precios de los minerales y una mayor demanda de China.
¿Habremos volteado la página y dejado atrás aquellos años de caídas constantes?
Las expectativas son positivas. Según el Informe de Actualización del Marco Macroeconómico Multianual 2018-2021 (IAPM), este año se prevé un crecimiento de las inversiones mineras de 16.4%, considerada la tasa de expansión más alta de los últimos ocho años.
Entre los proyectos de inversión más importantes del presente año, según el último reporte Estadístico Mensual del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), está la ampliación de la mina Toquepala de Southern, que terminaría a mediados de 2018, con una inversión total de $ 1,200 millones (ya se han ejecutado 893 millones a diciembre de 2017). Por su parte, Minsur ha anunciado inversiones de hasta $ 480 millones en 2018 para sus proyectos B2 (anteriormente denominado Bofedal 2) y Mina Justa. Tenemos expectativa, además, de que Anglo American inicie la construcción de Quellaveco (con estudio de factibilidad en revisión), con una inversión estimada de $ 5,500 millones.
Tanto el Estado como las empresas del sector, con el respaldo de las asociaciones civiles y la academia, tenemos que desarrollar esfuerzos coordinadamente para acabar con las barreras a la inversión y viabilizar los proyectos que nuestro país necesita. Sólo así lograremos impulsar el empleo formal, el comercio y la transferencia de recursos económicos a las regiones más pobres del país.
Todos los ciudadanos vemos con mucho entusiasmo al 2021, año en el que cumpliremos 200 años de nuestra independencia nacional. Pensemos que nuestra minería tiene actualmente una cartera de inversión de más de $ 58,500 millones que pueden hacer posible que para entonces tengamos un país menos pobre, con buena infraestructura y mejor calidad de vida para la población.
* Presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú