En la reciente primera jornada técnica “Residuos, valorización energética en el marco de la economía circular”, organizada por la Cámara Empresaria de Medio Ambiente (CEMA), el pasado 24 de abril en la Ciudad de Buenos Aires, el presidente de la entidad, Guilermo Pedoja destacó la importancia de contar con una planificación integral para lograr una gestión ambiental y social sustentable de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en el tiempo.
La planificación debería incluir un horizonte de 20 años y aprovechar los resultados de las experiencias hechas en otros sitios similares al Área Metropolitana, los marcos normativos más desarrollados y probados, las mejores tecnologías disponibles y económicamente factibles en el marco de nuestra cultura en la materia y de nuestra realidad social.
El Marco regulatorio actual para la Gestión Integral de Residuos a nivel Nacional es la Ley N°25.916/04 Gestión Integral de Residuos Domiciliarios. Por otra parte, en el ámbito del MAyDS se están elaborando y discutiendo un paquete de proyectos de ley de presupuestos mínimos, entre los que se encuentra una ley general de residuos, una de responsabilidad extendida del fabricante; la implementación de programas específicos para la gestión de Residuos Especiales de Generación Universal (REGU) tales como pilas, residuos electrónicos, baterías y neumáticos fuera de uso; entre otras iniciativas.
En C.A.B.A., rige la Ley N° 1854/05 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos y sus Decretos Reglamentarios (ley de basura cero), que fue recientemente modificada (03/05/2018) por la Legislatura, lo que permitirá a la Ciudad termovalorizar los RSU en instalaciones de incineración con desempeño acorde a la normativa de emisiones gaseosas de la UE, como uno de los métodos para lograr reducir las cantidades de residuos enterrados en los rellenos sanitarios.
En cuanto al contexto internacional, la CEMA considera como importantes y válidas las directrices de reciente edición de la UE en la materia. En Diciembre de 2015 la Comisión de la UE emite la comunicación “Closing the loop” mediante la cual adopta un Plan de Acción para la Economía Circular con el objetivo de que el valor de los productos se mantenga tanto como sea posible, minimizando la generación de residuos y el uso de recursos, que incluye:
+ Análisis del ciclo de vida de los productos
+ Creación de mercados secundarios para residuos valorizados
+ Gestión de los Residuos
+ Planes de minimización de residuos, impulsando la producción y el consumo responsable
+ Fijar objetivos de reúso y reciclado
Es importante destacar que la cultura europea sobre los residuos se basa en establecer el orden de prioridades (jerarquías) para el tratamiento de los residuos, minimizando efectos ambientales adversos y optimizando la eficiencia y sostiene que las inversiones en el aumento de las capacidades de tratamiento deben enmarcarse en la herencia cultural de la población y los objetivos de largo plazo de la Economía Circular.
En enero de 2017, la Comisión Europea publicó otra comunicación denominada “El rol del WtoE (Valorización Energética) en la Economía circular” que está enfocado en la recuperación de energía de los residuos y su ubicación dentro de la economía circular, para asegurar que los tratamientos de residuos con recuperación de energía respeten la jerarquía y la cultura de Europa en la materia. Los principales puntos son
+ Optimizar el WtoE, utilizando el enfoque de BAT (mejor tecnología disponible) con incentivos para estimular el desarrollo tecnológico y la creación de empleos de alta calidad.
+ Distinguir los diferentes procesos de WtoE:
+ Valorización energética en centrales de generación eléctricas
+ Co-procesamiento en hornos de cemento
+ Planta de Incineración de residuos
+ Digestión Anaeróbica de residuos biodegradables
+ Producción de combustibles derivados de residuos (CDR)
+ Otros procesos tales como la incineración indirecta (pirólisis)
+ Guiar el desarrollo de los Instrumentos económicos y de planificación.
Esta Comunicación ubica los distintos procesos reconocidos del WtoE en el orden de jerarquías de tratamiento establecidas previamente:
Para lograr los objetivos de la Economía Circular mediante la transformación del sistema de gestión de residuos hacia uno más sustentable, es posible obtener la financiación desde la UE una vez que el país miembro presente un Plan de Acción que le permita alcanzar los objetivos de reciclado de la Directiva.
Los 28 países de la UE cuentan con instalaciones de WtoE. Alemania, Francia, Holanda, Suecia, Italia y el Reino Unido concentran el 75 % de la capacidad instalada. Por el contrario, la parte sur y sureste de la UE utiliza principalmente rellenos sanitarios.
Como resultado de las experiencias de la aplicación de WtoE en diversos países, la relación entre reciclado, relleno sanitario y valorización energética puede sintetizarse, basándonos en un estudio del Consejo de Investigación y Tecnología de WtoE (WTERT), en que en los países donde hay menos incineración también hay menos reciclaje y en los países donde lidera el uso de plantas de termovalorización el índice de reciclaje es más alto. Esto seguramente responde a una planificación y control de los Planes de Acción.
En la Gestión Integral de Residuos las prioridades deberían ser, en primer lugar, recuperar materiales (tales como vidrio, plástico, metal, papel, etc.); en segundo lugar generar energía (biogás) a partir de la FORSU y regresar materia orgánica al suelo (digestato); y en tercer lugar, utilizar la termovalorización, sea por medio de combustible derivado de residuos (CDR) o co-incineración.
Si comparamos los objetivos de la Ley N° 1854/05, la misma indicaba que: en base a la generación de RSU de 2005 (4000 tn/día eran enviadas a CEAMSE) se estableció el objetivo de reducir ese porcentaje en un 75% para el 2017. En la práctica, ese objetivo quedó lejos, y sólo se ha logrado reducir en un 30%.
La modificación de dicha Ley, tomando como base datos de 2012 (6000 tn/día eran enviadas a CEAMSE), establece como objetivo al año 2030 que el 80% de esa cantidad sea tratado mediante reciclaje (recuperación de materiales y digestión anaeróbica según las Fig. 1 y 2) y termovalorización y sólo el 20% sea enviado a relleno sanitario.
CEMA considera que el uso de los Tratamientos de Valorización Energética para los RSU de la Ciudad de Buenos Aires es una alternativa adecuada para enfrentar las limitaciones de capacidad de los rellenos sanitarios existentes debido a su capacidad de:
+ Tratar un alto volumen de residuos con buena eficiencia térmica (disminución del volumen 90%)
+ Generar vapor y/o electricidad
+ Impulsar el reciclado
Además subraya la necesidad de considerar el aspecto económico del Plan de Acción de la gestión de los RSU considerando la Economía Circular y el WtoE como parte integrante de misma, para lo cual será necesario continuar desarrollando el mercado del reciclado; calcular, entender y comunicar que el costo del nuevo plan de acción podría ser mayor que el actual; prever su impacto presupuestario e identificar y apoyar a algunos Municipios piloto, para el abordaje territorial.
+ La CEMA rescata la necesidad de contar con un Plan de Acción Integral, de aplicación progresiva, que contemple las necesidades operativas y las conveniencias de los distintos Grupos de Interés,
+ Considera que los criterios rectores de las Comunicaciones de la UE son válidos también en nuestro territorio (Jerarquías de Tratamientos),
+ Está convencida que el desarrollo actual alcanzado por las mejores tecnologías de valorización energética (WtoE) son ambientalmente sustentables, en caso que sean aplicadas en sitios debidamente estudiados y aptos.
En cuanto al potencial conflicto entre reducción del reciclado por el incremento del WtoE, la CEMA afirma que es un efecto no deseado y que para evitarse se debería:
+ Respetar las jerarquías de tratamiento
+ Focalizar el WtoE en residuos no reciclables
+ Preservar el legítimo interés social (recicladores urbanos)
+ Dotar al plan de Acción de Sustentabilidad Social y Ambiental.
La CEMA promueve el reciclado (recuperación de materiales y degradación anaeróbica) como parte integral de la Gestión de Residuos y propone que para asegurar el crecimiento sostenido del mismo, se defina un mecanismo de crecimiento interdependiente con la termovalorización.
En síntesis, “Crece una si crece la otra”.