El ministro Juan José Aranguren se lo planteó a las petroleras. Habrá más reuniones
El Gobierno les propuso a las petroleras un congelamiento de precios de los combustibles durante dos meses.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, estuvo reunido este lunes con las principales empresas productoras y refinadoras de petróleo. Allí planteó la posibilidad que las compañías no aumenten los importes de naftas y gasoil por un lapso de 60 días.
El funcionario explicó que se trataría de una medida "temporal" y que las compañías podrán seguir con los incrementos más adelante.
La combinación de la suba en el barril de petróleo (cuya cotización es internacional) más la depreciación del peso frente al dólar suponen un incremento en los costos de las petroleras, reseñò Clarín.
Con el barril de petróleo crudo a US$ 76 (variedad Brent) -uno de los valores más altos de los últimos 5 años- y el dólar por arriba de los $ 22, las compañías creen que necesitan una recomposición en el orden del 12%.
Aranguren explicó a las petroleras que no cree conveniente la aplicación de nuevos aumentos durante dos meses. Aunque la conducción de YPF es "independiente" del Gobierno, la decisión del Estado nacional sería la de congelar incrementos por 60 días en la firma, en la que posee un 51% de las acciones.
Las otras petroleras -Shell, Axion, Trafigura- son libres de aplicar la política comercial que consideren conveniente. Sin embargo, esas empresas se suelen mover al compás de YPF. Y la decisión del Gobierno nacional es la de no aumentar los precios por dos meses.
Aranguren y la Jefatura de Gabinete consideran que la empresa estatal puede ayudar a capear la inflación alta de los últimos meses y las turbulencias propias de la oscilación del dólar. El ministro estima que los ajustes pueden esperar hasta julio y ser aplicados durante la segunda parte del año.
Los precios de los combustibles son libres. Aunque siempre lo fueron formalmente, hubo un acuerdo entre la industria y el Gobierno hasta octubre del año pasado, donde corría una suerte de autoregulación con cierta aprobación del Poder Ejecutivo. El ministro de Energía y los directivos de las petroleras volverán a encontrarse este martes.
El ministro no pierde de vista que cualquier jugada de YPF atraviesa al resto de la industria. En el Gobierno estiman que las demás petroleras se plegarán a la iniciativa oficial. En caso que eso no suceda, en el Poder Ejecutivo creen que YPF saldrá fortalecida de tener el "precio más bajo". "La rentabilidad que pierda por no aplicar los mayores costos quizás sea compensada por un volumen de ventas superior al actual", razonan en el Poder Ejecutivo.
Las petroleras quedaron en estudiar la propuesta oficial. No obstante, algunas seguían musitando sobre la posibilidad de algún incremento en lo inmediato, aunque menor al 12% que le arroja el alza de sus costos.
La iniciativa oficial llegaría acompañada por una modificación en la aplicación del impuesto a la transferencia a los combustibles (ITC). El Gobierno estaría dispuesto a que este tributo no aumente y hasta baje. Su efecto sería "amortiguador", es decir que disminuya para atenuar la suba del barril de petróleo crudo a nivel internacional. Durante el verano (cuando hubo aumentos), YPF le había pedido al Gobierno por esta posibilidad que ahora se haría efectiva.
Según el Cronista las acciones de los primeros dos años de gestión de Aranguren tendieron a liberar mercados y retirar al Estado del control de precios y comercio exterior.
Así es que anunció con agrado el 25 de septiembre el cese de la intervención en combustibles líquidos a partir de octubre de 2017 por primera vez en 16 años. Quienes lo conocen saben que no fue idea de él contener ahora los precios, pero responde a órdenes de arriba. No obstante, la libertad que declama el ex CEO de Shell no es perfecta.
A siete meses de anunciada la medida, los precios de las naas aumentaron un 28%, de acuerdo a la variedad (súper o premium) y el comercializador. La primera muestra de imperfección competitiva fue el acuerdo tácito de las empresas para no incrementar sus precios hasta pasadas las elecciones.
Algunos leyeron que la actuación se realizó para no generar mal humor social en las semanas previas a los comicios legislativos, en los que Cambiemos venció a Unidad Ciudadana en la provincia de Buenos Aires y triunfó en los principales distritos del país. Si bien las firmas prefieren tratar con un Gobierno amigable con el mercado como éste y por eso evitan causarle inconvenientes, también esperaron hasta después de los sufragios para incrementar durante los años kirchneristas.
El 23 de octubre, se despacharon con un 10% de ajuste. El día después de las elecciones, con el crudo Brent a u$s 57 por barril, el presidente Mauricio Macri confió en que el petróleo iba a volver a bajar y los argentinos podrían disfrutar periódicamente de bajas en los valores de las naas. En ese momento, consultoras especializadas ubicaban al crudo en un rango de entre u$s 50 y u$s 60 por barril durante un largo período de tiempo
La jugada, muy festejada por el sector, salió mal. Medio año después, los cálculos se hicieron trizas. Ayer el petróleo superó los u$s 76 en Londres, el mejor valor desde mediados de octubre de 2014. Tan solo en abril, estaba a u$s 67 por barril con un dólar entre los $ 20 y los $ 20,50. Los fuertes movimientos en el tipo de cambio y en el crudo global hicieron recalcular al oficialismo
YPF aumentó los precios casi todos los meses, salvo en marzo. Hubo remarcaciones en el último mes del año, en enero, en febrero y en abril. En noviembre, un litro de nafta súper se despachaba a $ 21,38, mientras que en abril llegó a $ 25,24. En ese período, la suba fue del 18%, por arriba de la inflación.
Hasta ahora, pese a los mayores importes en surtidores, el despacho de combustibles seguía en alza.
El ministerio de Energía dispuso que los precios de los combustibles dejaran de estar regulados desde el 1° de octubre de 2017. Eso fue porque se alcanzó una paridad entre los valores locales para producir un barril de crudo y la cotización internacional del petróleo. La decisión apunta a que el mercado argentino funcione como la mayoría del mundo. Sin embargo, coincidió con una disparada internacional que tuvo efectos locales e internacionales.
Un informe elaborado por Economic Trends para la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (FECAC) indicó que el precio promedio de la nafta premium acumula un incremento interanual de 35,2%, unos diez puntos por encima de la inflación, mientras que el gasoil aumentó un 30% anual.
Según Infobae Economic Trends, que tomó como referencia los precios al público en la provincia de Córdoba, estimó que "el precio de la nafta premium, cuyo valor se mueve al ritmo del precio internacional del petróleo y del dólar, y cuyos impuestos directos, desde marzo de 2018, se mueven al ritmo de la inflación de cada trimestre, podría llegar a $35,45 por litro en diciembre de 2018″, según el valor de los contratos a futuro de petróleo Brent en Wall Street y las expectativas de devaluación del Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA.
La variación de precios del combustible replica el aumento del precio internacional del petróleo medido en pesos
Desde la liberación del mercado en octubre pasado, la nafta súper se encareció 28,7%, de 19,74 a 25,41 pesos en estaciones de servicio de YPF en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires.
"En un mercado de precios liberados como el actual, las variaciones en los precios de los combustibles (antes del impuesto a los combustibles) deberían seguir de cerca a las variaciones en el precio internacional del petróleo medido en pesos (es decir, a las variaciones conjuntas de precio internacional del petróleo en dólares y tipo de cambio), algo que no ocurría durante los años previos, en contexto de precios regulados", indicó el reporte.
Economic Trends recordó que a partir de marzo "el impuesto a los combustibles líquidos y el impuesto al dióxido de carbono son de suma fija (cantidad de pesos por litro), pero ajustados cada trimestre por inflación" del IPC del INDEC.