Algunos creen que los recortes de la Opep han endurecido el mercado lo suficiente como para hacer mella en la amenaza representada por el petróleo de esquisto, reseño Portafolio
La razón más simple del aumento en los precios es que los mercados se han endurecido notablemente durante los últimos 18 meses. Los inventarios que se habían acumulado durante la superabundancia de 2014-16 han disminuido debido a la demanda impulsada por una economía mundial en auge y por los recortes de suministro por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y de Rusia. (Lea: Aumentaron las reservas de petróleo del país)
La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) la semana pasada declaró que la Opep podría pronto declarar una “misión cumplida” si estuviera buscando reducir los inventarios mundiales de petróleo en concordancia con el promedio de cinco años.
Algunos creen que lo anterior subestima cuán endurecido está el mercado conforme la demanda se ha disparado en más de 5 millones de barriles por día (b/d), o más del 5%, durante los últimos tres años, y con la esperanza de que el consumo mundial superará los 100 millones de b/d por primera vez más adelante este año.
Entonces, si los inventarios de petróleo están de vuelta a niveles casi normales, ¿buscarán la Opep y Rusia poner fin a sus recortes de suministro, los cuales han eliminado al menos 1.8 millones de b/d del mercado desde principios de 2017?
Los analistas piensan que no será así. Mientras que Moscú ha expresado una preocupación por el impacto que un precio de más de US$70 podría tener en estimular los suministros de sus rivales, parece estar satisfecha con quedarse dentro del contexto de la Opep, que dice que queda más por hacer. Khalid al-Falih, el ministro de Energía de Arabia Saudita, ha hablado de la necesidad de estimular una mayor inversión en nuevos suministros.
El reino también está preparando una oferta pública inicial (OPI) de la petrolera estatal, Saudi Aramco, que probablemente se beneficie de unos precios del petróleo más elevados. “No ha habido señal alguna de la Opep de que quieran limitar este repunte”, declaró Bill Farren-Price de Petroleum Policy Intelligence.
El mercado petrolero siempre vigila de cerca las interrupciones en el suministro que pudieran trastornar el delicado equilibrio entre la oferta y la demanda. Pero cuando los suministros ya están relativamente ajustados, estos riesgos pueden adquirir una enorme importancia.
El riesgo más inmediato es la posibilidad real de que Donald Trump, el presidente de EE. UU., decida retirarse del acuerdo nuclear con Irán y volver a imponer sanciones a sus exportaciones de petróleo. Él tomará una decisión el próximo mes, y Emmanuel Macron, el presidente de Francia, dijo esta semana que él anticipa que EE, UU. de hecho lo hará. El segundo riesgo es Venezuela, donde la producción petrolera ya ha disminuido en al menos 500.000 b/d debido a la crisis económica y política, con escasas señales de que la estatal PDVSA pueda revertir la tendencia.
También existe el riesgo de que EE. UU. imponga sanciones adicionales al Gobierno de Nicolás Maduro, las cuales pudieran estar dirigidas a los suministros de petróleo, después de las elecciones del próximo mes. El tercero es el conflicto entre el miembro de la Opep, Arabia Saudita, y los rebeldes hutíes en Yemen.
Los hutíes, quienes cuentan con el apoyo de Irán –también un miembro de la OPEP y el principal rival de Arabia Saudita en la región– han incrementado los ataques contra la infraestructura petrolera de Arabia Saudita en lo que se considera un intento directo para disrumpir la esencia de su economía.
Con misiles disparados por los hutíes también dirigidos hacia Riad, la posibilidad de una disrupción directa en el suministro o de una exacerbación de la tensión entre Arabia Saudita e Irán es real.
Por último, tenemos a Libia –donde la producción de petróleo se ha recuperado a aproximadamente 1 millón de b/d–, el cual sigue siendo inestable siete años después de que estallara la guerra civil. Todos estos escenarios han contribuido a elevar los precios del petróleo, con un importante analista petrolero advirtiendo que los riesgos geopolíticos en el mercado petrolero habían sido los más altos que él pudiera recordar.
“Es un entorno increíblemente alcista. Tenemos una reconsideración de las sanciones sobre Irán, las elecciones en Venezuela el 20 de mayo, y las situaciones en Yemen y en Libia”, comentó Gary Ross, el jefe de petróleo global de S&P Global Platts y fundador de Pira Energy.
Los fondos de cobertura y otros especuladores han sido atraídos por el crudo, pero sólo en parte debido a los riesgos geopolíticos. Los inversionistas ya tenían una gran presencia en el mercado, habiendo alcanzado una posición récord en el petróleo a comienzos de año.
Mientras que una significativa posición especulativa normalmente representa una señal de advertencia de que el mercado se ha desequilibrado, lo cual aumenta el riesgo de una liquidación si los operadores deciden tomar ganancias al mismo tiempo, eso no ha sucedido en lo que va de este 2018.
La razón, según los banqueros, es que gran parte del dinero que ingresa al petróleo es efectivo a más largo plazo intentando participar en los llamados activos de “ciclo tardío”, como las materias primas, a las cuales tiende a irles bien después de un prolongado período de expansión económica.
Los fondos también están cosechando los beneficios de un cambio en la estructura del mercado causado por el endurecimiento de los suministros, lo cual está ocasionando que los contratos actuales se negocien a precios más elevados que los de aquellos para entregas futuras. Eso les permite a los inversionistas obtener un rendimiento regular al renovar los contratos.
El petróleo de esquisto estadounidense está superando las expectativas de crecimiento, y se anticipa que la producción total de Estados Unidos crezca aproximadamente un 10%, o 1,4 millones de b/d este año. Los productores en EE. UU. también están generando flujo de efectivo disponible debido a que los precios son más elevados.
Pero hasta ahora no ha sido suficiente para descarrilar el repunte, siendo la mayor producción absorbida, en gran medida, por una creciente demanda. Las restricciones en materia de infraestructura en la cuenca del Pérmico –un gran yacimiento de esquisto –también están dificultando transportar barriles desde el oeste de Texas a las refinerías, a los tanques de almacenamiento o a la costa para su exportación.
Los precios del petróleo han comenzado la semana al alza este lunes, registrando máximos de casi cuatro años pues los traders han aumentado sus apuestas acerca de que Estados Unidos abandonará el acuerdo nuclear de Irán, aumentando la probabilidad de que sigan ajustándose las reservas a escala mundial.
Los futuros del petróleo del WTI de Nueva York han registrado máximos intradía en 70,69 USD por barril, superando la marca de los 70 USD por primera vez desde noviembre de 2014.
Finalmente se situó en 70,30 USD a las 9:05 horas (CET), subiendo 58 centavos o en torno a un 0,9%.
Mientras, los futuros del petróleo Brent, referencia para los precios del petróleo fuera de Estados Unidos, se han situado en 75,42 USD por barril, avanzando en torno a un 0,8% o 56 centavos tras subir hasta 75,89 USD al comienzo de la sesión, su cota más alta desde noviembre de 2014.
La confrontación entre el presidente Donald Trump e Irán seguramente siga siendo el principal motor de la confianza en el mercado del petróleo esta semana.
El presidente Trump tiene hasta el 12 de mayo para decidir si Estados Unidos se retira del acuerdo internacional de 2015 para frenar el programa nuclear de Irán y restaurar las sanciones contra uno de los mayores productores de petróleo del mundo.
Trump ha amenazado varias veces con abandonar el acuerdo, reiterado la semana pasada que a menos que los aliados europeos rectifiquen los “terribles fallos” del acuerdo, se negará a ampliar las sanciones de Estados Unidos contra el Estado productor de petróleo.
Si se reinstalan las sanciones, eso podría contribuir a ajustar las reservas de petróleo pues seguramente resultaría en una reducción de las exportaciones de petróleo de Teherán.
Irán, que es uno de los principales productores de petróleo de Oriente Próximo y miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), recuperó su función como principal exportador de petróleo en enero de 2016, cuando las sanciones internacionales contra Teherán se levantaron en respuesta a la reducción del programa nuclear de Irán.
El presidente Hassan Rouhani ha dicho este domingo que Irán pretende responder a cualquier medida de Trump y que Estados Unidos se arrepentirá de su decisión de abandonar el acuerdo.
Las preocupaciones en torno al empeoramiento de la crisis económica de Venezuela, que ha amenazado las ya deslucidas reservas de petróleo del país es otro de los factores que respaldan los precios.
Sin embargo, un aumento de la actividad perforadora de Estados Unidos ha sido uno de los pocos factores que ha lastrado otra vez el optimismo acerca del mercado del petróleo.
El total de yacimientos activos ascendió la semana pasada a 834, su cota más alta desde marzo de 2015, aumentando en nueve con respecto a la semana anterior según ha informado la empresa de servicios petroleros de General Electric (NYSE:GE), Baker Hughes, en su informe del viernes.
Esto supone el quinto aumento semanal en el recuento de yacimientos, resaltando las preocupaciones en torno al aumento de la producción de Estados Unidos.
De hecho, la producción de petróleo de la nación —impulsada por la extracción de petróleo de esquisto— registró máximos históricos en 10,62 millones de barriles al día la semana pasada, según la Administración de Información Energética.
Sólo Rusia produce más, casi 11 millones de barriles al día.
Los traders aguardaran los nuevos datos semanales sobre reservas de petróleo y productos refinados de Estados Unidos que se publican el martes y el miércoles para evaluar el estado de la oferta y la demanda del mayor consumidor de petróleo del mundo y a qué velocidad seguirán subiendo los niveles de producción.
En cuanto a otras operaciones en el mercado energético, los futuros de gasolina subieron un 0,6% hasta 2,127 USD por galón, mientras que el carburante para calefacción avanzó un 0,6% hasta situarse en 2,166 USD por galón.
Los futuros de gas natural han subido hasta 2,724 USD por millón de unidades térmicas británicas.